ALICANTE. El Elche ha de disputar aún ocho partidos en la fase regular de LaLiga Hypermotion por lo que no solo no tiene nada perdido, es que el equipo de Sebastián Beccacece ha demostrado este curso que es capaz de encadenar victorias suficientes como para pasar de la mitad de tabla a consolidarse en la zona de 'play-off' de ascenso primero y a ocupar la segunda plaza después.
Ante el Real Oviedo los franjiverdes mejoraron con respecto a la visita al Racing de Ferrol que, a diferencia del Levante una semana antes (en la primera de las tres derrotas consecutivas que acumula el Elche), sí se mostraría superior a ellos durante todo el encuentro. Los hombres de Beccacece estuvieron este viernes más intensos sin el balón y con mayor criterio cuando era suyo (algo que como en A Malata ocurrió durante la mayor parte del tiempo), pero se toparon con un adversario que supo aprovechar su primera ocasión para adelantarse en el marcador, estar bien juntito y ordenado en fase defensiva y en la segunda mitad, aplicando la misma receta que le llevó a marcar en el minuto 14, crear suficiente peligro como para cerrar el partido con victoria por cero a dos.
Además, en ese segundo acto, el equipo de Luis Carrión ganó cuota de protagonismo con el balón con respecto al primero y vio alimentada su fortaleza con los cambios que fue introduciendo el técnico barcelonés. No le ocurrió lo mismo a Beccacece, quien tras el encuentro hizo gala de autocrítica, apuntando que no habían jugado bien en la segunda mitad, pero también recordando que Real Oviedo se había adelantado en el marcador en "una acción fortuita", en cuyo desenlace la fortuna estuvo de su parte (por la asistencia involuntaria de Mario Gaspar a Colombatto) y que en la segunda mitad habían disfrutado de ocasiones para empatar.
Precisamente el protagonista de las dos oportunidades más claras del Elche para igualar el resultado fue Arnau Puigmal, uno de los cambios que el preparador rosarino introdujo a lo largo de la segunda mitad y el único que ofreció el plus que se esperaba. El futbolista cedido por el Almería se topó en el minuto 76 y por partida doble con Leo Román, el meta del Real Oviedo quien, eso sí, no fue el más destacado de los suyos (ese honor fue para Alemao) este viernes a diferencia de Dituro, a quien sí se puede considerar el mejor del Elche en su envite de la jornada 34 y es que de no ser por él el rival hubiese resuelto el choque sin tener que esperar al añadido.
En su comparecencia de prensa posterior al choque, Beccacece también apuntaba a la falta de acierto que habían tenido en relación a su rival, algo que es cierto, con matices: la grada aplaudió la sustitución de Mourad en el arranque de la segunda mitad, pero apenas recibió balones en condiciones durante los minutos que estuvo sobre el verde y es que, habiendo mejorado con el esférico en relación a la cita previa, el Elche se encontró a un adversario que le cerró bien las vías de penetración y salvo en los primeros compases del partido cuando, especialmente, 'Nico' Fernández y Febas filtraron pases interesantes, no consiguió desbordar las prácticamente dos líneas de azulones que disponía Carrión... y no siempre en bloque bajo, medicina que aplicó aún más Cristóbal Parralo con el Racing de Ferrol, ganándole este la batalla del centro del campo en todo momento. El Real Oviedo no se impuso en esta, pero sí neutralizó con acierto las habituales armas con que cuenta el Elche. Además, esta vez el monocultivo que representa 'Tete' Morente a pierna cambiada en la izquierda no ofreció los frutos esperados, como tampoco los disparos desde la frontal de 'Nico' Castro y Fernández.
En la banda derecha debutó el dominicano Núñez, a quien Beccacece no sustituyó aprovechando el paso por vestuarios, pero sí cuando habían transcurrido apenas cinco minutos de la segunda mitad (movimiento un tanto extraño por el momento), después de que ofreciera un nivel muy discreto por un costado derecho en el que Carreira también percutía.
Mensajes positivos al entorno
El futbolista cedido por el Celta fue el protagonista que siguió a Beccacece en la sala de prensa del Martínez Valero tras el choque, insuflando aún más ánimo al entorno que lo había hecho su técnico. Si el entrenador reafirmaba su convencimiento de que, con más trabajo, corrigiendo errores, mejorando en algunos aspectos iban a "conseguir el sueño", Carreira por momentos pareció transmitir que estaba viviendo un sueño como franjiverde.
El lateral sub-23 decía atravesar "una época bonita porque nunca había vivido poder meternos en un 'play-off' o lograr un ascenso. Estoy encantado y con motivación", al tiempo que enviaba un mensaje a la afición en la línea de Beccacece, pero aún más positivo: "Veo al equipo y es imposible no confiar en los jugadores que me rodean. Somos un equipazo, pero hay que cambiar el chip, cortar la sequía y volver a hacer lo que sabemos hacer", apuntaba refiriéndose a uno de los talones de Aquiles que ha vuelto a aflorar incluso antes de iniciarse la racha negativa de tres derrotas consecutivas y es el de los errores en defensa y goles encajados.
El Elche ha recibido ocho tantos en las últimas cuatro jornadas (dos en la victoria contra el Albacete y tres, unos y dos en las derrotas con Levante, Racing de Ferrol y Real Oviedo, respectivamente) y más de uno era evitable. Este viernes no hubo errores groseros atrás, pero sí los goles encajados llegaron el transiciones provocadas por pérdidas de los franjiverdes, aunque en campo contrario.
Los bailes en defensa, consecuencia de las sanciones, pueden no estar ayudando al equipo, pero es evidente que hay otros factores sobre los que trabajar, con independencia de que en el actual tramo de la competición todos los adversarios se juegan algo e incluso el Elche ha llegado a convertirse momentáneamente en el rival a batir con la fulgurante marcha que protagonizaba en la segunda vuelta. Es lo anterior, el rendimiento que han ofrecido los franjiverdes durante la mayor parte de la segunda mitad del curso, además de los 24 puntos a que tienen aún acceso, lo que debe invitar a pensar que ni está todo perdido ni es tampoco momento de quemar las naves, volverse locos. Eso sí, es necesario mejorar y cuanto antes.