rechazo a la moción del eje progresista para pactar la norma de convivencia

Cs cierra filas con el PP y aleja a la izquierda: ¿las cuentas de Alicante, 'otra foto' con Vox?

16/12/2020 - 

ALICANTE. Las posiciones comienzan a despejarse en el tablero político del Ayuntamiento de Alicante en la antesala del debate de presupuestos de 2021, ahora más lejos que nunca de un hipotético consenso entre el equipo de Gobierno y los grupos que conforman el eje progresista (PSOE, Unides Podem y Compromís). El paso que puede resultar definitivo en ese desencuentro lo protagonizó este martes Cs, al cerrar filas con el PP y anticipar su rechazo en bloque a la moción pactada por los tres partidos de la izquierda con la intención de consensuar la redacción de una nueva ordenanza de convivencia cívica. Para ello, PSOE, Unides Podem y Compromís planteaban que se constituyese una comisión municipal en la que poder negociar y acordar su contenido, a partir de la propuesta formulada por la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) y de las conclusiones apuntadas en el informe de la jefa de servicio de la Concejalía de Igualdad.

Los tres partidos progresistas esperaban un gesto de Cs en la votación de esa propuesta conjunta, en el pleno de este jueves. Las tres fuerzas confiaban en un movimiento que propiciase un punto de encuentro al que poder aferrarse para reconducir las negociaciones sobre las cuentas de modo que, como mínimo, pudiesen meditar abstenciones para facilitar su aprobación.

Sin embargo, el portavoz adjunto de Cs y portavoz del equipo de Gobierno, Antonio Manresa, dejó claro -en la comparecencia semanal para dar cuenta de los asuntos tratados en Junta Local- que ni su formación ni el PP iban a apoyar ninguna propuesta que aspirase a que el equipo de Gobierno retirase el texto de su propuesta de ordenanza de convivencia cívica. Sí apuntó que el bipartito seguía dispuesto a negociar para revisar su contenido, en función del compromiso manifestado por el alcalde, Luis Barcala (PP), durante la presentación del borrador del presupuesto. Pero, tanto Manresa como el portavoz adjunto del equipo de Gobierno, Manuel Villar (PP), subrayaron que esa negociación siempre tenía que tomar como base y punto de partida su propia propuesta normativa, con la intención de que pudiese mejorarse con aportaciones "sensatas" de todos los grupos políticos e, incluso, de las entidades sociales dedicadas a la atención de colectivos en situación de vulnerabilidad. Eso sí, ni Manresa ni Villar consideraron necesario que se constituyese una comisión para negociar esas modificaciones, sin llegar a concretar cuál sería el mecanismo indicado para plantear esa negociación.

Fuentes del bipartito ratificaron después esas mismas conclusiones a consulta de Alicante Plaza. En esa línea, representantes de Cs apuntaron que el grupo municipal había acordado "sin discrepancias" este mismo martes que no se iba a secundar la moción promovida por el eje progresista tras considerar que ya se había anunciado una oferta de flexibilidad para negociar su modificación, en la que Cs también pretende plantear algunas variaciones. Es más, recalcaron que ese es el mensaje que se había trasladado al menos a los representantes de PSOE y Compromís en los contactos informales desarrollados hasta ahora a través de varios de sus concejales y asesores. Así, las mismas fuentes añadieron que "hay quien ha tratado de marear y de hacer ver de manera interesada que existía división interna respecto a la ordenanza en el seno del equipo de Gobierno cuando no es así". "Nosotros tenemos clara cuál es nuestra posición y somos equipo de Gobierno", añadieron.

Representantes del PP, por su parte, insistieron en el mismo mensaje, al asegurar que la prueba evidente de la predisposición a negociar la ordenanza de convivencia es que "su tramitación sigue parada desde octubre, sin que se haya traído a pleno para su aprobación, cuando podíamos haberlo hecho con el apoyo que Vox ya ha anunciado". De hecho, el portavoz del partido de Santiago Abascal, Mario Ortolá, confirmó también este martes que su formación rechazaría la ordenanza "si se suaviza para introducir los postulados ideológicos de la izquierda".

Así que, según los populares, el ofrecimiento de diálogo sobre la ordenanza sigue en pie, sin que tenga que interferir en el debate sobre el presupuesto para 2021, ahora todavía en fase de fiscalización en el departamento de Intervención, "después de que se haya acordado cesiones respecto a las peticiones que nos han formulado desde Vox, pero también desde el resto de grupos políticos", defendieron.

Los reproches del eje progresista

Sea como fuere, la posición de Cs tuvo el efecto esperable: un distanciamiento aún mayor de la izquierda, que no confía en los compromisos de Barcala en base a la sucesión de incumplimientos que le atribuyen. Los portavoces de PSOE, Unides Podem y Compromís, Paco Sanguino, Xavier López y Natxo Bellido, coincidieron en señalar, así, que las manifestaciones de Manresa y Villar alejan la posibilidad de que los tres grupos puedan facilitar la aprobación del presupuesto. Y los tres fueron especialmente críticos con la posición de Cs, a quienes recriminaron haberse plegado a los postulados del PP sin ser capaces de enfrentarse por una sola vez para plantear sus propias posiciones. "No pintan nada; a partir de estos presupuestos iniciamos un segundo periodo de este mandato de un tripartito de derechas y nos han echado de poder participar en estos presupuestos sin espacio, sin tiempo y con unos signos claros de no querer con el resto de la corporación cuestiones generales", dijo Sanguino.

