ELCHE. Este miércoles Volem Palmerar organizaba otro foro para generar debate acerca de la posible renaturalización del río Vinalopó. Una propuesta de la que presentaron un proyecto básico gracias a los extintos Presupuestos Participativos del Botànic, y que también planteó en el pasado mandato Compromís, utilizando estudios del Cedex con posibles soluciones. Desde varios prismas se debatió acerca del río, del que los ponentes defendieron su renaturalización, pero adaptándolo al contexto actual, pero también se pidió cumplir con un Plan Director del río Vinalopó que a día de hoy está redactado y sin aplicar. Consideran que hay más ventajas que inconvenientes.
En este sentido, Raimundo Martínez, ingeniero agrónomo y técnico del departamento de Servicios Ambientales del Ayuntamiento de Elda recomienda que estas cuestiones, aunque la decisión final sea política, se trabajen con expertos y vecinos, que a la postre van a ser quienes lo vivan a diario. Martínez, a favor de la renaturalización, recomendó en base a casos del entorno, "plagiar lo que hace la naturaleza", 'imitarla', como se ha hecho en la Rambla de Puça. O en Sax dejando que la naturaleza inunde áreas naturales. Y ponía de ejemplo que en casos como el Segura en Murcia hay espacios para la bici en los taludes, y que conforme el río se va acercando a la ciudad, "es más amable", poniendo en valor el Parque del Malecón.
A su juicio son tres las fórmulas posibles de actuar, una la del Cedex, que planteaba en su estudio como opción la retirada de los lechos de cemento, con un coste de 13 millones de euros, y que en el tramo de Elche, en una versión preliminar, supondría tener que ampliar el lecho de cara a una 'renaturalización' completa. Para el ingeniero, la propuesta del Cedex, agencia gubernamental, no explica todo. Otra opción es la de Marta del Tágeno sobre renaturalización de ríos en 1996, aunque estaría desfasada por métodos hoy no aceptados y que aborda la planificación de las cuencas. Por último, otra opción es la del profesor Ollero, que habla de espacios funcionales y de cómo lo que gusta hoy en realidad son "gustos estéticos".
En cualquier caso, Martínez incide en la planificación, como ya hicieron los ingenieros en 1858 con el Puente Sambo de Elda ante las posibles inundaciones. Destacando que la de 1982, al igual que la de Elche, el Vinalopó desbordó la rambla. Y que en el municipio ya se han cimentado llanuras a ambas márgenes del río, con dotaciones públicas que obstruyen la evacuación del agua. El ingeniero asegura que los estudios pueden variar acerca del retorno y crecidas de los ríos, "pero volverán".
En el caso de Antonio Prieto, doctor de Geografía en la Universidad de Alicante, director de Cota Ambiental y concejal en Aspe, también lamenta que en general se le da "un enfoque muy urbano" a todo lo natural. Incluidos los ríos. Puso en valor el trabajo realizado en su municipio, con el Tarafa, principal afluente del Vinalopó. En 2009 fue el primer río renaturalizado de la provincia, ahora con arbolado autóctono "como chopos y álamos", mientras mostraba inundaciones que eran absorbidas de forma "normal", frenando la velocidad de riadas y drenando el agua. "Es clave no invadir el río ni su zona de evacuación", y añadía que este trabajo en Aspe ha permitido que se puedan ver ejemplares de 'fartet', lo que destaca como un ejemplo de haber rescatado el río.
En este aspecto, Prieto intenta poner una mirada larga y destaca que "se suele pensar en proyectos pero no en la infraestructura". Y lamenta que ese pensamiento a corto plazo lleva a la cimentación de los lechos, como se hizo con el Vinalopó para que el agua evacuara rápido, "lo que convierte al río en una autopista donde el problema llega el municipio siguiente, el de después que apechugue". Que es lo que ocurre con las riadas en Elche y todo lo que arrastra cuando llegan las gotas frías, por lo que considera estos lechos de cemento una actuación "insolidaria" para con los municipios donde va a parar esa riada. El profesor destaca que ahora están trabajando en actuaciones en Novelda, donde hay cemento pero sin talud y que en municipios cercanos como Monóvar se están creando zonas de embalsamiento, ejemplos de actuaciones a replicar.
