ELCHE. Hace varios días se conocía el informe de Icomos, el organismo asesor de la Unesco al que el bipartito apeló para rescindir el contrato del Mercado Central, y que ahora plantea conservar el vetusto inmueble, ejemplo de arquitectura racionalista de mediados del siglo XX y que ahora se encuentra en avanzado estado de deterioro. Sin embargo, no es el único documento que se ha emitido este año sobre el edificio. También se ha pronunciado la Comisión Técnica de la Fundación Docomomo Ibérico, recomendando su protección por "elementos racionalistas significativos" así como su inclusión en el catálogo de edificios protegibles.
En este sentido, la comisión, reunida en abril de este año, y a petición de una particular integrante de plataformas contrarias al proyecto presentado por Aparcisa, emitía este informe que también fue remitido al Ayuntamiento. En sus conclusiones, la misma señala que en base a las características arquitectónicas, ambientales y urbanas del edificio y su entorno, "señalan la importancia del Mercado Central de Elche como un edificio de valores racionalistas significativos a proteger e incluir en el Catálogo Municipal". Asimismo, adhieren que se trata de un edificio "imprescindible" para comprender la historia del municipio "y su reutilización debería ser considerada en actuaciones futuras".
A este respecto, en su argumentación, DoCoMoMo Ibérico, misma fundación que destacó la arquitectura del ambulatorio de San Fermín, relata las características técnicas del inmueble original de 1939 y la posterior obra de Santiago Pérez Aracil en 1961. Del inmueble actual, de dos plantas, trece pórticos de cinco vanos en la planta baja y tres en la superior, valoran que "el edificio se caracteriza por la incorporación de los nuevos materiales para
resolver la estructura, como el hormigón, pero además se preocupa por recuperar la memoria reutilizando las cerchas metálicas de la cubierta del mercado antiguo. También hay que destacar la solución del sistema de evacuación de aguas incorporado en el interior de la estructura vertical que permite una lectura espacial continua, evitando las habituales interrupciones que provocan dichas instalaciones". U otros detalles más sutiles como las baldosas de vidrio que, a modo de lucernarios, introducen iluminación cenital en la planta baja.
Por otra parte, respecto al exterior, apuntan desde la fundación que la imagen del edificio "responde a los criterios de funcionalidad e higiene que caracterizan la arquitectura del Movimiento Moderno". Ahondan en la fachada principal, indicando de ella que presenta una composición tripartita en respuesta a la Plaça de la Fruita. "Sin embargo, el arquitecto rompe con la tradición académica incorporando los nuevos materiales de hormigón y baldosa de vidrio que aportan funcionalidad a la imagen del edificio". Asimismo, también retrasó la cubierta para evitar la presencia de un frontón en el primer plano. "Cabría señalar el tipo de letra empleada para el rótulo, con un diseño asimétrico, geométrico y sintético, acorde con las características arquitectónicas del edificio".
Tras estos elementos de apreciación técnica, Docomomo Ibérico, que fue creada para estudiar y documentar la arquitectura del movimiento moderno con el fin de lograr su reconocimiento como parte de la cultura del siglo XX, su protección patrimonial y conservación, recomienda también la inclusión en el catálogo de protegibles. Algo que también recomendaba el reciente informe de Icomos, acentuando de nuevo ciertos elementos racionalistas del inmueble, aunque sumando también aspectos de un carácter más cultural y tradicional por el uso que ha tenido hasta hace unos años.
Ahora el Ejecutivo tiene que decidir cómo abordar el concurso de ideas que quería lanzar, ya que de tener que proteger el inmueble, se procedería directamente a una licitación. Hasta ahora había venido retrasando la decisión porque sabía que Icomos iba a entrar en escena, y tras haber hecho suyas sus recomendaciones del proyecto por la afección al Misteri d'Elx, es consciente de que ahora no puede al menos no tener en cuenta el informe sobre el inmueble. Habida cuenta de que basándose en un documento del arqueólogo del servicio territorial de Cultura, el alcalde esgrimió que el edificio carecía de valor. El próximo paso, esperar a ver cómo se resuelve este encaje de la mano de la Conselleria de Cultura.