ELCHE. El Partido Popular podrá volver a gobernar en Crevillent. Eso sí, tendrá que hacerlo de la mano de Vox, como en el grueso de municipios en los que hay posibilidad de cambio. La confluencia de Compromís, Esquerra Unida y l'Esquerra no ha podido retener el Ejecutivo, como esperaba hacerlo en alianza con el PSOE. Aunque durante la mayor parte del escrutinio parecía revalidar esa victoria, a la que aspiraba la izquierda para cumplir un ciclo de ocho años, en el último momento, esa mayoría pasaba a la derecha, con un Partido Popular que igualaba los ocho concejales de la confluencia. Permitirá que el PP regrese al poder.
La estrategia de los populares de Crevillent por renovar la lista con varios independientes y perfiles diferentes, empezando por el de su candidata, Lourdes Aznar, han permitido que en ese marco de movilización de la derecha en todo el país, puedan rebañar la alcaldía a José Manuel Penalva (Compromís), candidato de la confluencia. Con el crecimiento de dos ediles de Vox, pasando de 1 a 3, tienen la opción de mayoría absoluta. Aunque en el caso de la triple alianza han logrado un resultado mayor, siendo la fuerza más votada del municipio (5.656 sufragios por los 5.275 del PP), tan solo se ha traducido en un concejal más respecto a sus resultados de 2019, con Compromís por separado.
El problema también ha estado en que el PSOE de Manuel Penalva ha pasado de 4 a 2 concejales, por lo que los números no le dan. El PP regresará pactando con Vox necesariamente, porque no son la fuerza más votada. Así, aunque su candidata Lourdes Aznar reconocía que se habían realizado mejoras en Crevillent, necesarias, durante estos cuatro años, creía que había que acelerar toda esta gestión. Además de una gestión más cercana con la ciudadanía. La veterana interventora ha dado el salto a la primera línea política desde su perfil independiente y ha salido airosa a la primera de cambio. Todo en un cambio a última hora que ha supuesto un jarro de agua fría para la confluencia crevillentina, que ya se veía, a pesar de lo ajustado, renovando el poder. Una victoria que junto a la de Elche tiñe de azul (y verde) todo el Baix Vinalopó.
En cuanto a Santa Pola, Loreto Serrano ha arrasado. Si ya tenía una mayoría holgada con diez concejales, ha crecido llegando a los 11. Una cómoda mayoría absoluta que le permite seguir gobernando en solitario. A pesar de ello, también ha aumentado sus resultados Vox, pasando de uno a dos ediles, y que llegan, como el crecimiento del partido de Serrano, al calor de la desaparición de Ciudadanos.
Respecto a la izquierda, el PSOE de Santa Pola se mantiene en sus seis concejales, mientras que la confluencia entre Podemos, Esquerra Unida y Compromís solo ha obtenido dos ediles, por lo que no había ninguna opción de alternativa. A pesar de esa alianza, tan solo se ha materializado en un concejal más a la izquierda del PSOE, y que tenía Compromís con 942 sufragios. Ahora tienen 1.486 votos. Apenas 13 votos menos de los que obtuvo Ciudadanos en 2019 y que les permitió obtener tres concejales. En cualquier caso, la izquierda tenía muy difícil dar la campanada, puesto que el crecimiento necesario era exponencial.