Las naves de las antiguas instalaciones de Amaro en el Puerto que Innovación pretende transformar en un laboratorio tecnológico abierto a las empresas. Foto: PEPE OLIVARESALICANTE. El proyecto de transformación de las antiguas naves de Amaro González en el Puerto de Alicante en un laboratorio tecnológico al servicio de las empresas supondrá una inversión estimada de 4,8 millones. Como mínimo, ese es el presupuesto calculado por la Conselleria de Innovación, Universidades, Ciencia y Sociedad Digital con el que se prevé impulsar su creación, en el momento en el que se pueda disponer del uso de ese conjunto de edificios.
A priori, el consejo de administración del Puerto prevé aprobar este jueves la firma del convenio por el que se regulará la cesión de ese antiguo complejo industrial por un plazo mínimo de 30 años sujeto a posibles prórrogas. En el momento en el que se haga efectiva la cesión, el departamento autonómico que coordina Josefina Bueno prevé que las obras de recuperación y adaptación de las naves puedan quedar adjudicadas en un plazo de entre cuatro y cinco meses, siempre que la administración entrante tras la celebración de las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28 de mayo decida mantener el impulso de esa iniciativa.
Sea como fuere, con las expectativas de ese primer calendario, Innovación augura que ese laboratorio para el ensayo de desarrollos tecnológicos -que también funcionará como centro formativo para fomentar la empleabilidad de sectores afectados por alta incidencia de paro- podría ponerse en funcionamiento poco más de un año después. Es decir, durante los primeros meses de 2025, ya que se estima que las obras a ejecutar requerirán de un plazo de poco más de un año.
La actuación programada no correría íntegramente a cargo de los presupuestos autonómicos. Fuentes de Innovación consultadas por Alicante Plaza precisaron que se contaría con cofinanciación de la Unión Europea, a través de fondos Feder, con los que se cubriría el 60% de la inversión requerida. Es decir, en torno a 2,9 millones. El importe restante sí quedará completado por la Generalitat.
Las antiguas naves de Amaro disponen de una superficie útil de unos 5.000 metros cuadrados repartidos en varios edificios interconectados. Se pretende que su transformación en laboratorio tecnológico para la evaluación de nuevas aplicaciones relacionadas con la Inteligencia Artificial, el internet de las cosas, el blockchain o las redes 5G sea el germen de un hub de innovación que abarcaría el conjunto del espacio del sector de Poniente hasta la ubicación de la terminal provisional de autobuses, lo que supondría abrazar las edificaciones del antiguo barrio de Heliodoro Madrona.
