MADRID. El Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) acogerá a partir del 26 de agosto, y hasta el 12 de diciembre, la exposición Estruscos, el amanecer de Roma. En sus tres salas de exposición temporal albergará hasta 150 piezas originales de algunas de las excavaciones más relevantes llevadas a cabo en la antigua Etruria, la actual Toscana. Objetos que se conservan en el Museo Nacional de Florencia y el Museo Etrusco de Guarnacci de Volterra, instituciones museísticas de gran prestigio y antigüedad que atesoran colecciones de enorme valor arqueológico, histórico y artístico del período etrusco, sin cuya colaboración habría sido imposible impulsar una iniciativa como esta, la mayor muestra centrada en dicha cultura desde la gran exposición llevada a cabo en Venecia en el año 2.000.
"Las huellas que dejó en Roma son enormemente profundas. Roma, como hizo en otros casos, lo absorbió todo y, a través de ella, encontramos el nexo. El etrusco es el pueblo fundacional de todo lo que actualmente somos tras este viaje milenario. Somos herederos y deudores de los etruscos", afirmó el embajador de Italia en España, Riccardo Guariglia. Es por eso que el objetivo de la muestra es acercar una de las grandes civilizaciones que poblaron las costas del Mediterráneo en la antigüedad y que, sin embargo, sigue siendo una auténtica desconocida todavía para el público en general.
Estruscos, el amanecer de Roma es, por tanto, una gran oportunidad para acercarse a la Europa de etruscos, griegos, fenicios, íberos y romanos, ya que la exposición saca a la luz la historia de esta fascinante y refinada sociedad en su evolución, desde el siglo IX antes de Cristo hasta los albores del Imperio Romano, en el siglo I. Esta muestra, creada especialmente para España y, en particular para el MARQ, incide en los estrechos lazos entre ambas culturas y su herencia cultural, política y religiosa, de gran influencia entre ambas civilizaciones. "Nuestros países no solo comparten una historia, sino que con iniciativas como esta se construye nuestro futuro, partiendo de nuestras culturas seculares", apuntó Guariglia.
"La cooperación, unión entre personas e instituciones, es la única manera de avanzar y de construir mejor nuestro futuro. La cooperación entre Italia y España, también en lo cultural, es importante. Con esta exposición, la voz ítalo-española será todavía más fuerte, llevando una voz mediterránea a Europa entera", añadió el embajador, que aprovechó la ocasión para recordar el vínculo estrecho entre Italia y la ciudad de Alicante, a través de la isla de Nueva Tabarca. "Su origen es el pequeño pueblo italiano y la transferencia cultural se ha mantenido".
"Es un día muy especial para nosotros. Hoy damos un paso más en una apasionante aventura que es llevar Etruria hasta Alicante", afirmó en la presentación Julia Parra, vicepresidenta de la Diputación de Alicante y diputada de Cultura. "Nos empleamos a fondo para conseguir que en un tiempo récord fuese una realidad porque, tras todas las incertidumbres de la pandemia, Alicante se merecía cerrar el año con una exposición sin precedentes", añadió.
Esta muestra inédita, comisariada por los doctores Fabrizio Burchianti (Etrusco Guarnacci de Volterra), Giuseppina Carlotta Cianferoni y Mario Lozzo (Museo Arqueológico Nacional de Florencia), Federica Montani y Eugenio Matera (Contemporanea Progetti), llegará a finales del verano y estará acompañada de una parte centrada en los hallazgos descubiertos en tierras alicantinas que, bajo el título Huellas etruscas, estará comisariada por Manuel Olcina, director del MARQ. "La cultura nos resarce si creemos en su potencial y si le damos el espacio que merece. Es una vía de entendimiento y dialogo entre instituciones. Esto no habría sido posible sin la valía y el compromiso de los equipos que la han hecho realidad en Alicante e Italia", apuntó Julia Parra en ese sentido.
Como es costumbre en el MARQ, el museo tratará de relacionar esas grandes culturas que visitan sus salas cada año con las tierras alicantinas. "Establecemos lazos con esas civilizaciones, con mayor o menor intensidad", explicó Olcina. Una vuelta de tuerca a la exposición, con el título propio de Huellas etruscas, que le da la oportunidad de mostrar los hallazgos que se conservan en los museos de la provincia, en este caso los de Xàbia, Villajoyosa, Guardamar.
Entre los objetos que se podrán ver se encuentra una jarra de vino y un rayador de metal que se usaba para rayar queso y crear una bebida energética, algo que precisamente es citado en los pasajes de la Iliada. Pero también podrá verse una ánfora etrusca completa, que es toda una rareza, además de un infundíbulum, un pequeño colador completo que es una pieza muy extraña y única en la Península Ibérica.
La importancia que en el mundo ibérico tuvo el comercio de objetos para el consumo del vino determina el fin de la gran mayoría de objetos que se encuentran en esta pequeña muestra que se incluye dentro de la gran exposición. "Ese comercio de objetos no estuvo dirigido por el mundo etrusco, pero sí tuvo su influencia a través de los comerciantes fenicios", explica Olcina. Alrededor del ritual del vino se hará una explicación de las piezas. "Hay que reivindicar el valor de estas culturas tan decisivas en la humanidad", concluyó.
"En un periodo tan difícil como el que estamos atravesando, un evento de tanto alcance como este no es nada fácil, pero el éxito de tan ambiciosa empresa se debe a la profesionalidad de todas las partes implicadas", apuntó la comisaria italiana de la exposición, Carlotta Cianferoni, quien afirmó que es todo un placer y un honor trabajar por primera vez con el MARQ. "Los etruscos eran famosos en el mundo entero por su religiosidad, pero también por la política y por el comercio del vino", apunta Cianferoni. Sus cántaros de vino han permitido reconstruir su ruta comercial, que también llegaba a las costas de España. Precisamente por eso es interesante proyectar esta exposición en Alicante. "Esta civilización impregnó las raíces de Roma desde su fundación. No habría romanos si no hubiera etruscos. Ellos iluminaron el alba de Roma", explica la experta.
Los etruscos aprendieron de los griegos la importancia del vino, no solo en su uso cotidiano, sino también en la religión y en los ritos como los banquetes entre personalidades. "La peculiaridad es que en el banquete del simposio etrusco es que participaban también las mujeres. Se criticó por parte de sus contemporáneos. Decían de todo de las mujeres etruscas y de su libertad. Hay muchas mujeres que tenían una función muy importante en la religión y participaban conjuntamente con los hombres en los ritos", explica.