El Hércules aspira a no pagar alquiler ni por el estadio Rico Pérez ni por el Arena Alicante

ALICANTE. Ni por el Rico Pérez ni por el futuro Arena Alicante. El Hércules aspira a no tener que pagar un alquiler y hacerse cargo solo de parte de los gastos ligados al mantenimiento de la instalación en la que juega y, si la Generalitat cumple su palabra, seguirá haciéndolo una vez sea su nueva casera.

Ese es el objetivo del club blanquiazul, que mantiene a día de hoy una negociación con el Instituto Valenciano de Finanzas (IVF), el actual propietario del Rico Pérez. La intención de las partes es cerrar un acuerdo que permita regularizar la situación actual, al tiempo que ser base de un futuro convenio con la Generalitat, que ya le ha trasladado al banco del Consell su voluntad de obtener la cesión onerosa del estadio. Por esa razón, el otrora coliseo blanquiazul era objeto este lunes de una inspección por parte de técnicos contratados por el IVF, a fin de determinar su estado y asignarle un valor actualizado (la última tasación data de 2017 y lo valora en 13,5 millones de euros).

Además de construir el Rico Pérez (gracias a lo que Alicante pudo ser sede de España 82), aunque desde 1994 ya no sea de su propiedad, el Hércules aduce que es gracias a él que la instalación tiene razón de ser, al tiempo que ayuda a los poderes públicos a cumplir con su obligación de promover el deporte y a dinamizar la actividad a todos los niveles.

Teniendo en cuenta que en 2007 suscribió con Aligestión Integral un contrato de alquiler que le obligaba al pago durante 25 años de una suma anual equivalente al 7% de sus ingresos brutos por ejercicio (además de asumir los gastos de mantenimiento), la postura que ahora adopta el Hércules puede llamar la atención, pero no es menos cierto que no sería precisamente el primer club de fútbol en hacer uso de un estadio municipal sin pagar alquiler, otro aspecto que desde Foguerer Romeu Zarandieta están poniendo sobre la mesa. El Real Murcia, sin ir más lejos, no solo no lo hace, es que solo corre con parte de los gastos derivados del mantenimiento del estadio Enrique Roca, moderna instalación titularidad del Ayuntamiento de Murcia que vendría a asemejarse al contenedor de actividades en que piensa transformar la Generalitat el vetusto Rico Pérez. 

El club grana tiene, además, la posibilidad de obtener ingresos distintos de los derivados directamente de la celebración de sus partidos (juega en exclusiva), pues alquila el estadio para conciertos, ha vendido el 'naming' (nació como Nueva Condomina) o se dispone a poner en marcha un gimnasio y una clínica de fisioterapia en su segunda planta y a explotar los bajos comerciales. Lo anterior, al mismo tiempo que el consistorio ha asumido el gasto en electricidad y va a hacer lo propio con el de agua después de la última modificación del convenio entre ambas entidades, cuya vigencia arrancó en 2007 y se extiende por 50 años.

También en la vecina ciudad, el UCAM Murcia tampoco paga alquiler por La 'vieja' Condomina, que al igual que la 'nueva' es titularidad del Ayuntamiento de Murcia, aunque se hace cargo de más gastos que los que asume el Real Murcia en el Enrique Roca e incluso en 2016 corrió con el coste de remodelar parcialmente el estadio para poder jugar en él tras ascender a LaLiga SmartBank. Al igual que ocurre con el convenio con el Real Murcia, el que vincula al consistorio murciano y al UCAM también ha sido modificado recientemente, pudiendo el club universitario desde entonces obtener un ingreso extra por la comercialización del 'naming' de la instalación, por ejemplo.

Y más cerca, en Alcoy, el Alcoyano tampoco abona alquiler alguno al consistorio de la ciudad por El Collao, siendo además muy pocos los gastos derivados del uso que tiene que asumir (la electricidad y agua corren por cuenta del consistorio) en el marco del convenio vigente entre ambas entidades.

Como hace el Real Murcia en el Enrique Roca, el UCAM y el Alcoyano también juegan en exclusiva en La Condomina y El Collao. En este punto el Hércules es más ambiguo, pues en la situación de economía de guerra que vive, si bien desearía ser el único equipo que dispute sus partidos como local en el mismo, se impone la necesidad de ahorrarse o reducir el máximo de gastos posible y por eso, llegado el caso de seguir en categorías tan deficitarias como la Segunda o la Primera RFEF, 'compartir' el césped sería una opción.