Con todo, reconoce que el caso del Tarafa es diferente a Elche, donde la salida del río por el Tiro de Pichón es cada vez más estrecha y hay problemas con el Barranco de San Antón o del Grifo, "se le ha quitado cauce, hasta un 80% en algunos casos". También es proclive a "copiar o adaptar a la naturaleza", y remarca que eso no significa volver a la imagen de principios de siglo en Elche, con una rambla totalmente seca y sin agua. Sino adaptarlo a la situación actual. De hecho, mostró una imagen del Tarafa en 1919, una estampa similar a la ilicitana de entonces, pero muy cambiada con la actuación de hoy. "No vamos a volver a lo de hace cien años cuando el río estaba seco, hay que adaptarse a la naturaleza".
Sin embargo, esta opinión más técnica contrasta en el caso que afecta a Elche con el pensamiento a pie de calle. Así lo exponía Sumay Agulló, profesora de Ambientales de la UMH, respecto a un Trabajo de Final de Grado realizado en 2019 que hablaba sobre la renaturalización del río, pero en este caso desde la percepción social. En ella los expertos planteaban las dificultades que generaría los problemas administrativos, la falta de acuerdo político o el mantenimiento, y como amenazas que no hubiera conciencia para lo que la actuación pudiera suponer, el coste, posibles malos olores, que no fuera bien recibido o que se perdieran usos como los de habituales paseos.
Sin embargo, como fortaleza mostraba la recuperación de una imagen verde, de mayor paisaje, de sumidero de carbono, de frenar la velocidad del agua a su paso, así como posibles oportunidades como la Capital Verde, un nuevo uso social, turístico, de biodiversidad, calidad del aire o recuperación del suelo. Más ventajas que inconvenientes para los expertos. Pero en una encuesta realizada a más de un centenar de personas, que revelaba como es evidente que se hace mucho uso del río para pasear, deporte o esparcimiento, entre la imagen actual y una futurible renaturalizada, ganó esta segunda pero por pocos votos. Algo que sorprendió a los ponentes de la mesa. Lo que va en consonancia con ese uso frecuente de paseos y esparcimiento.
Por último, intervino Marga Guilló, del Observatori del Vinalopó y Associació per al Desenvolupament Rural del Camp d'Elx (ADR), lamentando en primer lugar las apropiaciones de particulares o incluso regantes a lo largo de los 80 kilómetros del río. Trasladó las quejas del campo, en primer lugar de la falta de feedback de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), proponiendo incluso que pasase a ser gestionado por la Generalitat Valenciana. "Nos permitiría más herramientas para actuar sobre este río rambla de clima desértico y que afecta a un millón de personas". En sintonía con esa mirada de largo, cree que se han hecho parches en las distintas localidades, y que no tiene sentido que cada uno actúe de forma aislada. "Tan poco sentido como que el Vinalopó desemboque en un azarbe (Assarb de Dalt), o a veces incluso en Santa Pola o hasta en El Hondo".
Guilló traslada los numerosos problemas para el campo, evitables actuando sobre el río, porque las riadas se llevan por delante cultivos y hasta carrizales. "Además de las construcciones alegales en la margen izquierda, con hormigonados para accesos de particulares". Esos casos que los técnicos querían prevenir en sus intervenciones previas. Pide también como en Monóvar zonas para concentrar el agua tras las danas. Asimismo, y sobre la actuación que reivindicaban desde hace años a la Generalitat, aprobada en la anterior legislatura, y empezada a ejecutar ahora, de adecuar parte del Vinalopó en el Camp d'Elx al sur, se planteó que el Consell comprar los terrenos pegados al Assarb de Dalt para darle una desembocadura "digna" al río, pero había algunos propietarios que no querían, entre ellos la Sareb. Guilló añadía que la actuación en esos 4-5 kilómetros podía estar financiada con fondos europeos, pero si no se ejecutaba en tiempo podía perderse. Finalmente la autonomía lo ha asumido, ya en marcha, aunque también ha generado quejas de vecinos e incluso denuncias al Seprona porque se están arrancando carrizos en época de nidificación de aves.