Dentro de la fábrica de calzado 'made in Elche' de Wonders: 300 empleados y 600.000 pares al año 

ELCHE. Aunque la mayoría del pueblo ilicitano está vinculado y familiarizado de una forma u otra con el calzado, no todo el mundo conoce los pormenores de la totalidad de un proceso que hoy en día funciona como una cadena de montaje con últimas tecnologías. Es el caso de una de las grandes compañías de calzado de Elche, Wonders, la cual visitaron este jueves una treintena de personas a cargo de Relaciones Empresariales del Mediterráneo (REM) para conocer su caso de éxito. La enseña fundada en 1985 emplea a día de hoy a más de 300 trabajadores y fabrica 600.000 pares al año, siendo referentes en la venta online.

Junto al fundador de la compañía, Jaime Carbonell que hizo de embajador de la visita, acompañaron también sus hijos, al frente ahora de la misma, y el director general, Francisco Oliver. Los visitantes de las empresas asociadas pudieron comprobar de primera mano cómo es el proceso para elaborar el calzado en una de las firmas punteras del país en el sector. Entre los asistentes, además de los CEOs de REM Sandra Torrighelli y Francisco Chico de Guzmán, también representantes de Tressis, Cartonajes Salinas, Publiantón, Devesa Abogados, Manuela Conejero, Cadena Cope, Byopen, Costa Weflen Group, Hermanos Aznar, Fotón Asesores, Brandty, Ibercaja, Clínicas Ume, o el concejal de Promoción Económica del Ayuntamiento, Samuel Ruiz. 

De los modestos inicios en la comarca al referente de hoy

Jaime Carbonell, cuya familia venía de trabajar en el campo, siguió el ejemplo de su padre Isidro: cuando se trasladaron a la ciudad, montó una fabrica en Altabix, empezando con las alpargatas, la incipiente industria ilicitana, y cortes para otras fábricas. El hermano mayor de Jaime le dejó al cargo, y tras varias asociaciones, montó la primera fábrica en Benejúzar. De ahí pasaron a otra en Alzabares Alto, donde ya fabricar para marcas blancas y ya empezaron a jugar con la marca Wonders. En los 90s compran terreno en el enclave de Torrellano, el hoy Parque Empresarial, donde pasan definitivamente a funcionar como Wonders —como apunta Jaime, Wonder no podía registrarse, de ahí que se le añadiera la 's'; maravillas en español—. 

Como añade su hija Francis Carbonell, responsable de la estrategia online, en 1985 empieza todo. "Posicionamiento en tiendas físicas, entonces y durante los 90 la mayoría de producción era nacional, el 80%, y el resto internacional, y aquí empieza a darse la vuelta hasta hoy, donde estamos ya casi en un 80% internacional y se posiciona la marca también en tiendas físicas". Disponen de tiendas físicas hay un par de outlets en Madrid y Barcelona, pero sobre todo compiten en tiendas multimarca.

Desde que Jaime da un paso atrás hace seis años y deja en primera línea a sus hijos, la segunda generación Carbonell, se habían hecho algunos pinitos online, pero ya lideran esa vertiente. Hoy son 4 de los 5 hermanos al mando: Rubén Carbonell es el presidente de Calzados Danubio (propietaria de la enseña), que gestiona la parte nacional, Jorge Carbonell la parte internacional, Nuria Carbonell es responsable del diseño y Francis Carbonell se encarga del contacto, venta y posicionamiento online. Toda una evolución de la compañía, que empezó con una veintena de trabajadores y hoy supera los trescientos. Como esgrime Francis Carbonell, una parte importante de la compañía es que hay apego personal de los trabajadores. Incluso familias, donde hijos e hijas de trabajadores han entrado en la empresa. "Aquí hay gente que lleva treinta años trabajando, están a gusto, hay estabilidad, buenas condiciones...", esgrime la responsable de la parte online, aunque también reconoce, como lo hacía Francisco Oliver, que tienen un problema, como toda la industria, con el relevo generacional y la especialización. 

