ALICANTE. El retraso en las obras de urbanización del plan parcial de Nou Nazareth, en Sant Joan d'Alacant, ha dejado a decenas de familias que han adquirido una vivienda en el nuevo barrio colgadas y sin poder entrar a vivir en plazo. Si todo hubiera salido según lo previsto, más de 250 viviendas (una promoción de VPO de Solpriga, una de Fama Home y tres de Aedas Homes) se habrían podido entregar este mismo mes, dado que los edificios están terminados, y esas familias estarían ya en su nueva casa en propiedad. Pero ahora el horizonte más optimista apunta a septiembre.
Una situación que no solo arroja incertidumbre sobre el proyecto de vida de esas 250 familias, sino que está complicando su día a día y su situación financiera, pues la mayoría (los que pueden) tienen que seguir compaginando el pago de un alquiler al menos seis meses más mientras tratan de ahorran para escriturar su nueva casa. Es el caso de un (futuro) vecino de la promoción de Solpriga, que es un edificio de 90 viviendas de VPO, y que está esperando para mudarse con su mujer y un niño de solo 18 meses.
"Hemos tenido que prorrogar el alquiler, cuando contábamos ya con entrar a vivir en la casa de Solpriga este mes, después de pagar 40.000 euros de entrada". Mientras no se muden, no pueden empadronarse en Sant Joan d'Alacant, donde (lógicamente) está la guardería que han escogido para su hijo el curso que viene. "La guardería hay que reservarla con tiempo o te quedas sin plaza, y estamos viendo que llegará el día de matricular al niño, en septiembre, y no estaremos aún empadronados". De momento, siguen viviendo en San Vicente del Raspeig.
A los problemas logísticos se suman los financieros. Tras haber abonado los citados 40.000 euros, el día que por fin se escriture la vivienda tendrán que pagar los gastos e impuestos, lo que implica otro pellizco, y mientras tienen que seguir pagando un alquiler que se ha disparado, se complica el ahorrar. En su misma situación están otros vecinos de la misma promoción, todos de VPO, que ya han abonado la elevada entrada del inmueble y siguen sin saber cuándo les darán las llaves.
"El dueño del piso donde vivía de alquiler lo puso en venta el mes pasado, y aunque era algo flexible con los plazos, yo no podía decirle una fecha clara de cuándo nos íbamos", explica otro afectado, que hace tres semanas estuvo en la reunión informativa convocada por el Ayuntamiento. "Lo malo es que se nos ha acabado el alquiler y hemos tenido que irnos a vivir temporalmente a una habitación en casa de mis suegros, con dos niños, uno recién nacido". La mudanza, para más inri, se tuvo que realizar cuando su segundo hijo tenía solo unos días de vida, hace un mes.
"Fui a hablar con Pycsa para explicarles que es que yo tengo que meterme en una casa, que me da igual si los retrasos son culpa de este o aquel, necesitamos una vivienda para mi familia". En este caso, también ha abonado 40.000 euros, la mitad de golpe al firmar sobre plano, y la otra mitad en cuatro plazos en los últimos meses. "Le pedí a Solpriga incluso poder entrar a vivir ya con luz de obra, pero es inviable porque las calles no están terminadas". Así que está en casa de sus suegros en Alicante, cuando el colegio de la niña mayor y los médicos los tienen en Sant Joan, donde están empadronados.
Hace tres semanas, a la reunión informativa de la que habla este afectado acudieron diez vecinos. Sin embargo, para la próxima, fijada el 28 de febrero (la teórica fecha de finalización de las obras de urbanización, que ya se sabe que no se va a cumplir) a las 10 de la mañana en el Ayuntamiento, "no vamos a caber". Los vecinos de Solpriga se están movilizando a través de un grupo de Whatsapp, pero además se ha creado otro común con los afectados de otras promociones que se ven en la misma situación. La idea es que los políticos "visibilicen el problema que nos están generando" e intentar presionar en la medida de lo posible para que la finalización de las obras se agilice.
Como contaba Alicante Plaza este miércoles, las obras de urbanización no estarán finalizadas hasta finales de marzo, según el Ayuntamiento por la dificultad para acceder a determinados suministros, que ha terminado retrasando el calendario. Pero además la solución provisional que se había planteado para dar suministro eléctrico a las viviendas no sirve. Iberdrola y el Consistorio valoraban realizar recepciones parciales de la obra y dar luz a las viviendas terminadas conectándose a puntos limítrofes de Nou Nazareth, pero ahora la empresa ha detectado que desde esos puntos limítrofes no se pueden conectar las parcelas donde están los edificios terminados.
Así las cosas, las obras responsabilidad del Ayuntamiento y CHM podrían estar terminadas en un mes más de plazo (si no se producen nuevos retrasos), y las recepciones parciales podrían permitir a dichas viviendas disponer de suministro con la propia potencia del sector (limitándola, y como solución de nuevo provisional) mientras se termina la línea del Cantalar. Pero para esto, el escenario más optimista es, según las fuentes consultadas, el mes de septiembre o incluso octubre. Cuatro meses más sobre el calendario previsto hasta la semana pasada, cuando tras varios retrasos acumulados, se apuntaba a abril o mayo.