ELCHE. ¿De qué época concreta son las distintas fases que forman la muralla de la medina islámica ilicitana? ¿Quedan restos en la zona de la Ermita de San Sebastián? Son algunas de las respuestas a las que pretende responder el proyecto que acaba de empezar ahora en la ladera del río, con los sondeos que se alargarán durante dos semanas en dicha área y en la Casa de la Festa, antigua ermita, para conocer más de cerca la historia de la muralla. Dependiendo de los resultados se actuará de una forma u otra en la misma, la cual se pretende rehabilitar para su musealización y contextualización.
La fortificación, una gran desconocida a pesar de su contemplación constante por todo aquel que pasa por la ladera del río, ya vivió varias actuaciones hace varias décadas, cuando se canalizó el río Vinalopó, que entonces estaba a una altura mucho mayor que ahora, como se puede comprobar en fotos de principios de siglo. En la actualidad se pueden comprobar masas más contemporáneas en la pared de la muralla, ahora es el turno de conocer la época de esa estratificación que ya empieza a asomar con las primeras catas arqueológicas que se alargarán hasta la próxima semana.
A este respecto, esa cimentación coincide no con la Vila Murada, sino con la fortificación de época islámica, de periodo andalusí. A partir de ahí, ahora queda determinar a qué etapa pertenece la misma. Aunque en los Presupuestos Participativos autonómicos se solicitaba en la propuesta de un particular que "teniendo la ciudad de Elche una de sus señas de identidad en el más absoluto olvido, dejadez y abandono, queremos que se ponga en valor; la muralla Almorávide que data de finales del siglo XI o principios del siglo XII", el informe autonómico que la analizaba ya advertía que aunque la propuesta habla de muralla 'almorávide', esta se hizo en varias fases y la última es almohade. A la que se presupone que pertenece, y que sería de principios del siglo XII.
El problema es que no hay una contextualización que permita demostrar realmente que sea de esa época. Lo que también está por comprobar, y que se presupone, es que hay reparaciones en la misma que se realizaron en épocas posteriores, concretamente en etapa renacentista, ya que hay algunos elementos en el alzado que se corresponden con la construcción del Palacio de Altamira, que por las fuentes se conoce que es de 1557, explicaba a los medios el arquitecto municipal, Víctor Cañavate.
Sobre el sistema de amurallado, las primeras referencias son del geógrafo andalusí Al-Idrisi de 1154, en el que destaca la Acequia Mayor que "pasa bajo sus muros". Aunque hay otros cronistas, viajeros y geógrafos de otros lugares que hablan de Elche, sobre todo sorprendidos por el palmeral que lo rodeaba, es Cristóbal Sanz habla de que existía un antemural que estaba unido con la muralla a través de las torres. "Lo que podemos ver a este lado probablemente sea el antemural que daba a la zona del río, pero hay que demostrarlo", explica el arqueólogo. En los años 90 se hicieron un par de sondeos en la parte superior de la zona de la ladera, donde se vio que había dos tramos de la muralla pero contextualmente son anteriores, de época califal o taifal, no almorávide que es posterior.
Precisamente, esos muros de época califal o taifal, más antiguos, aún no se han podido trabajado al no haber aparecido en remociones de tierra recientes —sí es el caso por ejemplo del Castellar de la Morera—. Con las excavaciones se puede comprobar si se encuentran restos de ese antemural de época califal. Dentro de estas incógnitas por resolver, otro punto importante es la de la ermita de San Sebastián, actual Casa de la Festa. En 1887, el arqueólogo Javier Fuentes apuntaba a que allí había una muralla que venía del río y que desde el Palacio de Altamira se dirigía a la torre del Ayuntamiento, por lo que se intentará comprobar si se conserva:
Esta ermita tiene su frontis retirado de la línea general de las demás fachadas, y estuvo intestando su antiguo primitivo derruido, hoy solar, presbiterio, con el paramento interior de la muralla que sobre el quijero ó borde superior de la Rambla ó rio Vinalopó se dirigia desde la torre de los Condes Duques de Altamira á la torre de la hoy Casa Consistorial.
Así pues, al calor de esta propuesta particular de los presupuestos participativos autonómicos, se abre ahora una línea de financiación y un proyecto para seguir conociendo partes pendientes por documentar, contextualizar y poner en valor, como la muralla islámica ilicitana, así como ver si se encuentran nuevos tramos. Partes que ver además cómo encajar con el muro que se encuentra en las Cuatro Esquinas, ahora bajo la clínica dental —hasta hace poco, la tienda de Orange, donde a veces se podía visitar bajo solicitud— y de la que ya habló en su momento Rafael Ramos.