ELCHE. La rehabilitación estructural de los inmuebles de Porfirio Pascual y la regeneración urbana de la zona ya están en marcha. El Ayuntamiento, que gestiona la iniciativa a través de la empresa municipal Pimesa, tiene prisa para acelerar el proyecto, que se está licitando paso a paso pero con urgencia para agilizar trámites. Después de que hace un par de días en València la conselleria de Vivienda firmara los protocolos para los convenios con los consistorios, la maquinaria administrativa ya está en marcha en Elche. Optan a redactar el proyecto de reforma y a dirigir la obra tres despachos de arquitectos.
Aunque se habían presentado originalmente cuatro, finalmente son tres los que han pasado el filtro, descartando la mesa administrativa la presentación de Botella Arquitectos SLP por no haber presentado la documentación completa. Siguen en el proceso la firma valenciana Investigación y Control de Calidad (Incosa), especializada en infraestructuras de transporte, hidráulicas, aeropuertos o desarrollo urbano, entre otros; y curiosamente los dos despachos ilicitanos que pugnaban por hacerse con el diseño de la regeneración también de la fachada de Carrús Este y la pasarela volante, Estudio Ras y Fuster Arquitectos (este último fue finalmente el adjudicatario del proyecto). Los dos últimos han sido admitidos pero tienen que presentar documentación requerida.
El futuro adjudicatario tendrá que redactar en un mes distintos documentos auxiliares en materia de estudios geotécnicos estudios previos, e informe pormenorizado del estado en el que se encuentran las edificaciones actuales, la urbanización existente y sus instalaciones. Y en un plazo de mes y medio el proyecto básico y de ejecución. Todo a la vez, por eso se espera que en el primer semestre esté todo aprobado. El objetivo, acortar de forma importante los tiempos, a pesar de que el margen es hasta 2026, hay que tener en cuenta los problemas administrativos que suelen surgir en contratos importantes como este. La empresa municipal dará prioridad a las firmas que ofrezcan obras en menor tiempo y con menos impacto en la vida vecinal.
Una vez se entreguen estos documentos, se tendrá que licitar el proyecto de ejecución para ver qué compañía se encarga de ejecutar las obras. En total, el plazo estimado para materializar la rehabilitación es de 25 meses; dos años. Aunque la estrella del proyecto será la instalación de los acensores exteriores, también se actuará a nivel de accesibilidad y eficiencia energética. Se implantará el sistema SATE en las fachadas, con renovación de carpintería y cubiertas así como placas solares en la misma. Todo para llegar al menos a un 60% de ahorro energético. Se repararán pilares y forjados, humedades y los balcones, así como la instalación electrica, las telcomunicaciones, saneamiento y el agua potable.