Hacia el 80% de la exportación y otras cifras

Su mercado internacional tiene mucha potencia en Europa, destaca, con Reino Unido, Italia, Francia, Irlanda o Alemania como ejemplos, y "ahora hemos entrado con mucha fuerza en Polonia, que es un país emergente ahora está subiendo mucho su economía". También venden a Estados Unidos, Canadá o China (en China, Canadá o Australia, a través de un distribuidor) y están muy posicionados en Roma. Actualmente cuentan con cuatro fábricas y aunque están haciendo un esfuerzo por crecer aún más en la parte online, tienen planes de futuro como la construcción de un centro logístico en el Parque Empresarial. En este sentido, su idea es y sigue siendo crecer y fabricar en España, concretamente en Elche, aunque sí comenta Francis Carbonell que es complicado por el reto que tienen de enganchar al relevo generacional. Aunque apostilla que hay gente joven que ha entrado a probar en prácticas o solo con vocación temporal en la empresa y ha acabado quedándose. 

En cuanto a su producto, esta empresa familiar destaca cada paso de su proceso de producción para lograr un zapato "de alta calidad, muy cómodo y de moda" con las últimas tendencias, destacando de entre sus más de 300 modelos de colección, las sneakers y sandalias de su colección ultraligera con la tecnología Wondersfly. "Marcó un hito significativo para la marca, proporcionando a los clientes pisos que combinan ligereza, confort y resistencia a los impactos". Factor clave para su elevada exportación a más de 50 países. A nivel nacional tienen más de 130 clientes con más de 160.000 pares vendidos al año y en el plano internacional, más de 400.000 pares vendidos anuales.

Wonders por dentro

En la principal sede en Elche Parque Empresarial la visita organizada por REM pudo ver claramente cómo es el proceso interno con las tres fases de fabricación del producto: cortado, aparado y mecánica. Aunque físicamente lo primero que se ve es el aparado, hay anexa una pequeña sala, "el corazón de la compañía", que lo llama el fundador Jaime Carbonell, donde se encuentra el equipo de diseño que dirige su hija Nuria Carbonell. 

En esta fase analizan las tendencias, coloridos o tejidos, entre otros, planteando desarrollos de cara a los diferentes modelos que se ponen sobre la mesa con los dibujos y posibles materiales. "Funcionamos como un patronaje de moda", explica. Del primer dibujo se pasa a la parte técnica, hecha por ordenador. Aplican sobre la horma con la forma del zapato los dibujos diseñados previamente para elaborar un prototipo sobre el que prueban por ejemplo un determinado tacón o piso. "Siempre teniendo en cuenta la comodidad para que calce bien y que no haga daño", explicaba Nuria Carbonell. 

Una vez hecho el dibujo se pasa al departamento técnico en el que se traslada ese dibujo a patrones (piezas en cartón) y que después pasan por las máquinas con el cortado de la piel, unión de piezas, etc. El departamento es la parte creativa de donde salen los colores, formas, tejidos, pieles... Siempre buscando ideas en ferias de materiales (Micam o París), escaparates, tendencias o grandes marcas que fijan tendencia, "como Tempe en Zara, Prada, Gucci; las pasarelas iniciales". Aunque después siempre se amoldan al cliente y lo llevan a su producto. 

Del diseño a la fabricación: una cadena de montaje y una parte muy artesana

Después de esa fase más creativa ya entra en liza la parte de fabricación. Y específicamente en Wonders además se puede comprobar el propio desarrollo histórico de la industria del calzado, ya que conviven y se mantienen el cortado manual a cuchillo, las máquinas de troquel hidráulico y las automáticas, más modernas, que combinan cortado con cuchilla y con láser. "Antes se cortaba todo a mano, pero la entrada de estas máquinas supuso un gran avance, porque permiten trabajo en masa y procesos más rápidos", explicaba Jaime Carbonell mientras hacía de guía por esta parte de la fábrica. 

