ALICANTE. La propuesta promovida por la Diputación y el Ayuntamiento de Alicante para construir el centro de congresos reivindicado por el sector turístico desde hace más de veinte años se coloca (ahora sí) en la rampa de lanzamiento con la puesta en marcha del concurso de anteproyectos que permitirá seleccionar su diseño. Esa convocatoria pública (que, según fuentes consultadas, puede quedar supeditada a la adopción de un próximo acuerdo del pleno de la corporación provincial) permitirá que los gabinetes de arquitectura interesados -entre los que se espera atraer a despachos nacionales e internacionales- puedan plantear sus propuestas para definir un inmueble que se pretende icónico tanto por su emplazamiento (literalmente junto al mar, entre las explanadas de los muelles 7 y 9 del Puerto) como por su funcionalidad.
Por lo pronto, se estima un presupuesto próximo a los 65 millones para su construcción, en los que se incluye tanto el edificio congresual, valorado en unos 50 millones, como las instalaciones del centro operativo de Suma (el organismo tributario de la Diputación), para el que se calculan otros 15 millones más. De ahí que, también, los plazos para su ejecución se conciban proporcionalmente alargados en sintonía con la envergadura del proyecto. En concreto, fuentes consultadas precisaron que se espera que el conjunto de la actuación pueda estar finalizada en un plazo aproximado de dos años y medio desde el inicio de los trabajos, que podría reducirse a una horquilla de entre un año y medio o dos años, en función de las programaciones de obra ajustadas que puedan presentar las constructoras que opten a su ejecución.
La incógnita que resta por despejar es, precisamente, cuándo podría dar comienzo su construcción. Los pormenores del proceso se darán a conocer en el acto de presentación ya concertado por las dos administraciones promotoras -Diputación y Ayuntamiento- para este próximo lunes. No obstante, según las mismas fuentes, todo parece indicar que las obras podrían abordarse durante el último tramo de 2024. Como poco, se prevé que pueda habilitarse un plazo mínimo de unos tres meses para la presentación de propuestas, a los que se debe añadir el tiempo requerido para la evaluación de las plicas presentadas, que quedará a cargo de un jurado de expertos en el que se contará con arquitectos reconocidos, como ya se ha informado.
A ello, se sumará otro plazo lógico posterior para la realización efectiva de los trabajos de redacción, que en principio no debería ser inferior a los seis meses de duración, en sintonía con los requeridos para otros proyectos de dimensiones similares. Y, tras esa fase, se deberá proceder a la licitación de las obras, con lo que la selección del adjudicatario encargado de su construcción podría requerir al menos entre tres y cuatro meses más.
Por el momento, las únicas certezas que se han dado a conocer hasta ahora son los requisitos mínimos adelantados en la manifestación de interés registrada en abril de 2021 ante la Autoridad Portuaria sobre la reserva de suelo para situar el edificio, y durante el proceso de tramitación de las bases del concurso. Así, después de girar visita a otros equipamientos disponibles en ciudades del entorno (Málaga o Cartagena, por ejemplo), ya se ha anticipado que se pretende contar con una sala principal con capacidad para un mínimo de entre 2.000 y 2.500 asistentes (el aforo necesario para pujar por los grandes congresos nacionales e internacionales), además de otras de menor tamaño, que puedan albergar reuniones o eventos de entre 500 y 300 asistentes.
Respecto a las características físicas esenciales, también se ha dado a conocer que el perímetro de todo el edificio (que ocupará una parcela de entre 16.000 y 20.000 metros cuadrados) debe ser transitable, con lo que se descartaría que el inmueble pudiese extenderse hasta la lámina de agua. Y que su estructura no podrá rebasar en ningún caso la altura del inmueble del centro empresarial de Panoramis. Es decir, que no podría exceder del equivalente a dos plantas sobre rasante, para que el futuro inmueble no constituya una barrera física que dificulte la perspectiva del skyline de la ciudad para los cruceristas que recalen en el Puerto, por ejemplo.
El resto de condiciones no se han desvelado, aunque todo parece indicar que se requerirá que las propuestas de diseño incorporen la planificación de una zona de estacionamiento en el entorno para cubrir las necesidades del centro de congresos. Al margen de ello, todavía debería concretarse el estudio de tráfico para la planificación de sus accesos.