BENIDORM. La implantación de la Zona de Bajas Emisiones de Benidorm está cada vez más cerca de ser una realidad. El Ayuntamiento de Benidorm ha aprobado el nuevo proyecto actualizado a junio de 2022 con el que tratarán de reducir los elementos contaminantes en la ciudad. Para ello, han sacado a licitación el contrato para las obras y los suministros necesarios de las tres zonas: Poniente, Levante y el centro. En total, 74 hectáreas. Aunque, según explicó el concejal de Movilidad, José Ramón González de Zárate, se irán complementando con otros proyectos dedicados a tal fin, como es el subvencionado por la Diputación de Alicante para la avenida Armada Española.
De este modo, el contrato sale con un presupuesto inicial de 3,4 millones de euros y un plazo de ejecución de un año. El Consistorio consiguió una subvención del Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (MITMA) de 3,2 millones de euros. En su momento, incluía algunas de las actuaciones bajo el orden de ser ejecutadas antes de finalizar el año, sin embargo, el edil del área indicó que son varios los municipios que están negociando ampliar fechas por la dificultad de encontrar empresas dedicadas a esta especialidad.
Analizado el caso, señalan que la contaminación atmosférica de Benidorm tiene su origen principalmente en el tráfico de vehículos que utilizan combustibles fósiles. Por un lado, por la emisión de gases y partículas, y por otro, por la contaminación acústica. El origen se encuentra de manera íntegra, dice el proyecto, en la intensidad media de vehículos diarios.
Pero, ¿qué es lo que se espera de este proyecto? El objetivo que persigue es mejorar la calidad del aire del municipio, lo que conlleva una mejoría en la salud y bienestar de los vecinos y visitantes así como lograr una ciudad sostenible. La forma de conseguirlo, a grandes rasgos, es delimitándolo en tres áreas para que el Ayuntamiento restrinja progresivamente el acceso, la circulación y el estacionamiento de vehículos, tal y como figura en el proyecto. A ello se suman actuaciones para enriquecer el transporte público, la red de vías para bicicletas, la regulación del estacionamiento, reducir la velocidad de circulación y la gestión sostenible de la distribución urbana de mercancías.
El proyecto cuenta con una serie de medidas concretas a implantar que afectarán al día a día de los ciudadanos. Para empezar, se prevé la restricción del tráfico de ciertas zonas, como ya ocurre en ciertos espacios. Por ello, el contrato incluye la instalación de sistemas inteligentes que reconozcan la matrícula de los vehículos que quieran acceder a estas zonas. Por lo que respecta a las vías que se esperan incluidas en este plan, se dividen en las tres zonas mencionadas. En el centro incorporan todas las calles en plataforma única del casco antiguo y el ensanche que cuenten con prioridad peatonal. En Levante destacan el paseo, calle Gambo, la plaza de la Hispanidad y la avenida del Mediterráneo. En Poniente, como es sabido, en Armada Española.
En su conjunto, crearán puntos con pantallas informativas, asistencia técnica y se nutrirán de una campaña informativa para que llegue a la población todo tipo de cambios. Además, las tres zonas delimitadas están pensadas para funcionar de manera independiente, por lo que la autorización será exclusiva para cada área y no general.
Dentro de las modificaciones previstas, el estacionamiento tiene varias novedades. Incorporarán elementos para la gestión de estacionamiento, se le dará más protagonismo a los aparcamientos disuasorios y crearán una app para el guiado a la plaza. Esta herramienta permitirá ofrecer información a tiempo real de los huecos disponibles, indicará a los usuarios su ubicación, precios, disponibilidad, etc. Con ello, se pretende reducir el tráfico ocasionado por aquellos que buscan dónde aparcar.
También contempla la posibilidad de controlar la carga y descarga, de forma que sabrán tiempos de estancia, horarios de acceso y previsión de uso del espacio disponible "para que los vehículos de mercancías realicen rutas de entrega de manera más óptima, reduciendo los trayectos en busca de estacionamiento y los desplazamiento repetitivos de entregas en un mismo área", recoge la documentación. Permite incluso la reserva de plazas por la app o parquímetros.
Otro de los asuntos reseñables está en la instalación de una red de sensorización medioambiental para comparar a lo largo del tiempo, monitorizar la calidad del aire en tiempo real, adelantar pronósticos y planificar restricciones. Además, el contrato incluye la generación de un modelo de simulación de tráfico para su análisis, evaluar estrategias o pronosticar la contaminación prevista con una semana de antelación.
El proyecto habla de restricciones a los vehículos contaminantes, pero le da protagonismo a la bici. Así, recoge la instalación de diez módulos de aparcamiento seguro en distintos puntos de la ciudad, como se puede ver en el mapa que acompaña a esta noticia. Con ello, esperan crear un total de 160 plazas de estacionamiento. Para su potenciación contemplan la señalización de esta red que han bautizado como 'metrobici', marcarán estas zonas con la información de las distancias y tiempos de recorrido.