ELCHE. Esta semana se han presentado nuevas intervenciones urbanísticas que se van a desarrollar en el municipio, otras que ya están en marcha y otras que llegarán. Una suerte de nuevo ciclo urbanístico con varias actuaciones que cambiarán la fisonomía de la ciudad en varios puntos importantes. Voluntaria o involuntariamente, aunque algo hay al buscar un 'efecto Corredora', una determinada ejecución urbanística puede traer consigo beneficios colaterales más allá de la propia actuación. Aunque también en contra, como las posibles quejas por la falta de aparcamiento. En cualquier caso, este año acabará con nuevas zonas verdes, más peatonalizaciones, carriles bicis de gran envergadura... y menos elementos patrimoniales, una de las cuestiones que más asperezas levantan y que hace unos días tuvo con un derribo de una fachada singular su último capítulo.
En este sentido, y teniendo en cuenta los lentos tiempos urbanísticos, pero también de la propia administración para la adjudicación y gestión de las licitaciones, ahora empiezan a activarse algunos de esos proyectos de relativa acupuntura urbana que mencionaba este medio en agosto de 2021. Algunas empiezan su ejecución ahora, lo que supondrá esa sensación de que la ciudad está en obras durante los próximos meses, coincidiendo con el verano. Dos de ellas son de ellas tienen que ver con la creación de nuevas zonas verdes y ajardinamiento. De una parte, la adecuación del solar eliminando el centenar de plazas para aparcar en el Hort de Rastoll está ya en marcha. Buscará continuar la trama de huertos de alrededor, aunque ya ha generado críticas por la eliminación de estas plazas por parte de la oposición, así como la recuperación de uno desaparecido a principios del siglo XX. Como novedad principal, se destapará la Acequia Mayor a su paso por la zona.
Junto a esta actuación, de 4.993,51 m2, y financiada con los fondos europeos Edusi, se mejorará el alumbrado público y las aceras del entorno, así como un nuevo carril bici entre las avenidas Candalix y Juan Carlos I. Finalizará en septiembre. La otra gran zona verde a impulsar será la del Jardín de las Víctimas de la covid, que será el solar que queda por urbanizar junto al Cementerio Viejo, al lado del IES Nit de L'Albà. Eso sí, será una intervención de mayor envergadura porque se actuará sobre toda la manzana, que es de 50.000 m2. Empezará de forma inminente según fuentes municipales y tendrá un coste de 870.000 euros, también con la mitad de la financiación de los Edusi. A diferencia de Rastoll, aquí se habilitará una nueva zona de estacionamiento de vehículos, integrada en la zona verde, en la que se habilitará un camino accesible para conectar con el entorno. Tiene un plazo de cinco meses de obras, por lo que debería finalizar sobre octubre.
Cabe resaltar que no será la única actuación relevante en la zona del Cementerio Viejo, puesto que hace unos días se presentaba el proyecto del Palacio de Deportes, la gran obra de los Edusi, y de la que los arquitectos que lo han diseñado tienen ahora tres meses para presentar el proyecto de obras que se tendrá que licitar. Lo que deja en duda si la actuación saldrá adelante o no porque a priori estos fondos deben estar ejecutados a final de 2023. Aunque desde el bipartito esperan que haya alguna prórroga para poder finalizarlos, aunque incluirán una cláusula en el concurso público para que dé tiempo a finalizarlo en el plazo establecido.
La obra que sí estará acabada en su tiempo y que empieza ya es la del carril bici en Pedro Juan Perpiñán en El Pla de 2,5 kilómetros, y que conectará con los institutos de La Asunción, Pere Ibarra y Cayetano Sempere, y que transformará la rotonda de La Torreta en una 'turborrotonda'. Aunque la principal actuación será, aparte del carril bici en la mencionada vía, en medio de la calzada, la eliminación de un carril para coches en dirección Alicante. Según Movilidad, el departamento de Tráfico ha indicado que se puede soportar el tránsito, aunque desde el PP consideran que esta actuación puede colapsar la zona generando más atascos. El plazo de ejecución será también de cuatro o cinco meses, por lo que estará acabado tras el verano, con un coste de 322.000 euros. Paralelamente se adecuarán las estaciones de autobús de Pedro Juan Perpiñán para hacerlas más accesibles.
