ALICANTE. El Ayuntamiento de Alicante da por cerrado el intento de licitación del servicio de socorrismo y vigilancia en playas para el ejercicio de 2023, tras la estimación parcial del segundo recurso presentado contra sus bases, y se ve forzado a posponer el concurso para incorporar las novedades previstas en el servicio hasta 2024. De hecho, los técnicos del Patronato Municipal de Turismo que dirige la edil Ana Poquet han comenzado a trabajar ya en la redefinición del pliego de condiciones con el fin de que pueda existir un nuevo adjudicatario antes del próximo mes de abril, cuando volverá a requerirse de la prestación con la llegada de la Semana Santa.
De este modo, la temporada de baño se completará hasta el próximo mes de octubre con la prestación de emergencia concertada con la UTE compuesta por Ebone Servicios Educación Deporte SL y Embesur. Es decir, la concesionaria que ha venido asumiendo la prestación desde 2020. Dicha UTE renunció a principios de este 2023 al año de contrato del que todavía disponía, con el argumento de que no podía asumir los costes laborales que conllevó la aplicación del último incremento del Salario Mínimo Interprofesional (SMI).
De ahí que el Patronato convocase en enero un nuevo concurso que ampliaba el presupuesto asignado a la prestación para regularizar el salvamento en playas y que, además, aprovechase la circunstancia para introducir algunas mejoras en el servicio. Entre ellas, en esa nueva licitación se trataba de proporcionar cobertura de socorristas en las cinco playas de la ciudad (El Postiguet, Playa de San Juan, La Albufereta, Urbanova y Tabarca) tanto en temporada baja, como en temporada media y en temporada alta, aunque con distintas horas de prestación diaria, en función de la afluencia de usuarios registrada en cada una de esas tres temporadas.
Además, se pretendía reforzar el servicio en la Playa de San Juan con la incorporación de tres nuevos socorristas, sobre todo en los extremos del arenal. Y, por último, se incorporaba una moto acuática de apoyo para incrementar la vigilancia en la isla de Tabarca. Así, ese concurso se convocó finalmente con un presupuesto de 3,4 millones y tres años de duración, al margen de dos posibles prórrogas de un año cada una.
No obstante, el proceso sufrió un primer revés en abril en forma de impugnación. Una asociación que agrupa a las empresas del sector acudió al Tribunal Administrativo Central de Recursos Contractuales (TACRC) para solicitar que se aplicase una nueva fórmula de cálculo sobre las propuestas económicas presentadas en busca de garantías de una mayor objetividad en la baremación de las ofertas. Además, también solicitó a retirada de uno de los requisitos por los que se establecía que las empresas aspirantes debían disponer necesariamente de una tipología de certificado de calidad, al considerar que ese reconocimiento en concreto resultaba demasiado amplio para el objeto del concurso.
El TACRC estimó parcialmente esa impugnación y el Patronato reactivó la licitación tras incorporar las rectificaciones sugeridas, el pasado mes de mayo. Sin embargo, un segundo recurso -esta vez presentado por CCOO- volvió a forzar la suspensión del proceso, sin que, hasta entonces, se hubiese registrado ninguna oferta interesada en asumir el servicio. Esa segunda impugnación solicitaba que se contabilizase el desplazamiento de los vigilantes a cargo del servicio en la isla de Tabarca como tiempo de trabajo, y que el coste del trayecto de los vigilantes quedase cubierto con cargo a la contrata. Al tiempo, planteaba que se aplicase una revisión de las tablas salariales para los vigilantes, a partir de una nueva propuesta formulada por el sindicato.
De nuevo, el TACRC estimó parcialmente ese recurso en una resolución comunicada el 25 de julio por la que conminaba a volver a enmendar el pliego de condiciones y a retrotraer el concurso al momento de su convocatoria. Así, el Patronato trabaja ahora en la revisión de las bases para añadir las aportaciones de CCOO estimadas por el TACRC con la previsión de que se pueda contar con un contratista para la próxima temporada, al no existir tiempo material para que el concurso pueda queda resuelto antes de que concluya la campaña actual.