ELCHE. Desde hace varios años, los hermanos Ibáñez Kuhn, la segunda generación que gestiona el Río Safari Elche, llevan intentando impulsar un gran camping ligado al parque (o incluso dentro). Tras diversos intentos que no prosperaron, los propietarios del safari parecen haber encarrilado la iniciativa, ya que la conselleria de Política Territorial la ha admitido a trámite. Se trata de un gran camping de 50.000 metros cuadrados en los que se generarán 171 parcelas para acampada o caravanas y 90 alojamientos, tanto adosados como individuales, con el objetivo de que la visita al safari no sea cosa de un día, sino al menos una escapada familiar de fin de semana.
La administración autonómica ha admitido a trámite la declaración de interés comunitario (DIC), para un ambicioso proyecto que se implantará en seis parcelas en la parte Oeste del enclave y que la familia adquirió. La extensión es de 51.160 metros cuadrados, aunque la superficie construida será de 8.187 metros. Un primer y relevante paso para que ahora se pronuncien con informes sectoriales las administraciones concernidas, desde la Dirección General de Carreteras hasta otras consellerias, pasando por la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS).
La idea es impulsar un modelo de alojamiento turístico intermedio entre el tradicional camping y el hotel, con la cercanía a la naturaleza del primero y el confort del segundo. Todo ello al calor de la demanda de campings resort con bungalows o cabañas que se ha detectado que el turismo busca sobre todo tras la pandemia. Constará de la zona de camping con las 171 parcelas, y la de apartamentos turísticos, con 30 bungalows redondos y 30 bungalows adosados (es decir, 60 apartamentos), en total, 90 apartamentos. En cuanto a las áreas comunes, tendrá un edificio de instalaciones y servicios, tres piscinas, zona de juego, de vestuario para la gente de acampada, gimnasio, restaurante, recepción y pista polideportiva, así como parque infantil, zonas verdes y otras peatonales. Por último, también contará con supermercado y 99 plazas de aparcamiento.
El proyecto, que tiene un presupuesto de 1,9 millones de euros, y que para licitar las obras podría irse a los 2,2, está contemplado en dos fases. En la primera se construirán 14 bungalows redondos y 15 adosados —44 apartamentos en total—, 94 parcelas de caravanas y 56 plazas de aparcamiento. Con ello ya podría estar operativo, pero se impulsará una segunda que doblará su capacidad: 16 bungalows redondos más y otros 15 adosados —los 46 apartamentos restantes—, 77 parcelas para caravanas y 43 plazas de aparcamiento. En total serán 5.600 metros cuadrados de suelo para estos alojamientos, y 10.000 metros para la zona de acampada. Para las zonas verdes serán 11.300 metros y para la parte viaria y de aparcamientos unos 20.000 metros.
Como explica Abel Ibáñez, que dirige la empresa con sus dos hermanas, los bungalows serán de temática africana, "la mayoría redondas para simular un poblado africano para que disfruten las familias, además en un entorno natural rodeados de palmeras". Un proyecto de mucha envergadura que empieza ahora a ver la luz, justo en el año en que el Rio Safari cumple 40 años. Ibáñez explica que en el último trimestre han crecido las visitas un 45% y que ya superan las cifras de 2019. "Estuvimos parados en pandemia, pero ahora mismo el tirón del turismo está siendo importante", señala, con un público que en su caso es extranjero en el 80% de los casos. "Hay mucho británico o nórdicos como noruegos, daneses... también alemanes, y ahora después de la pandemia viene mucho público francés". De acuerdo a sus visitas, creen que hay un potencial de 900.000 personas que podrían pernoctar anualmente.
Entienden que a pesar de la incertidumbre, el momento es propicio para intentar que el safari "sea una opción de vacaciones". Ibáñez, de esa segunda generación tras la creación del enclave por sus padres, señala que "durante estos cuarenta años de historia sabemos que los turistas no van a dormir a su casa, ahora la dirección lógica es que la gente nos elija para vacaciones, no solo para una visita de día, sino de fin de semana". Su premisa es desestacionalizar el safari, porque históricamente las visitas se concentran en primavera y verano.
Es un modelo de parque que sobre todo se lleva en Europa. Ahora, con experiencias turísticas cada vez más pegadas al ocio, "y con lo que notamos el peso del aeropuerto", reflexiona, entienden que la iniciativa privada debe acompañar las necesidades de demanda. Además de que "más que un deseo es una necesidad, llega un momento en que o crecemos o paramos, y queremos mejorar servicios". Asimismo, está convencido de que la iniciativa es un punto fuerte no solo para Elche (el safari está en Valverde), sino para toda la comarca. "Estamos cerca del aeropuerto, cerca de Santa Pola y de Torrevieja", explica.
Sobre cuándo podrán inaugurarlo y que esté operativo, aún es pronto para saberlo. El primer paso importante es que la DIC se ha admitido a trámite. Ellos por ahora han empezado el movimiento de tierras y la plantación de vegetación autóctona, "así vamos dando margen a la administración", conscientes de que estos trámites urbanísticos son lentos. Aunque no esconde que les gustaría abrir cuanto antes. Por ahora, aunque durante la pandemia compraron unos 60.000 metros de terreno anexos al safari para el camping (estarán conectados directamente), recientemente han crecido ya en la parte acuática, duplicando con 5.000 metros más. "La gente pide más porque se queda corto". Así pues, una iniciativa de gran calado que aumentará el Río Safari Elche de forma considerable, sumando otros 50.000 metros a los actuales 120.000.