El Valencia aprende la lección y cumple su palabra de no abrir la taquilla del Antonio Puchades

VALÈNCIA. El Valencia ha aprendido la lección. No está conforme con la propuesta de sanción del Consell (ha alegado por partida doble) por discriminar a los aficionados alicantinos el pasado octubre, pese a que la cuantía de la multa propuesta por la conselleria de Cultura es ridícula en relación a su millonario presupuesto, pero este domingo y con motivo de la vista del Castellón cumplió su palabra y no abrió la taquilla del Antonio Puchades.

Idéntico anuncio hizo de cara al encuentro entre su filial y el Hércules del pasado 14 de octubre pero luego no solo la abrió, es que cometió la torpeza de ejercer el derecho de admisión de manera contraria a la Constitución (no vender entradas en la misma a los aficionados en cuyo Documento Nacional de Identidad figuraba que residían en una localidad de la provincia de Alicante) lo que le valió el citado procedimiento sancionador por infracción de la Ley del Deporte de la Comunidad Valenciana, ser objeto también de un expediente por parte de la Comisión Antiviolencia y de una investigación por parte de la Fiscalía Provincial de Valencia por la presunta comisión de un delito de odio.

Este domingo un total de 250 aficionados albinegros asistían al partido de su equipo con el Valencia Mestalla (y que finalizaba con victoria local por uno a cero, gracias a un tanto de falta de Lolo Plá superada la hora de juego). Esa es la cifra de entradas que el Valencia puso durante la semana a disposición del club castellonense que a su vez las vendió (al precio de tres euros) entre sus aficionados: 50 de ellas a través de la Federación de Peñas del CD Castellón; otras tantas por medio de la Agrupació de Penyes Albinegres; y las 150 restantes directamente entre sus abonados.