Actualmente, esas máquinas automáticas cortan según la información que se le introduzca, el número de pares, la forma, el tamaño... depende de la tirada. Como explica Francisco Oliver, director general, "el 50% de la producción sale de estas máquinas". Un monto importante porque son 600.000 pares al año los que fabrican. Lo que equivale en una de las fábricas a unos 1.100 pares al día, más de 20.000 al mes. Aun así, si bien estas máquinas han transformado esta industria, "el operario sigue siendo necesario, el cortador es un calculista", esgrime el director general, ya que hay pequeñas arrugas o imperfecciones en la piel o tejido que el sistema informático no detecta. 

No obstante, detrás de estas grandes cifras hay un trabajo de filtrado que no se ve, como indica Oliver. Se diseñan unos mil modelos por temporada, pero de ahí se fabrican finalmente unos 500, ya que la mitad van cayendo por descarte por costes u otros factores. Hasta que la colección se queda en esos 500 modelos, se venden en la tirada unos 350 y quedan unos 150 en stock. Teniendo en cuenta que de esos 350 modelos, después la tienda, es decir su cliente, elige lo que quiere de la colección. "Hay que multiplicar esos 500 modelos por diferentes tamaños, colores...", plantea Oliver. En otras palabras, antes del zapato final en la tienda hay una cantidad enorme de opciones que se han ido descartando hasta que el cliente elige lo que quiere en la estantería. 

Varias líneas de hormas y seguimiento al detalle

Tras estos cortados hay todo un proceso minucioso, artesanal, que incide sobre cada pieza. "Como el rebajado de la piel para quitar el grosor", apunta el fundador, "o los procesos del aparado donde se pegan cintas para evitar bultos en el futuro zapato". Con la parte final del aparado, se van revisando los pares y los forros antes de pasar a la parte del montaje. Wonders cuenta con tres líneas de hormas con su maquinaria propia, en las que los operarios van moviendo a placer cada línea, cada uno con una asignada, para ir montando las piezas y que estas pasen al siguiente operario (dar forma, colocar suelas...). Y así sucesivamente en cada una de las tres líneas. Cada trabajador tiene asignada una caja o saco con un determinado encargo del cliente donde los códigos indican el diseño específico. 

Trabajo planificado a dos campañas vista

Actualmente se encuentran fabricando los modelos para la campaña de invierno de 2024, pero en un mes empezarán a trabajar la de verano de 2025 y a diseñar la siguiente, de forma que siempre hay una previsión de dos temporadas por delante. El grueso de la colección les lleva un año. Eso sí, aunque una determinada colección se finalice, a veces se lanzan tiradas cortas, el denominado reprise, que es la misma pero con modificados del diseño. Algunos complementarios que se cambian para darle un toque diferente aprovechando que está en fabricación.  

En definitiva, una cadena de montaje donde prima la eficiencia y no se pierde tiempo. Un proceso plenamente engrasado que contrasta con cómo empezó la industria. "Antes no teníamos cadenas de montaje, fabricábamos todo a la vez y lo íbamos transportando en carros", destaca Jaime Carbonell. Finalmente, después del montaje, se revisa el zapato en cuestión, estudiando la calidad del producto. En el caso de que se encuentre algo mal hecho, se vuelve a esa parte del proceso y se hace todo de nuevo desde dicho punto. De ahí al envasado y al almacén a esperar el envío según la fecha del servicio. "A veces con reposiciones que pide el cliente porque le ha funcionado muy bien". Algo que puede paralizar la producción, señala Oliver, "pero la planificación siempre se hace dejando un hueco". Por último, la propia sede cuenta con un segundo almacén, que es la tienda online, zapatos fabricados para ellos mismos para este efecto. 

Sostenibilidad

Por último, la empresa forma parte de la Asociación Internacional Leather Working Group, en muestra de su compromiso con la sostenibilidad en el uso de materiales y procesos de fabricación. Apuntan a que su capacidad para combinar estilo, confort y durabilidad ha llevado a Wonders "a estar presente en el Top 10 de marcas de calzado más reconocidas a nivel mundial". Destacan, para acabar la visita, su compromiso "con la tradición española, la artesanía de calidad y el diseño innovador".