ALICANTE. Pablo Íñiguez seguirá vistiendo de blanquiazul las dos próximas temporadas.
El central zurdo había finalizado su cesión con el Hércules el pasado 30 de junio y se encontraba libre en el mercado ya que el año de contrato que le restaba con el Reus cuando llegó a Alicante se extinguió con el descenso de los rojinegros a Segunda División B.
Nacido en Burgos hace 25 años, pero valenciano de adopción, Pablo se formó como futbolista en la cantera del Villarreal donde coincidió con Lluís Planagumà. El preparador barcelonés y el director deportivo, Javier Portillo, se habían marcado como reto casi personal el fichaje de este futbolista que contaba con muchas novias, todas ellas de categoría superior.
En la 2018/19, con el Hércules, ha jugado 33 partidos oficiales y anotado tres goles. Además de la camiseta blanquiazul, la rojinegra del Reus y la amarilla del Villarreal, también ha defendido las de Girona y Rayo Vallecano.
Semanas atrás en una entrevista a Alicante Plaza, el futbolista decía haberse reencontrado con su mejor versión en el Hércules.
"Una prioridad"
En declaraciones a la página web del club, Portillo ser refería al fichaje de Pablo en los siguientes términos: "Nuestra idea es mantener el bloque de la pasada temporada y este fichaje era una prioridad. Afortunadamente lo hemos conseguido. Agradezco a Pablo su esfuerzo y compromiso. La pasada temporada ya demostró de lo que es capaz como futbolista. Tiene gran salida de balón, gran calidad técnica y rapidez, y a sus virtudes se suma el compromiso que nos ha demostrado".