ALICANTE. Mantener una deuda en situación irregular desde abril de 2017 con la Agencia Tributaria cuyo importe, con intereses, asciende a 4,2 millones de euros y tiene naturaleza de crédito privilegiado es sin duda un serio problema para el Hércules.
Buena prueba de lo anterior es que, como adelantábamos en Alicante Plaza hace dos semanas, el club reconoce por escrito su temor a que un acreedor pueda solicitar la liquidación forzosa del club, cuando solicita que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea suspenda la obligación de pago de los otros siete millones que también amenazan la supervivencia de la entidad, en este caso reclamados por la Comisión Europea y que por ahora se libra de pagar gracias a una cautelarísima caída del cielo.
La deuda del Hércules con Hacienda es sensiblemente inferior a la de otros clubes, pero también superior a la de la mayoría y tampoco la entidad viene mostrando mucho interés en resolver su situación, firmar un nuevo convenio singular que permita ordenar su pago y es que se limita a guardar silencio ante el planteamiento trasladado por el fisco semanas atrás y que también adelantó este medio.
La indefinición, por llamarlo de alguna manera, del Hércules obliga desde hace 18 meses a la Agencia Tributaria arrojarse sobre todo bien o derecho libre de cargas titularidad del club: por ejemplo, además de no recibir una oferta que colmara sus exigencias, en el Hércules había poco interés en acceder a un traspaso o cesión de Juanjo Nieto ya que los derechos económicos derivados de la operación nadie duda de que irremediablemente habrían ido a parar al fisco, a cuenta de la deuda. Meses atrás fueron créditos a favor del club, por ejemplo lo que mantenía contra varias mercantiles que le habían contratado publicidad, lo que el Hércules dejó de percibir en beneficio de la Agencia Tributaria que en estos días, consciente de hay ingresos con regularidad derivados de la venta de carnés de abono, no pierde de vista las cuentas bancarias del club.
Mientras la situación siga siendo esa, todo y los problemas que en el día a día puede generar que la recaudación de una semana por la campaña de abonos (varias decenas de miles de euros) sea embargada, se puede entender la apuesta del club cuyo primer equipo en Segunda B donde los ingresos brillan por su ausencia. Ahora bien, el pago de los impuestos y tributos que se devengan regularmente resulta clave para que la Agencia Tributaria no busque en el Juez de lo Mercantil complicidad para forzar a Ortiz y Ramírez a pagar de una tacada y evitar la liquidación forzosa del Hércules.