ALICANTE. Los cuatro grupos políticos que ejercen funciones de oposición en el Ayuntamiento de Alicante -PSPV-PSOE, Unides Podem EU, Compromís y Vox- acogen con escepticismo, dudas y críticas el anuncio de la apertura de la fase de negociación sobre los presupuestos municipales de 2020 formulado por el alcalde, el popular Luis Barcala, este martes.
En principio, las cuatro fuerzas opositoras coincidieron en remarcar su predisposición a presentar aportaciones, aunque mostraron su desconfianza sobre los compromisos que puedan alcanzar los representantes del equipo de Gobierno, el bipartito en situación de minoría compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs).
Todo, además, en un momento en el que las dos fuerzas aliadas en la gestión municipal tratan de cerrar las cifras de detalle en las últimas reuniones previas a la aprobación del documento en Junta de Gobierno en un proceso que tampoco se antoja fácil, ya que podrían plantearse recortes no previstos hasta ahora en las partidas de algunas concejalías.
Por lo que respecta a los grupos opositores, el portavoz del grupo socialista, Paco Sanguino, planteó en primer término "la incapacidad del equipo de Gobierno de Luis Barcala para sacar los presupuestos de la ciudad a tiempo". En esta línea, apuntó que la fecha máxima para remitirlos al Pleno expiró el 15 de octubre, según el artículo 168.4 de la Ley Reguladora de Haciendas Locales.
Así, apuntó que el PSPV-PSOE "no participará de la normalización de las malas prácticas del gobierno de Barcala, quien también estando en minoría hace unos meses demoró deliberadamente la aprobación de los presupuestos 2019 para presionar a la oposición con la pérdida de 40 millones de euros en inversiones y gasto".
Según el portavoz socialista, el bipartito "pretende utilizar esta misma fórmula con los presupuestos 2020, presentándolos tarde y con prisas para responsabilizar a los grupos de oposición de cualquier contratiempo en su aprobación". Así, mostró su confianza en que el resto de grupos opositores "hayan entendido que no se puede aprobar un presupuesto coaccionados por la prisa, sin diálogo social y sin un tiempo adecuado para su fiscalización".
Además, sostuvo que gracias a la etapa de gobierno socialista "se pudo eliminar el Plan de Ajuste que estranguló las cuentas municipales por la deuda generada por el Partido Popular", aunque en realidad la retirada de las restricciones se acordaron ya bajo el mandato del PP en solitario. En todo caso, el líder de los socialistas añadió que "este gobierno local está desbordado por su propia parálisis: no han presentado ningún presupuesto dentro del plazo indicado; improvisan cuando llegan tarde a las prórrogas de los contratos de servicio más importantes; y cuando evidencian su falta de previsión, como con las luces de Navidad, terminan gestionando tarde y mal".
PP y Cs todavía deben perfilar los últimos detalles de su propuesta con algunos recortes no previstos hasta ahora
En parecidos términos se pronunció el portavoz municipal de Unides Podem EU, Xavier López, quien subrayó que "no nos fiamos demasiado del alcalde porque un pacto de presupuestos no garantiza su ejecución, como se ha demostrado con los de 2019, después de haber pactado con Guanyar la ejecución de varios proyectos". "Ahora nos promete que estarán en los de 2020", ha recalcado.
Sea como fuere, apuntó que "nuestras líneas rojas van a ser la inclusión de varios ejes: el de feminismo, de modo que la Concejalía de Igualdad tenga más peso, en un momento de emergencia feminista y de violencia contra las mujeres y el colectivo LGTBI". También citó el eje de la transición ecológica al señalar que "tenemos firmada una declaración de emergencia climática que se tiene que trasladar en medidas en defensa del medio ambiente".
Y por último enumeró el eje de los derechos sociales, para destacar que "la Concejalía de Acción Social está en un momento precario por el fin de la subvención de la Generalitat con la que se contrató a técnicos municipales, lo que va a repercutir en la atención que se presta a muchísimas personas necesitadas".
El portavoz de Compromís, Natxo Bellido, reiteró su sorpresa sobre "las declaraciones de Barcala en las que parece que responsabilizaba a los grupos de la oposición de no ser capaz de llevar el debate de presupuestos antes de final de año". "El problema es que el bipartito cada vez suenan más a Pimpinela y discuten más que acuerdan. Y eso lo está pagando su pobre gestión municipal", añadió.
Eso sí, señaló que "Compromís va a empezar a trabajar en la recopilación de propuestas y reivindicaciones" por parte de los colectivos vecinales "y vamos a ser muy exigentes en la demanda de tener un proceso real de negociación, porque vista la decepcionante voluntad de la derecha en los presupuestos de 2019, vemos complicado llegar a acuerdos". Eso sí, apuntó que "sea como sea nos sentaremos a dialogar cuando nos llamen". "Como siempre las prioridades tendrán que ver con diseñar un modelo de ciudad inclusiva, más equilibrada territorial y socialmente, alineada con la agenda 2030, amable, sostenible y que mejore la calidad de los servicios públicos y la calidad de vida de los alicantinos y alicantinas", concluyó.
Por último, el portavoz municipal de Vox, Mario Ortolá, señaló que todavía no podía expresar una opinión sobre la propuesta de planificación económica del bipartito, puesto que "todavía no se han puesto en contacto con nosotros ni nos han facilitado ninguna información que permita avanzar en nuestro análisis". En todo caso, avanzó que la línea roja de su formación para poder respaldar el presupuesto será "la del derroche: no apoyaremos nada que dilapide el dinero público en cuestiones supérfluas", apostilló.
Para que PP y Cs puedan aprobar su presupuesto requieren de mayoría simple: más votos a favor que en contra. De ese modo, necesitan al menos una abstención o un voto a favor para que no puedan sumarse 15 votos en contra. Por el momento solo tienen garantizados los 14 síes de sus respectivos concejales.