Y el otro gran carril bici cuyas obras están ya en marcha es el de la Avenida de Alicante, que conectará con el de Avenida Juan Carlos I. Tendrá 1.520 metros de largo, entre 2,50 y 3 metros de ancho, y se va a abordar en dos tramos. En uno de ellos se suprimirá uno de los dos carriles de circulación en sentido a Alicante, el que menos presión tiene, de forma que solo quedarán tres carriles, dos de entrada a Elche y uno de salida a Alicante. El segundo tramo comenzará a partir de L’Hort de Montenegro. Se trata de otra actuación con los fondos Edusi, con un plazo de cuatro meses, y unas obras de 386.000 euros.
Por último, en el plano de las peatonalizaciones, está ya en marcha la semipeatonalización de Olegario Domarco Seller con su plataforma única, que supone la eliminación de un centenar de plazas de aparcamiento que el equipo de gobierno ha compensado con un solar equivalente junto al barrio Patilla, a unos diez minutos. Con la actuación esperan que se dinamice la zona comercial. En el caso de que fructifiquen las dos actuaciones con fondos europeos, Edusi y Next Generation, de la pasarela volante y reurbanización y rehabilitación de Porfirio Pascual respectivamente, Carrús Este podría presentar un aspecto más renovado en el próximo o próximos años. Por ahora lo único asegurado es Olegario Domarco, cuya obra durará seis meses por 400.000 euros, aunque antes está interviniendo Aigües d'Elx para renovar tuberías, y aún queda la mitad de esa actuación. Y la otra peatonalización que está en ciernes para coronar las actuaciones del Plan Centro es la de Replaceta de les Barques, a falta de adjudicar a una de las cuatro empresas que se han presentado. Sus obras durarán tres meses.
Por último, dentro de este ciclo inmediato de obras y actuaciones urbanas, que a priori estarán finalizadas antes de que acabe el año, a pocos meses de las elecciones, la otra cara es la del patrimonio local, que sigue sufriendo la falta de un catálogo de protecciones actualizado, o al menos esas han sido las quejas esta semana después de que una estudiante de Historia denunciara la demolición de un inmueble en la calle José Ramos, 23. La Junta de Gobierno otorgó la licencia de derribo y construcción de un inmueble de 8 viviendas el pasado 25 de febrero, y los promotores han empezado el derribo. Algo que ha generado críticas e indignación en redes sociales al tratarse de un caso similar al de Almacenes Parreño por su valor histórico: un edificio de fachada singular aunque sin proteger en el catálogo.
El inmueble, de 1932 y de dos plantas con 304 m2, había sido rehabilitado hace algunos años, y del que destacaba la distinta ornamentación superior de los ventanales, el mirador sobre ménsulas y barandilla de balaustrada, la decoración bajo los balcones... Una fachada que recordaba a otros edificios nobiliarios del siglo XX del centro histórico, y que en cualquier caso, era de propietarios privados. Un inmueble sin proteger, y del que por otra parte, libros o guías referenciales sobre la arquitectura local no han destacado. En cualquier caso, una fachada de interés que ha vuelto a recordar al caso de Parreño, ahora con la mitad demolida, manteniendo medidas de 'ornato' para no dejar el solar vacío. No obstante, y en referencia a las hipótesis que se comentaban estos días en las redes, que el catálogo nuevo estuviera ya en marcha tampoco tendría por qué haber evitado esta actuación. Podría no haberse protegido o que tuviera la mínima, es decir, la ambiental, que permite derribar y levantar manteniendo el 'paisaje'.
Sea como fuere, es una cuestión que dentro de todo lo pendiente en Urbanismo, vuelve a poner sobre la mesa lo desfasado que está el actual catálogo, aprobado con el Plan General de 1998. A corto plazo se introducirán los refugios de la Guerra Civil y el Mercado Central con protección ambiental, pero en el departamento sigue sin haber grandes novedades con el pliego, ya que tan solo se ha avanzado en la redacción de las propuestas base que hablan de la protección del patrimonio a ampliar: militar, religioso, industrial e hidráulico —muy similar a una propuesta hecha ya en 2017—. Una tarea ambiciosa y a su vez ardua porque requiere de informes sectoriales, elaboración o actualización de fichas de cada elemento, aunque algunas ya están hechas, que durará años. A todo ello, además, con sus procesos de exposición pública y la licitación porque lo elaborará una empresa externa, aunque contará con coordinación municipal. Lo único seguro es que no estará esta legislatura. Así que la otra incógnita a estas alturas es si antes del mandato habrá alguna licitación con alguna propuesta más avanzada, porque ha habido varios cambios de parecer entre técnicos de la concejalía, y será un tema que a todo seguro puede ser polémico por posibles intereses urbanísticos.