Esta semana se ha dicho y escrito prácticamente todo sobre las mentiras de Mazón, así que voy a dedicar la columna de este domingo a las mentiras de mi ministra favorita, María Jesús Montero, que si bien no tienen la trascendencia de las de la Dana, son importantes para la Comunitat Valenciana a medio y largo plazo. Es necesario arrojar luz sobre la última patraña de la vicepresidenta primera, aplaudida sin rubor por tertulianos y todólogos émulos de Groucho Marx cuando leía aquello de “"la parte contratante de la primera parte contratante…". Les parece tan sencillo, que lo entendería hasta un niño de cinco años: "Tráiganme a un niño de cinco años, no entiendo nada".
Así que vamos a explicarlo para que lo entienda un niño de cinco años. Pongamos que la Seño lleva años repartiendo caramelos de forma desigual entre sus quince alumnos pese a las protestas de unos y otros porque todos quieren más. A quienes menos reciben la Seño les da palmaditas: que son las normas y no las ha puesto ella. Pero un buen día, sin que hayan cambiado las normas, decide premiar a uno de los alumnos, llamémosle Oriol, y ante las protestas del resto dice que habrá para todos, que va a repartir cinco caramelos para Oriol, cuatro para Carmen –sobrina de la Seño–, tres para Vicent y Emiliano, que siempre reciben menos, y dos para el resto, excepto para Isabel, la niña pija de la clase, al que le dará solo uno.
A las protestas responde la Seño que el reparto es muy justo, basado en una fórmula matemática que combina el peso de cada uno –Oriol es, ciertamente, el más gordo de la clase– y las notas del último examen de dibujo, asignatura en la que el chaval destaca. Es más, para que nadie pueda decir que esto es una imposición, la Seño propone una votación en la que ella tendrá el 50% de los votos. Casi todos los alumnos se marchan de clase enfadados pero la votación sale adelante con el apoyo de la Seño, Oriol y los tres pelotas de siempre que solo esperan que en el próximo reparto el enchufado no se quede también con sus caramelos.
A continuación, sale la Seño a criticar la "actitud infantil" de los niños y afirma que la equidad de su reparto quedará demostrada cuando abra la bolsa de caramelos y se vea que quienes se marcharon de la clase vuelven para coger los suyos. Fin de la parábola.
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- Montero, tras la reunión del CPFF. Foto: EFE/MARISCAL
El trágala de la vicepresidencia primera sobre la condonación de deuda por parte del Estado a las comunidades autónomas no tiene un pase. Está lleno de trampas, de mentiras, y diría que es inconstitucional porque beneficia a un territorio, Cataluña, que está entre los más ricos de España.
La primera mentira de Montero fue el anuncio, hace año y medio, de que se reuniría con cada una de las CCAA para proponer una condonación de parte de lo que deben al Estado. En este tiempo solo se ha reunido con ERC y con este partido ha elaborado una propuesta que, lógicamente, beneficia a Cataluña. Ahora vuelve a anunciar que se reunirá con todas una por una, cuando la propuesta está ya presentada y aprobada por el Consejo de Política Fiscal y Financiera, que se supone que es donde se tenía que debatir.
La segunda trola es que, según dice, no se puede reformar el sistema de financiación autonómica (SFA), caducado hace once años, porque las CCAA no se ponen de acuerdo y así es imposible. Fue posible en 2002 y en 2009, cuando tampoco se ponían de acuerdo, y sería posible si Montero no llevase siete años ocupada en otras cosas. Tampoco hay acuerdo entre las CCAA sobre la quita de la deuda y mira si ha sido posible.
La tercera engañifa es el motivo por el que se condona deuda, que se inventó ERC cuando puso precio a su apoyo a la investidura de Sánchez. El motivo es el endeudamiento que tuvieron que soportar las CCAA cuando la crisis de 2008. Efectivamente, hubo una crisis y bajaron los ingresos, ante lo que unas comunidades se apretaron el cinturón y otras, como Cataluña, no. Ahora se propone que buena parte de ese sobreendeudamiento, de unas más que de otras, lo paguemos entre todos los españoles. Esta quita a la catalana no tiene nada que ver con la histórica reivindicación de la Comunitat Valenciana de que se condone la parte de la deuda asumida por las CCAA que desde hace años tienen que pedir prestado porque están mal financiadas.
La cuarta patraña, la más gorda, es la fórmula elegida para calcular la condonación. ERC puso la cifra y el Ministerio ha buscado fórmulas para lograr ese resultado, que finalmente ha sido mayor. Fórmulas que siempre benefician a Cataluña, con una variable que es un insulto a los valencianos: resulta que como los criterios ad hoc para Cataluña acaban beneficiando a la Comunitat Valenciana por ser, con diferencia, la peor financiada, Montero pone un tope a los valencianos e introduce dos criterios para elevar la quita de algunas CCAA de los que no nos podemos beneficiar a pesar de cumplirlos con creces. Sugiero, para que no sea tan descarado el favoritismo, que la próxima vez incluyan como criterio el número campeonatos de España de waterpolo obtenidos, que en Cataluña tienen muchos.
Otra falsedad, la quinta, es la idea de que se libera a los catalanes, valencianos, etcétera, de pagar la deuda, cuando lo cierto es que esa deuda la tienen que pagar igual, solo que como españoles. De hecho, si lo medimos en deuda per cápita, a los ciudadanos de la mayoría de CCAA les sale a deber más, ya que las cargas de otras comunidades que asumen como españoles son mayores que las que traspasan al Estado, como ha mostrado en un interesante gráfico Javier Sancho Sebastián. Salen ganando las infrafinanciadas y Cataluña, que no está infrafinanciada.
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- Deuda neta condonada de cada comunidad autónoma. Fuente: JAVIER SANCHO SEBASTIÁN
Fedea publicó este sábado una propuesta de quita más “equitativa”, es decir, más justa, en la que afirma que la quita para la Comunitat Valenciana debería ser 7.000 millones de euros más alta, y la de Cataluña, 8.000 millones más baja que la acordada con ERC. Propuesta a la que el Gobierno no hará ningún caso porque el único cálculo que le interesa es el de los votos del Congreso.
La última falacia de la vicepresidenta es dar a entender que aceptar la quita es aceptar su apaño con ERC. Por supuesto que Ruth Merino tiene que aceptarla, siempre que Montero no haga como las compañías de seguros, que te hacen renunciar a cualquier reclamación posterior.