ELCHE. El otrora auditorio de Carrús en J'hayton se ha convertido ahora en un Centro de Congresos y todo el mundo parece estar de acuerdo a pesar de que todo el mundo parecía estar de acuerdo en que era necesario un auditorio. De esta forma, lo que parecía una inversión bendecida por el expresidente de la Diputación a la que el alcalde Carlos González se agarró para sacarle punta, se ha convertido en un quebradero de cabeza. La última novedad ha llegado por parte del empresariado local, que ha metido presión al primer edil haciendo pública su posición: no quiere que el emplazamiento sea en Carrús, a pesar de que en un principio era equidistante, pidiendo consenso político, además de contar con opiniones de expertos. Pero González insiste en el emplazamiento propuesto y se agarra al 'efecto Guggenheim' para justificar la decisión tomada.
Como ya pusiera de relieve en anteriores ocasiones, el regidor confía en ese 'efecto Guggenheim' que ayude a revitalizar el barrio e incluso augura para la zona un futuro con mayor esplendor y dinamismo económico, al señalar que se imagina una Avenida de Novelda —junto al solar donde el bipartito quiere el centro de congresos— con hoteles y nuevos servicios. Su respuesta al posicionamiento patronal —con Cedelco, Avecal, Aesec, Aete o colectivos como Elche Piensa entre otros— es firme: el lugar elegido es ese y de forma cortés aunque tajante respondía a los medios que tendrá que convencer a los empresarios de que ese es el mejor lugar para el proyecto. No obstante, también ha encargado a Urbanismo un estudio para estudiar posibles ubicaciones de suelo público para dicho centro, aunque la decisión será política y J'hayton es la preferida. Con todo, un posicionamiento el de la patronal que no ha gustado nada en el seno de al menos parte del equipo de gobierno.
Así pues, será un culebrón largo el de la ubicación de esta infraestructura. La Diputación, astutamente, ya se ha quitado el muerto de encima. Se ahorra el Auditorio, a priori un proyecto más ambicioso y caro que podría competir con el de Alicante, y sobre todo, ha pegado una patada hacia delante para ganar tiempo: primero que Elche se ponga de acuerdo en la ubicación y después ya se hablará de proyectos, inversión y modelos de gestión. El empresariado, que en un principio estaba más al margen, limitándose a pedir reflexión y opiniones de expertos, ya ha tomado posición, cosa que poco ha tardado en aprovechar el PP en reafirmarse en su planteamiento: la patronal también defiende que lo mejor es que esté en el centro. Ahora que González tenía una inversión caída del cielo que aprovechar para recordarle a la Diputación, presidida por el PP, que Elche también existe, le crecen los enanos.
Sin embargo, el quid de la cuestión radica en qué necesita Carrús para su revitalización/modernización, y si lo que precisa es un Palacio de Congresos —que González defiende sería para toda la ciudad, y bien comunicado con la A-7 y Renfe—, que tiene un público objetivo definido por el turismo congresual; u otro centro sociocultural de los que el barrio al menos ya tiene cuatro, y al que habría que dotar de contenido. Curiosamente, la cuestión del ya exauditorio vuelve a salir a colación la misma semana en la que se derrumbaba parcialmente un edificio en Carrús, muestra de la degradación del barrio y de la necesidad de actuaciones urgentes de forma integral.
Si bien Carrús es el barrio más grande de la ciudad y arrastra importantes problemas arquitectónicos, de accesibilidad y de empleo desde hace muchos años, el hundimiento es una buena ocasión para abordar estos problemas, relacionados entre sí, desde una perspectiva urbanística y social integral, por lo que hay que ver si un Palacio de Congresos es lo que hará mejorar al barrio. Y si tiene efectos sobre una zona del mismo, sobre todo el barrio y si es lo necesario, o si es mejor otro centro social con los fondos Edusi como originariamente quería el gobierno —la misma política para otras pedanías; un centro social en cada núcleo urbano— además de los cuatro existentes con una zona verde. Si esas propuestas vienen con estudios realizados previamente y con un plan a largo plazo, o si se han analizado las necesidades del vecindario. O qué opciones de futuro va a brindar cualquiera de sendas alternativas. Y si pensando en la ciudad, en el barrio o en intereses económicos.
Y todo esto dejando a un lado las cuestiones de expertas del sector del turismo congresual (MICE), que también dan para otro debate, el del palacio. Precisamente en el encuentro organizado en Elche hace unos días por Aete, se pusieron de relieve los casos de València o Málaga, el primero ubicando el Palacio de Congresos fuera del centro, donde se ha acabado desarrollando a nivel turístico y económico; y el segundo, en el que también se optó por ubicar el FYCMA en una zona de expansión. Con todo, los expertos urbanistas y arquitectos consultados por este medio en marzo acerca de las ventajas e inconvenientes de un auditorio en Carrús, siguen habiendo cuestiones que analizar sesudamente, como qué papel puede jugar un hito arquitectónico en un lugar que no sea el centro en el que se concentra casi todo, qué relación tendrá este con el entorno, qué contenido tendrá o qué impacto tendrá sobre los vecinos.