ELCHE. Pilares en mal estado, humedades, fachadas desconchadas, balcones con desperfectos o muros de carga que están agrietando paredes exteriores. Son algunas de las situaciones que se viven en Porfirio Pascual, una de las zonas deterioradas de Carrús Este, con 18 bloques que superan los 60 años y que por la edad y la falta de actuación, llevan años sufriendo estas situaciones y esperando a que el Ayuntamiento tome más cartas en el asunto. Es lo que este jueves pedía la asociación de vecinos, ante el hartazgo de llevar años sorteando estos problemas.
Sin ir más lejos, el Ayuntamiento ha tardado hasta siete meses en apuntalar un edificio del barrio tras un requerimiento de la Generalitat. Los vecinos denuncian que el barrio está "dejado y deteriorados desde hace muchos años", indicando que han enviado vídeos y fotos al Consistorio sobre la situación, registrándolo por la OMAC en febrero de 2020. Eso sí, sin respuesta. Hablan de casos como el mencionado, en el que las comunidades de vecinos son las que sufragan parcialmente algunas de las problemáticas de los edificios, sacando dinero de donde se puede al tratarse de un barrio trabajador. En el caso mencionado del apuntalamiento, la comunidad ha invertido más de 20.000 euros, desembolsando 2.000 euros cada propietario, aunque tan solo pudiendo solventar algunas de las problemáticas. Aún quedan, por ejemplo, los tejados.
Denuncian que se han realizado arreglos en barrios como San Antón o Los Palmerales y que el suyo también necesita atención, "y no obras faraónicas en las que se va a invertir mucho dinero, 4 millones de euros", explican en referencia al proyecto de la renovación de la fachada de Carrús Este y la pasarela. "No queremos unos edificios nuevos, queremos arreglos en los pilares, los bajos... hay numerosas humedades", señalan, con corrientes de agua en los bajos, ya que en los sótanos hay sistemas de PVC que se han quedado desfasados, en lugar de sistemas de alcantarillado. Al ser inmuebles antiguos, lo que había eran pequeña acequias que evacuaban el agua.
Los principales problemas son los pilares y bajos, que apunta el presidente Juan Curiel "están viendo los vecinos de dónde sacar el dinero". Este es el otro gran problema, que aunque la administración autonómica o local concedan subvenciones para las reformas, son a posteriori; antes las comunidades son las que sufragan las mismas, "y supone además de la obra, el dinero del proyecto, el Informe de Evaluación del Edificio (IEE), la contratación de la constructora o la fianza que te pide el Ayuntamiento. Y no nos han bonificado la licencia de obra", explica otra vecina de la asociación. Una serie de trabas y de burocracia que puede llevar bastantes meses cuando no años para el desembolso. Incluso señalan que algunos se han hecho sótanos de vivienda en los inmuebles, sin control, y que el Ayuntamiento no lo controla.
Además de ello, hay desperfectos en balcones, fisuras en fachadas y pequeños arreglos que cada uno se ha ido gestionando. Un abandono que lamentan porque inciden en que el Consistorio es consciente de la situación y que en barrios como San Antón se ha actuado de urgencia para apuntalar en balcones, por ejemplo. "Aquí nos interesa más construir que reparar, que es lo que queremos, es donde está la conservación de las viviendas. Nos las hemos visto de todos los colores para pagar 2.000 de euros por vecino".
Exigen que se ejecute la orden del IEE a los vecinos para conocer cómo están los bloques, que se han pintado y tienen otra cara, pero desconocen cómo está la estructura interna. Justamente estos días la Generalitat ha advertido que se va a pedir, incluso bajo riesgo de sanción, ese informe de evaluación a los edificios de más de 50 años, como es el caso. Hace varios meses, el pleno municipal aprobó impulsar la ordenanza que estima la legislación en materia de estos IEE para conocer la situación. Una situación que tiene sus daños colaterales porque puede suponer conflictos para la administración local al tener que enfrentarse a comunidades que no se pueden permitir esos informes o reparaciones. De ahí que en Porfirio Pascual pidan que se agilicen y simplifiquen estas ayudas.
Como contó este medio, aunque es en Porfirio Pascual donde ahora se ha puesto el grito en el cielo, dentro del gran problema urbanístico que sufre Carrús, no es allí donde únicamente está el problema de la falta de informes de evaluación. Solo el 1% de los 31.600 edificios de Elche tiene Informe de Evaluación, y la mayoría con afecciones graves. Hay mucha vivienda con más de 50 años en todo el municipio que requiere de intervenciones urgentes. Eso sí, en los últimos años ha sido en Carrús donde ha habido incluso varios colapsos.