Un avión conectado a una de las pasarelas de embarque y desembarque en el aeropuerto Miguel Hernández, en imagen de archivo. Fotos: RAFA MOLINAALICANTE. Aena responde al crecimiento continuado del tráfico de pasajeros en el aeropuerto Miguel Hernández de Alicante-Elche con otro proyecto destinado a mejorar su capacidad operativa, a la espera de que vea la luz la ampliación de la terminal actual ya confirmada por el Ministerio de Transportes para que el aeródromo provincial pueda procesar la llegada de hasta 26 millones de visitantes anuales.
La nueva mejora diseñada por el gestor aeroportuario comprende una inversión de más de 3,4 millones con la que se prevé habilitar nuevos núcleos de escaleras de acceso directo a la plataforma de estacionamiento de aeronaves en 10 puertas de embarque con el objetivo de permitir una doble vía para que los viajeros puedan subir a bordo de los aviones -o abandonarlos una vez en tierra-, de dos formas distintas de manera simultánea: bien a través de pasarela por la puerta delantera, o bien mediante escalerilla desde la puerta trasera.
Se trata, en definitiva, de posibilitar un embarque y desembarque híbrido en puertas contiguas, lo que agilizará esa fase de la operativa en tierra, con el consiguiente ahorro de tiempos y la mejora en la comodidad para los viajeros, que verán reducidos sus tiempos de espera para subir y bajar de los aviones. En consecuencia, ese sistema permitirá liberar y aumentar la disponibilidad de puertas para canalizar el despegue o aterrizaje de otras aeronaves, lo que -según fuentes de Aena- resulta especialmente necesario en las horas de mayor actividad para agilizar el procesamiento de pasajeros en el inicio y la finalización de cada vuelo.
Lo cierto es que no es un avance inédito en las instalaciones de El Altet. El aeródromo dispone actualmente en funcionamiento de 16 puertas de embarque de contacto y 17 puertas de embarque remoto. Y, en respuesta al incremento de peticiones de embarques híbridos por parte de las compañías aéreas, en 2020 se llevó a cabo una primera intervención por la que se construyeron cuatro bajadas independientes a las puertas de remoto en los puntos de embarque de las prepasarelas PP-27, PP-28, PP-33 y PP-34, con lo que se dio cabida al sistema híbrido.
Las pasarelas de embarque de El Altet.
El balance de funcionamiento de ese nuevo sistema se habría confirmado como satisfactorio tras cuatro años de rodaje, obteniendo "muy buenos resultados en cuanto a fluidez y agilidad de la operativa", según las mismas fuentes. De ahí que ahora se apueste por ampliar esa mejora con esta nueva intervención en otras 10 puertas (en las prepasarelas PP-24, PP-25, con dos unidades, PP-26, PP-29, PP-30, PP-32, PP-35, PP-36, PP-37, según precisa la memoria del proyecto).
Para ello, se llevará a cabo una reforma completa del sistema de puertas de embarque y se aumentará su disponibilidad horaria, más ajustada a las peticiones de las aerolíneas y a sus necesidades operativas. De hecho, la remodelación de ese sistema -ahora en fase de licitación- trata de responder al incremento de tráficos registrado en los últimos tres años, tras la superación de la crisis sanitaria de la covid-19, que ha permitido que el aeródromo provincial alcance ya los 14.094.464 pasajeros en el acumulado de enero a septiembre (un 17% más que en el mismo periodo de 2023).
Ese dato permite augurar que el aeródromo volverá a batir su propio récord en 2024, hasta aproximarse a los 17 millones de viajeros. Máxime si se tiene en cuenta el incremento en la oferta de billetes planteado por las aerolíneas para la temporada de invierno, como ya ha informado este diario.
Pero además, esa inversión adicional de 3,4 millones impulsada por Aena para implantar el embarque híbrido, también permitirá responder al aumento de peticiones que han seguido registrando las propias compañías aéreas, con el propósito de acortar tiempos con el uso simultáneo de pasarela o de escalerilla (por la puerta trasera del avión a través de la puerta de embarque contigua), y que hasta ahora se podían atender por limitaciones de la infraestructura.
El propósito es, en consecuencia, habilitar ese recurso para que los pasajeros puedan acceder a la pista de vuelo en condiciones de seguridad. La ejecución del proyecto queda programada en un plazo de 23 meses: un tiempo ajustado a la necesidad de que su desarrollo sea compatible con la operativa habitual del aeródromo, ya que el concurso establece como requisito que la construcción de esas escalerillas se realice sin alterar las operaciones programadas, según detalla la memoria.
Se trata, además, de una nueva inversión destinada a mejorar el funcionamiento del aeropuerto, a la que se da alas de forma simultánea a la creación de un centro de gestión aeroportuaria (CGA) como cerebro encargado de coordinar el conjunto de las áreas de la terminal para solventar en tiempo real cualquier tipo de incidencia que pueda surgir en el día a día de su funcionamiento, como avanzó este diario.
