ALICANTE. En puertas de la primera de las nueve finales que le restan por delante para recuperar la condición de candidato al ascenso (vía 'play-off'), el Hércules optaba por señalar a los errores arbitrales que vienen penalizándole en las últimas jornadas.
Primero lo hacía el técnico Rubén Torrecilla y después el club. En su comparecencia de prensa previa al choque con el Valencia Mestalla del domingo, el preparador blanquiazul pedía "protestar", pues consideraba que detrás de la caída de rendimiento del equipo no solo se encuentra la falta de acierto de sus jugadores, también de los árbitros: "Somos el mismo Hércules, la diferencia es el acierto y las cosas que te quitan. Y si te las quitan, hay que protestar. No tratan a un histórico del fútbol español como Dios manda. No pido que me trates mejor, pero no me quites lo que tengo", decía el técnico horas antes de que la entidad del Rico Pérez difundiera un vídeo de dos minutos de duración con las acciones polémicas de los encuentros ante Europa, Cerdanyola, Peña Independent, Valencia Mestalla o Formentera.
La política de señalar a los arbitrajes ni es nueva en el Hércules ni en el fútbol español. Son muchos los clubes que hacen uso de sus canales de comunicación para dar su punto de vista sobre decisiones controvertidas de los árbitros que entienden que les han perjudicado. En función de la forma y el contenido esta práctica puede ser sancionada (recientemente el Real Madrid ha visto como el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol le abría expediente por un vídeo difundido por su canal de televisión y que fue denunciado por el Sevilla), aunque lo anterior suele ocurrir más cuando sr trata de declaraciones estridentes de un futbolista o de un entrenador (de ahí el recurso a las redes sociales de los clubes).
Es verdad que el Hércules se ha visto este curso perjudicado en varios encuentros por los errores arbitrales, pero también ha habido alguno (los menos), en los que los mismos le han beneficiado. El hecho de que el vídeo se difunda en un momento en el que el equipo de Torrecilla ha dicho adiós por adelantado a la pelea por la primera plaza tras ser solo capaz de sumar ocho de los últimos 24 puntos puestos en juego ha despertado no pocas críticas, si bien es cierto que de no haber sufrido las consecuencias de determinadas decisiones erróneas del árbitro de turno su situación no sería la misma. En la última jornada, en la que el Hércules empató a nada con un rival directo hubo, sin ir más lejos, un par de acciones polémicas (como un fuera de juego inexistente que privó a Marcos Mendes de un mano a mano con el portero contrario) que le penalizaron. Errores que se sumaban a otros sufridos en las semanas anteriores, en las que los resultados del equipo han distado de ser los esperados.
Además, el Comité Técnico de Árbitros no ha estado últimamente muy inspirado con las designaciones arbitrales que afectan a los blanquiazules: el choque con el Europa lo dirigió el almeriense Francisco Javier Fernández Cintas y el envite ante el Valencia Mestalla de este domingo lo arbitrará el palmesano Lluís Balle Reus, pero la cita con el Penya Independent de hace tres semanas la dirigió un trencilla ilerdense, concretamente Joan Masip Vidal, cuando el equipo de su ciudad es rival directo de los blanquiazules. La falta de estética del Comité de turno con carácter previo al encuentro se vio agravada durante el mismo por un error arbitral en la apreciación del fuera de juego que privó al Hércules de empatar antes del descanso un duelo que terminó perdiendo (2-3).
El club del Rico Pérez sí ha sufrido un trato desigual en temporadas anteriores, pero no en relación a los arbitrajes; descartada, por tanto, la existencia de una mano negra en materia arbitral, a nadie le escapa que detrás de las decisiones erróneas sobre el verde que denuncia el Hércules se encuentra la juventud de los árbitros (el del domingo, quien precisamente tendrá a un hermano como asistente en una de las bandas, también es un debutante en la categoría) y la ausencia de otros elementos de valoración con que sí cuentan en otras categorías (en cuarta no hay videoarbitraje). Ese el precio a pagar por competir en el segundo escalón del fútbol no profesional y por tener como adversarios directos a conjuntos de la Federación Catalana de Fútbol, cuyo peso en Las Rozas siempre ha sido mayor que el de la Federación de Fútbol de la Comunidad Valenciana.
Sin denuncia formal
Por cierto, el club blanquiazul se ha limitado a publicar en las redes sociales el vídeo, pero no ha trasladado una queja formal al Comité Técnico de Árbitros. El vídeo va acompañado del siguiente mensaje: "No queremos salir beneficiados por el colegio arbitral, pero tampoco queremos que nadie perjudique nuestro trabajo. Somos un club con más de cien años de historia y merecemos el mismo respeto y la misma arbitrariedad que el resto de equipos de nuestra categoría".
