ELCHE. Finalmente el actual vicerrector de Infraestructuras y catedrático de Genética, Juan José Ruiz, el candidato continuista, ha sido quien ha ganado las elecciones a rector en la Universidad Miguel Hernández de Elche (UMH). Con el 100% de los votos escrutados, Ruiz se ha impuesto con el 77% de los votos ponderados frente al 23% del catedrático de Física Carlos Pastor, que se presentaba por tercera vez a los comicios de la universidad. Así pues, Ruiz pasa a ser el tercer rector que tiene la UMH después de dos décadas, tras Jesús Rodríguez Marín y Jesús Tadeo Pastor Ciurana.
Aunque Ruiz ganó en prácticamente todos los grupos en los que se segmenta el censo, los doctores eran el campo de batalla principal en el que pelear, ya que apenas superando los 380 censados, su voto llegaba a casi el 52% de valor del voto ponderado. Ese voto ponderado es el voto corregido por la proporción que representa el votante respecto a un colectivo dentro la comunidad universitaria. Y en el sector R1, el de los doctores —del cuerpo docente—, Ruiz logró el 40% de los votos, mientras que Pastor sólo consiguió el 10%. Un gran valor por tanto el de este grupo, como marca la normativa universitaria a nivel nacional.
En el grupo R2 se encuentra el personal docente e investigador contratado o los funcionarios no doctores, en el que el flamante rector consiguió el 8% frente al 3% de Pastor. En el grupo R3, se encuentran los ayudantes doctores, profesores con contrato en vigor o el personal investigador predoctoral. Aquí Ruiz se hizo con el 8% de los sufragios mientras que Pastor no llegó al 1%; en el cuarto grupo, el del estudiantado, el más amplio por tanto, Ruiz se hizo con el 12% proporcionalmente mientras que Pastor el 5%. Por último, en el grupo R5, del Personal de Administración y Servicios (PAS), Ruiz se hizo con el 7% de los votos y Pastor con el 1%.
Una victoria holgada por tanto, en la que Juanjo Ruiz consiguió el 77,69% del voto ponderado, es decir, midiendo el valor proporcional de cada segmento dentro de la comunidad universitaria. Pastor se quedó con el 22,31%, menos que el 30,54% conseguido en 2015. Al final, su mejor resultado fue en 2011, con el 45% de los votos, cuando estuvo cerca de disputarle a Jesús Tadeo Pastor, el entonces candidato oficialista, el puesto de rector.
Por otra parte, cabe resaltar que la participación bajó en todos los segmentos con respecto a 2015. Destaca, una vez más, la baja implicación del alumnado en el proceso electoral. Si en 2015 tan sólo votó el 16,89%, es decir, 2170 personas de un censo de 13.263; en 2019 ha votado el 12,52%; 1526 alumnos de un censo de 12.377. Igualmente, el tercer segmento, el de los ayudantes doctores, profesores con contrato en vigor o el personal investigador predoctoral, volvió a registrar una baja participación, con el 34,27%; en 2015 fue del 37,09%. En el resto de grupos, como en los últimos comicios, la participación fue alta.
El apunte de la jornada, como ya pasó en anteriores comicios, sobre todo en los de 2011, en los que hubo presiones a alumnado para que votara a determinados candidatos —y más polémica, Carlos Pastor pidió anular el voto anticipado—, en la jornada del miércoles, a pesar de que transcurrió con total normalidad, también hubo jugarretas similares. Sobre las 11 de la mañana en una de las puertas de Altabix un grupo de gente estaba ofreciendo papeletas de uno de los candidatos con sobres y regalando material para que se efectuara el voto.
Con todo, y tras el proceso, queda por delante toda una legislatura de cuatro años encabezada por Ruiz, con un equipo de 13 personas, con algunos vicerrectores que repiten como Vicente Micol, María Teresa Pérez o Tatiana Sentamans, entre otras personas. Para el nuevo proyecto ha fichado a otras caras conocidas como la profesora y exconcejal popular María José López y perfiles como el de Raúl Reina, del Centro de Investigación del Deporte (CID). Ruiz destaca en su programa aspectos de mejoras en diversos ámbitos en la vida universitaria, la comunidad del campus y proyectos sociales, aunque destaca también la promesa de un nuevo edificio, La Valona —que planteó podría albergar un restaurante y mirador— o un circuito de running por el interior de la universidad.