DÉNIA. El estudio sobre el mercado de viviendas de uso turístico, que completa y actualiza el diagnóstico realizado en 2023, se presentó ayer por la tarde ante el Consejo de Urbanismo de la ciudad. Realizado por expertos de la Universidad de Alicante, con dirección del profesor Armando Ortuño, el estudio, que se puede consultar íntegro en el siguiente enlace, incluye, además, una serie de propuestas para afrontar la problemática detectada en Dénia.
El estudio revela datos interesantes como que el aumento del precio de la vivienda y de los alquileres de larga duración en Dénia no puede atribuirse a la oferta de viviendas de uso turístico, que solo tienen un impacto del 10-15% en este tema, sino a variables macroeconómicas relacionadas con el dinamismo del mercado inmobiliario, subrayó Armando Ortuño.
Por otra parte, los datos recopilados por los investigadores, relativos al año 2023, reflejan que cerca de 300.000 turistas de los 950.000 que pernoctaron en la ciudad se hospedaron en viviendas de uso turístico (VUT), lo que representa el 31,5% del total.
Asimismo, el gasto turístico total ascendió a 470 millones de euros, de los cuales 237,6 millones -el 50%- proceden de las viviendas turísticas. Comentan los autores del estudio que gran parte de estos gastos revierte en la ciudad, por lo que se hace necesaria una solución que combine el bienestar y las necesidades de los habitantes de Dénia con el beneficio económico que recibe la ciudad a través de esta modalidad de alojamiento. Sostenibilidad turística.
Para alcanzar estos objetivos, se plantea una “propuesta fundamental, que el ayuntamiento dianense va a poner en marcha, para solucionar los problemas de acceso a la vivienda que padece el municipio”, según indicó la concejala de Territorio, M. Josep Ripoll. Se trata de establecer una línea de ayudas a la rehabilitación de viviendas vacías, 5.000 actualmente, que se destinen al alquiler a largo plazo. Con ello se pretende evitar que las viviendas habituales –que incluyen el alquiler a largo plazo- se vean reducidas y sustituidas por viviendas de uso turístico, como ocurre en otros municipios, lo que dificulta el acceso, especialmente a la población joven y la de rentas más bajas.
La segunda medida destacada por Ripoll es la regulación de la densidad de viviendas turísticas en el centro urbano. Es decir, que se definirá un número máximo de plazas VUT por habitante, para evitar la saturación en zonas ya tensionadas, como el barrio de Baix la Mar o Port-Centre.
La propuesta del estudio es que el límite se fije entre 30 y 50 plazas VUT por cada 100 habitantes en el centro urbano. La concejala de Territorio aseguró ayer que las normativas del plan urbanístico pormenorizado, en elaboración, ya incluirán estas limitaciones.