ALICANTE. Los tiempos de revisión establecidos en la normativa y la escasez de lluvias obligan al Ayuntamiento de Alicante a actualizar los protocolos de prevención delimitados a través del Plan Hidrológico Nacional (PHN) para los municipios de más de 20.000 habitantes con la aprobación del Plan de Emergencia ante situaciones de Sequía (PES 2024), en el que se definen las medidas de gestión que permitan anticiparse a los fenómenos de escasez de recursos para lograr atenuar sus frecuencias e intensidades, además de minimizar los efectos negativos de tipo socioeconómico y ambiental mientras perduren dichas situaciones extremas, según concretan fuentes municipales, a través de un comunicado.
La planificación, refrendada este martes en Junta de Gobierno como puesta al día del primer Plan de Emergencias aprobado en 2005, se remitirá a la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), según ha concretado el vicealcalde y concejal de Medio Ambiente, Manuel Villar, quien ha señalado que "el próximo viernes se dará cuenta de este Plan a cuatro años en la reunión prevista del Consejo de Administración de Aguas de Alicante, bajo la presidencia del alcalde Luis Barcala, al tiempo que se revisará la situación de los recursos y posibles medidas a adoptar en caso de persistir la falta de lluvias".
Villar ha explicado que "Alicante se encuentra en situación de 'Prealerta' ante el riesgo de sequía, fase en la que se determina la creación de una comisión de seguimiento que ya se ha constituido y algunas medidas como la reducción de la presión en la red de abastecimiento por las noches, el desarrollo de campañas de concienciación de ahorro de agua y aumentar el seguimiento de la evolución de los acuíferos".
"Las siguientes fases -ha explicado el edil-, en caso de que se prolongue la falta de ayudas serían las de 'Alerta' y 'Emergencia' que aumentan las medidas para reducir el consumo y que también están contempladas en la planificación siguiendo los dispuesto en el PHN y los acuerdos de las organizaciones de cuenca, en este caso de la CHJ". En principio, Villar ha señalado que, con las previsiones actuales, no se contempla que pueda resultar necesario aplicar restricciones al consumo en la medida en que el abastecimiento estaría garantizado con los recursos de la Mancomunidad del Taibilla y de la desaladora de Aguamarga.
De ahí que haya subrayado que en esta fase del plan, la labor del ayuntamiento se limite a la de concienciar en un uso responsable de los recursos disponibles, "sin necesidad de causar alerta entre la ciudadanía". Con todo, ha apuntado que la situación se revisa cada dos meses, por lo que "habrá que estar atentos a la evolución que pueda producirse en este tiempo", ha apuntado.
En esta línea, fuentes municipales han incidido en que Alicante aprueba esta planificación siguiendo la política del agua en zonas con problemas periódicos de disponibilidad, como la cuenca mediterránea, que pasa por mantener actualizados los planes de contingencia y control ante posibles sequías, como consecuencia del segundo ciclo de planificación hidrológica (2015-2021) llevado a cabo por los organismos de cuenca.
Este Plan de Emergencia se ha estructurado en base a los aspectos más relevantes de la 'Guía para la Elaboración de Planes de Emergencia ante Situaciones de Sequía en Sistemas de Abastecimiento Urbano en el Ámbito de la Demarcación Hidrográfica del Júcar'.
En cuanto a las medidas propuestas en el PES, se incluyen actuaciones sobre la demanda, la oferta, la organización administrativa y sobre el medio ambiente, basadas en la experiencia de gestión del sistema de abastecimiento de Alicante y coherentes con las planteadas tanto en el Plan de Emergencia ante situaciones de Sequía del Júcar como en el Plan de
El objetivo específico del Plan de Emergencia relacionado con los procesos de sequía es dotar a la administración pública municipal de una secuencia metodológica clara y coherente que sirva de orientación en la gestión de sequías. Los objetivos generales de este plan son: recopilar y ordenar la información básica sobre las demandas y la valoración de disponibilidades de recursos, definir los estados de riesgo de escasez vinculados a sequías, establecer las condiciones en que se incurriría en los estados de riesgo de escasez y sería necesario activar medidas especiales para mitigar los efectos de la sequía y prevenir posibles daños de alcance mayor, según detallan las mismas fuentes.
También contempla establecer los objetivos de reducción de demandas y refuerzo de disponibilidades y orientar sobre las medidas a implantar en las diferentes situaciones de escasez en que se puede encontrar el sistema de abastecimiento, establecer responsabilidades en la toma de decisiones y en la forma de gestionar las diferentes situaciones de sequía y, finalmente, documentar los procedimientos llevados a cabo para el cumplimiento de los objetivos, además de revisar ya actualizar el documento para lograr la efectiva aplicación del mismo.