En cualquier caso, el más tajante de los tres fue López, quien ratificó que su formación se inclina por rechazar la planificación económica del equipo de Gobierno en la medida en que, a su juicio, no incorporan las medidas propuestas por Unides Podem. Además, insistió en que su condición para apoyar las cuentas era la retirada de la propuesta de ordenanza cívica y, sin embargo, "nos encontramos que el señor alcalde se dedica a recorrer las televisiones para ligar el contagio de la covid con la inmigración". "Este gobierno está ligado a la ideología más reaccionaria y así no van a dialogar con Unides Podemos", añadió.

En tercer término, Bellido indicó que "a su juicio, el resumen de estas semanas es el quiero y no puedo; creo que Cs quería jugar un papel en la política alicantina, y así nos lo estaban trasladando, al plantearnos una posible salida política a la ordenanza, así como en los presupuestos, que nosotros consideramos que debían salir adelante con el mayor consenso posible al tratarse de un año especial". En este sentido, aseguró que Compromís seguía dispuesto a sentarse a negociar, pero apuntó que "va a ser muy complicado si Cs es incapaz de marcar perfil propio y de mostrar un mínimo de liderazgo en el equipo de Gobierno, y de decirle por una vez que no a Barcala".

El rechazo a la propuesta de PSOE, Unides Podem y Compromís para consensuar una nueva ordenanza de convivencia cívica les aleja aún más de facilitar la aprobación del presupuesto

"En política se pueden hacer muchas cosas, pero no se puede hacer el ridículo; si Cs sigue bajando la cabeza en la ordenanza de la vergüenza y en los recortes en sus áreas de Cooperación, Igualdad e Inmigración que marca la extrema derecha, su periplo por estas semanas donde parecía que quería jugar a otra cosa, les llevará no solo a la irrelevancia, sino también al ridículo y eso en política se paga muy caro", incidió. "Compromís mantiene su voluntad de aportar, pero cada día que pasa vemos cada día más complicado poder llegar a un acuerdo", añadió. Sobre todo, porque "pese a que nos dicen que se han incorporado al presupuesto algunas de nuestras propuestas, no nos han dicho en qué medida ni cuál es la propuesta definitiva que se ha enviado a Intervención", apostilló.

¿Existe algún margen para que pueda modificarse alguna de esas posiciones? Queda tiempo para ello. El pleno de presupuesto no se espera, como muy pronto, hasta la segunda semana del mes de enero por sus plazos de tramitación y de emisión de informes técnicos. En todo caso, se da prácticamente por descartado que exista alguna variación por lo que respecta a Unides Podem. Su portavoz recalcó este martes una y otra vez que no vislumbraba un posible escenario de negociación que facilitase el respaldo de la confluencia.

No obstante, en las filas de PSOE y Compromís todavía se confía en que en Cs pueda producirse algún gesto que permita acercar posturas, pese a la dificultad que ambos partidos estarían encontrando para encontrar un interlocutor válido, capaz de ejercer el liderazgo, puesto que -según apuntaron- se estarían alternando conversaciones con varios ediles o incluso con sus cargos de confianza sin encontrar una posición común. De hecho, según fuentes de PSOE y Compromís, en la mayoría de las ocasiones, los intentos que tratan de emprender para establecer contacto y poder dialogar no son atendidas hasta varios días después.

Esas dificultades son los que han llevado al eje progresista a augurar que PP y Cs habrían alcanzado ya un acuerdo con Vox para poder aprobar su presupuesto, después de que se aprobasen los recortes en las partidas de Cooperación e Igualdad. Por ahora, tanto en el bipartito como en Vox se niega ese extremo. De hecho, Ortolá apuntó este martes que no había vuelto a tener ninguna comunicación con el bipartito desde el pasado jueves.

La cuestión es que, pase que pase en el momento de la votación sobre las cuentas de 2021, los dos bloques políticos parecen tener sus discursos definidos. En el bipartito se sopesa dos posibilidades: que las cuentas prosperen con los votos de más de un grupo de la oposición, y no solo con Vox, como sucedió con las cuentas de 2020, o que se reproduzca ese mismo resultado, con plante del eje progresista en bloque. En el primer escenario, PP y Cs podrían exhibir el logro del consenso al sumar apoyos de fuerzas con postulados ideológicos distintos. En el segundo supuesto, podrían argumentar que la izquierda ha rechazado su oferta de flexibilidad para negociar tanto el presupuesto como la ordenanza de convivencia cívica. Algo que "los partidos de la izquierda tendrán que justificar", según sostienen.

En el bloque progresista, la perspectiva es justo la contraria. Si PSOE y Compromís (o más difícilmente Unides Podem) apoyan las cuentas, podrán argumentar que lo han hecho después de presionar para lograr que se tuviesen en cuenta sus aportaciones. Y si las rechazan, esgrimirán que PP y Cs han preferido volver a alinearse con Vox, en una foto política de la que los dos socios de gobierno tratan de huir todas las veces en las que les resulta posible. Una foto que al eje progresista le puede incluso venir bien en busca del desgaste de PP y Cs, al quedar alejados del centro. Otra cosa, no obstante, son las disensiones internas que también puedan suscitarse en el seno de formaciones como el PSOE, donde comienzan a producirse algunas disensiones sobre la oportunidad de aprovechar el aplazamiento sobre el debate de la ordenanza de convivencia cívica para no bloquear las cuentas.

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