ORIHUELA. “Son documentos únicos, más que el propio edificio, porque son documentos que de no tenerlos son irrecuperables” asevera Javier Sánchez Portas, quien fuera director de la Biblioteca Fernando de Loaces de Orihuela y quien ha encabezado el inventario del archivo del palacio del Marqués de Rafal. Es la joya de este inmueble que la Generalitat Valenciana ultima los detalles para la adquisición. De hecho, alberga documentos de mucha más antigüedad que el propio edificio. Su valor histórico versa principalmente sobre quienes bajo títulos nobiliarios mandaban en la Vega Baja
En diciembre, Ximo Puig anunció en una visita a Orihuela que el Consell adquiriría este inmueble para alojar la oficina del Plan Vega Renhace, el futuro Centro de Estudio de Extremos del Agua y dotarlo para otros usos, además de servir para el estudio de la comarca. Desde ese momento comenzaron las negociaciones con los numerosos propietarios –de la misma familia- del inmueble. La mercantil WillCoSpain tenía publicado en el portal inmobiliario de compra y alquiler, Idealista, este inmueble por 4,5 millones de euros. Todavía no se ha hecho efectiva la compra, pero el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana de este miércoles publicaba una resolución de presidencia de la Generalitat con la que se delegaba las competencias a la Conselleria de Hacienda y Modelo Económico para la adquisición del archivo del palacio del Marqués de Rafal.
Este inmueble fue construido en el siglo XVIII pero alberga documentos dos siglos más antiguos. Según Sánchez Portas, quien elaboró el inventario, el fondo documental abarca desde 1582 a 1815. De ahí el gran interés de la Generalitat para su conservación y herramienta para la investigación histórica de la Vega Baja. El Marqués de Rafal fue la principal familia nobiliaria de Orihuela y al mismo tiempo el poseedor de gran parte de la Vega Baja. El marquesado se remonta al siglo XVII pero el origen es de la familia Rocamora que se remonta a la época de Jaime I, en el siglo XIII. Como explica Sánchez Portas, la familia fue adquiriendo protagonismo y poder hasta ser considerados como Grandes de España.
En ese archivo se conserva documentación de todos los señoríos que tenían en distintos municipios como Benferri, Rafal, la Puebla de Rocamora, y Granja de Rocamora. También recoge diferentes linajes con todos los matrimonios que se dieron, pleitos, correspondencia, registro de la actividad administrativa y de los bienes que poseían. También cuenta con arrendamientos y escrituras. Otro de los fondos importantes son los 89 registros notariales que los marqueses de Rafal adquirieron a principio del siglo XIX. Contiene documentación, según detalla Sánchez Portas, de todos los particulares de Orihuela, testamentos, reparticiones de bienes, cartas matrimoniales, no solo de la familia sino de cualquier que en esa época requiriera los servicios de un notario.
En cuanto al propio inmueble, el Consell considera también que es susceptible de ser incluido en el inventario del Patrimonio Cultural Valenciano. Según recoge el portal inmobiliario que lo puso a la venta, y que hoy día sigue publicado el anuncio, el edificio cuenta con 2.000 metros cuadrados útiles, dos plantas, y numeroso mobiliario y decoración señorial. Se encuentra en pleno corazón histórico de Orihuela. Con el que fuera Palacio del Conde de Pinohermoso, ahora biblioteca Fernando de Loaces y el Centro Cultural Miguel Hernández dan forma a la plaza Ramón Sijé.
El inmueble fue construido en el siglo XVIII y reformado a principios del XX. Según el portal inmobiliario “la gran escalera principal le llevará hasta el recibidor del Palacio, preludio de sus innumerables y exquisitos salones. Una vez en el recibidor, el esplendor de sus salas trasladará a sus invitados a otros momentos de la historia”. En la primera planta se ubica un gran recibidor, seis salones de altos techos distribuidos en hilera que desembocan en una gran biblioteca. También lo describe la inmobiliaria, el archivo, como “una de las joyas del palacio”. En esa misma planta se encuentra un enorme comedor, la cocina, más salas secundarias y cuatro grandes dormitorios.
La segunda planta acoge nueve grandes habitaciones, “muchas de ellas en suite”, grandes baños con acceso a terrazas y cinco salones que comunican el entramado de dormitorios. Un balcón mirador en el interior permite observar la escalera de la entrada principal. Cierra la estructura del inmueble un gran ático con vistas a la ciudad y la montaña.
Hasta el momento, el precio por el que finalmente se comprará es un secreto. Se firmó un documento de confidencialidad en este sentido solicitado por los herederos propietarios. Según las fuentes consultadas el acuerdo es cuestión de días o como mucho alguna semana. Para alcanzar la firma falta simplemente recopilar la documentación que tienen que aportar los propietarios y confirmar que está todo correcto.