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edificio de 70 viviendas en el sector e-5

Arquitectura contra la soledad: así será el edificio de cohousing de Elche, pionero en la Comunitat

24/03/2019 - 

ELCHE. Los hábitos de vida, las condiciones laborales y sociales... La vida ha cambiado mucho en las últimas décadas, y el urbanismo y la arquitectura, una vez más, se pueden amoldar a las nuevas realidades. Ese compendio de aspectos es el que ha impulsado en los últimos años el cohousing, una comunidad de personas de diferentes edades cohesionada por su forma de entender la relación entre vida privada y vida común. Una visión que en Elche se vertebrará en un edificio que está promocionando el medio propio municipal Pimesa, un inmueble que además de mirar 'hacia afuera', como todos, sobre todo mirará 'hacia dentro', a la comunidad que vive en su interior. Será un proyecto pionero a nivel autonómico ya que es el primero de estas características que nace con presupuesto municipal. 

Auténtica vida en comunidad

En Alicante ya hay un edificio intergeneracional en la Plaza América que es referente a nivel internacional, un proyecto en el que convive gente mayor y gente joven, los primeros no suelen tener recursos y los segundos suelen alquilar el piso a la vez que les prestan cuidados. Una iniciativa intergeneracional que ya se ha desarrollado en otros lugares, a veces impulsados por los propios vecinos, que se agrupan para impulsar estos bloques para empezar una vida más colectiva. Este es el eje que caracteriza el proyecto ilicitano. Teniendo en cuenta que la esperanza de vida es cada vez más alta en España y que hay gente que pasa tiempo sola, esta alternativa ofrece un proyecto vital para la gente mayor, pero también para personas jóvenes, en el que compartir espacios con otra gente que se mueve por los mismos intereses.

Para este inmueble, que se levantará en la calle Mestre Ángel Llorca 14 —en el sector E-5— y al que se puede acceder por compra o alquiler con opción a compra, se ha encargado un anteproyecto para ver el diseño; una orientación sobre los ejes fundamentales sobre los que se tiene que asentar. Y aquí es donde entra el diseño arquitectónico pensado para esta propuesta. El equipo técnico de diversos ámbitos propone que haya una sala común para las tres comunidades —sénior, intergeneracional, familia y sénior—, una sutil sobredimensión de los espacios de circulación que permita encuentros vecinales espontáneos o programados de forma natural, tea corners en los accesos a las viviendas, y pequeñas plazas en las diferentes plantas. También lavabos comunitarios en cada planta, al menos un pequeño espacio asistencial para albergar ocasionalmente personal médico y una zona de lavandería común. Es decir, que el edificio mire hacia dentro, algo que por otra parte emula los antiguos bloques de hace décadas que tenían un patio común o las corralas madrileñas.

Proyecto de integración e impulsor de otras actividades

Mientras que se están sondeando las opciones para la comercialización de los pisos y las ayudas públicas para este tipo de viviendas, desde Pimesa se baraja también la opción de hacer varias escaleras especializadas pensando en personas mayores y con discapacidad. Asimismo, el equipo técnico apunta a que los arquitectos que finalmente desarrollen el edificio, "han de ejecutar una arquitectura orientada la socialización de los vecinos, con sensibilidad hacia las personas mayores y la salud más allá del código técnico. Pensamos que es imprescindible un proceso de diseño participativo entre los futuros integrantes de la comunidad y el equipo redactor del proyecto para poder extraer un grupo embrionario sólido y lo más representativo posible".

En ese sentido, las necesidades que se han detectado son las de tener predisposición a vivir con autonomía y personas afines en lo referente a la soledad; familias con hijos y dificultades de conciliación, para tener apoyo de entorno. Las posibilidades que quiere ofrecer el futuro inmueble es un óptimo marco de convivencia, un diseño participativo del proyecto, así como servicios y riqueza. De hecho, además de los detalles como las diversas escaleras que comunican verticalmente los pisos y la terraza, se pretende que los locales de restauración que se instalen en los bajos, tengan espacios para el vecindario. Además, para diseñar estas necesidades se ha trabajado previamente con diez personas interesadas en la iniciativa, entre 52 y 72 años, personas solteras y familias con hijos. 

La propuesta reparte 70 viviendas —12 de un dormitorio, 46 de dos y 12 de 3, entre los 98 y los 164.000 euros— en tres comunidades que coexistirán en el edificio y que compartirán los espacios comunes. Cada comunidad tiene una serie de características individuales y otras colectivas, por ejemplo, la comunidad familiar necesitará un mayor número de viviendas de tres dormitorios por motivos de mayor densidad de habitantes, la senior querrá estar más alejada de la calle y más cerca del espacio reservado para apoyo asistencial y dormitorio de invitados mientras que la intergeneracional disfrutará de una conexión con el barrio más intensa por su naturaleza heterogénea.

A su vez, el bloque contará con pasarelas de acceso a las viviendas, bien iluminadas, con vistas al patio de manzana y la disposición de las escaleras abiertas, permite que los vecinos de prácticamente toda la comunidad se vean al salir y entrar de casa, que puedan invitarse unos a otros a tomar un café en uno de esos pequeños rincones junto a la entrada de sus viviendas. En las experiencias de cohousing conocidas, cuando la comunidad adquiere un determinado grado de cohesión, lo más natural que debería de suceder sería que gestionase incluso los locales en planta baja del edificio para realizaren ellos actividades de coworking, viveros de empresas o incluso comercios para el barrio gestionados por ellos mismos como un café-restaurante o una guardería.

Así pues, los ejes ya están trazados. En breve se destaparán los sobres de las ofertas para ver quién se encarga del diseño final del edificio. Una oportunidad para los propios concurrentes al participar en un proyecto diferente en el que se busca potenciar formas de vida menos individualistas en las que se potencien las relaciones humanas y se compartan aspectos culturales y sociales. Unas potencialidades que dependerán en buena medida del diseño final del inmueble.

* Los gráficos son imágenes orientativas para el futuro diseño

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