ALICANTE. El fin del peaje en la segunda circunvalación de Alicante, una de las autopistas en quiebra 'rescatadas' por el Ministerio de Fomento, parece una realidad cada vez más cercana. Tal como adelantó este diario el pasado 31 de agosto, el nuevo titular de la cartera, el socialista José Luis Ábalos, tenía sobre la mesa la opción de no volver a sacar la explotación de este tramo a concurso. Y esta opción es la que parece confirmarse como definitiva, a tenor de la intervención que protagonizó este martes el ministro en Alicante, en un encuentro organizado por la Cadena Ser.
Inicialmente, cuando el anterior ministro de Fomento, el popular Íñigo de la Serna, firmó la reversión de esta autopista al Estado (junto a las radiales de Madrid y otro tramo de la AP-7 en Cartagena), los planes del Ministerio pasaban por volver a licitar la explotación de la circunvalación hasta agotar la concesión inicial, que expiraba en 2040. No obstante, el gabinete de Ábalos comenzó a valorar este verano la opción de liberalizar este tramo, tal como avanzó este diario, al suponer unos ingresos mínimos y un coste de mantenimiento también poco significativo.
Así lo indicó el valenciano durante su intervención en Alicante, ante un centenar de representantes de la esfera política, empresarial y social de la provincia, al desgranar los planes del Ministerio para las autopistas de peaje. Ábalos reafirmó su compromiso con el fin de las concesiones de autopistas a medida que venzan, con mención especial para la AP-7 entre Tarragona y Alicante, y sumó uno más: el de no volver a licitar la explotación privada de la circunvalación, que se corresponde con la misma autopista: "No es viable ni vale la pena volver a sacar su explotación a concurso público", aseguró. Ábalos fue un paso más allá e incluso puso fecha al fin del peaje (que ahora mantiene directamente el Ministerio): "Me atrevería a decir que el fin del peaje irá asociado al fin de la AP-7".
Es decir, si Fomento cumple con el plan dibujado por el ministro en Alicante, la circunvalación levantará el peaje en diciembre de 2019, al mismo tiempo que el resto de la AP-7 desde Tarragona (sobre el tramo de Cartagena, aún no hay nada decidido). Mientras tanto, la sociedad pública Seittsa, dependiente de Fomento, seguirá encargándose de la explotación de este tramo con el personal de la concesionaria que se subrogó al quebrar la empresa.
La segunda circunvalación de Alicante es un tramo añadido a la AP-7 que se abrió en 2007 por el exterior de la primera circunvalación, la A-70, en torno a la capital alicantina. Se inicia al final de la AP-7 en El Campello y conecta con la A-31 a la altura de Monforte del Cid, con un trazado de 28,5 kilómetros y varias incorporaciones desde las distintas poblaciones de l'Alacantí (El Campello, Mutxamel, Xixona, San Vicente del Raspeig y Alicante). Ideada para absorber el 80% del tráfico que circula actualmente por la A-70 (unos 30.000 vehículos diarios), siempre se ha encontrado muy lejos de esas cifras. No obstante, en verano ve cómo se incrementa de forma exponencial el número de usuarios, sobre todo gracias al aeropuerto de El Altet.
La concesionaria, Ciralsa (Circunvalación de Alicante SA), formada por ACS, Abertis y Globalvia) entró en liquidación en 2014, aunque sucesivos recursos y fallos judiciales la devolvieron a la fase de convenio en 2016 y, de nuevo, a liquidación un año más tarde. El Estado la asumió en abril de este año. Según los últimos datos del propio Ministerio, en 2017 este tramo registró una Intensidad Media Diaria (IMD) de cerca de 6.500 vehículos, lo que supone un 6% más que el ejercicio precedente. Muy lejos, en cualquier caso, de los 15.000 vehículos diarios que se esperaban cuando se abrió. El pasado agosto, desde el Ministerio se aseguraba que "la voluntad política" para liberalizarla y quitar los peajes era "total".