Hoy es 18 de noviembre

'Del no-ser al interser' en el instituto juan gil-albert hasta el 2 de septiembre

Aferrarse a la ciencia y no a la fe: Ana Pastor vence el pánico a la muerte yendo del 'no-ser' al 'interser'

17/06/2022 - 

ALICANTE. La muerte de cuatro seres queridos a lo largo de cuatro años consecutivos causó en Ana Pastor un trauma considerable hasta el punto de despertar en ella un verdadero pánico a la muerte que no lograba vencer con las terapias convencionales. Sin embargo, tiró de lo suyo: el arte. Como resultado surgió Del no-ser al interser, que es el fruto de una investigación que comienza hace ahora diez años y que parte de una búsqueda existencialista de la verdad. Un intento de vencer miedo a la muerte de una atea que no puede aferrarse a la fe, sino a la ciencia. Un proyecto de proyectos. Un viaje abstracto y terapéutico a través de diferentes disciplinas como fotografía, audiovisual o performance con el objetivo de superar esa fobia. Una exposición que se podrá ver desde este viernes, 17 de junio, en el Instituto Alicantino de Cultura Juan Gil-Albert, hasta el 2 de septiembre.

La muestra, comisariada por Johanna Caplliure, ocupa las dos salas principales del Instituto Juan Gil-Albert donde, además del evento de inauguración de este viernes se celebrará también un encuentro artista-comisaria, el 13 de julio, así como una actividad especial el 15 de julio, dentro de la Nit en Blanc. Un proyecto en el que Pastor toma prestados los saberes de la ciencia y los acaba imbricando en los procesos metafísicos y filosóficos emprendiendo un viaje con varias paradas que se inicia en 2012 con No-ser

"Soy atea y necesito digerir y analizar las cosas e intelectualizarlas; no me puedo agarrar a otra cosa, así que decidí recurrir a la obra de Sigmund Freud, padre del psicoanálisis, y al Manual de psicomagia de Alejandro Jodorowsky", explica. En ese momento estaba yendo a terapia sin resultados y optó abordarlo a su manera: celebrando su propio entierro. Eso es lo primero que se muestra en esta exposición, con una serie fotográfica sobre esa performance.

Ana Pastor y Johanna Caplliure.

Manifestar la herida

La siguiente parada en ese viaje se centra en la teoría evolutiva y en la cirugía. "No es que yo sepa de nada científico, sino que me interesa todo y lo investigo", justifica. En este punto, Pastor se agarra al término médico de "manifestar la herida" para dilatarla y "conocer bien el daño", y así poder "curarla con seguridad". En esta ocasión, apoyándose en una pauta de psicología que trata de paliar el daño emocional y que consiste en empatizar con el daño ajeno para conocer el propio. Para ello, la artista hizo un vídeo en el que muestra a diferentes desconocidos reaccionando a la palabra "herida" expresándose libre y espontáneamente. 

Su sorpresa llegó cuando uno de los participantes le dijo "no puedes verlo, pero está muy adentro", dándole mucho que pensar. "Eso me llevó directa a pensar en lo 'micro', lo que está en lo más profundo, a través de la sangre", explica la autora. En aquel entonces vivía en Londres y consiguió una colaboración con el departamento de Arqueología del University College, dándole acceso a un microscopio electrónico de barrido que es capaz de realizar ampliaciones de hasta trescientos mil aumentos. Su propuesta consistía en desecar la sangre hasta convertirla en polvo y someterla a la imagen del microscopio. "Me encontré con todo un universo dentro de mí en una imagen que bien podría ser un paisaje lunar", describe.

Mirar lo 'micro'

Nunca lo habría imaginado, pero es en ese momento comenzó a soltar lastre. Se dio cuenta de que ella misma no era lo que pensaba, un ser independiente, sino algo que está mucho más relacionado con todo lo demás. "Entendí que había que empezar a vivir de una manera más profunda, no tanto hacia lo 'macro' sino hacia lo 'micro', que es aquello que realmente nos da profundidad", explica Pastor. Ahí es cuando todo empezaba a encajar, así que siguió investigando y encontró a la teórica evolutiva Lynn Margulis, mujer del astrofísico Carl Edward Sagan, así como al filósofo Gilles Deleuze. "Ellos hablan de cómo cada organismo individual es en realidad un grupo", apunta. Un cúmulo de microbios que rodea a una membrana, la piel, la cual se ve y actúa como un solo individuo. "Somos un cúmulo de microbios y células que interactúan todo el rato", añade. 

Esa visión del individuo como una multiplicidad infinita de entidades heterogéneas que se transforman y se relacionan entre sí le abrió su propia línea de investigación artística y de sanación. En esta parada de su particular viaje de catarsis llega al microbioma como conjunto de microbios y genes. "Tenemos la misma cantidad de células microbianas que de células humanas, por lo que ya no soy una sola, sino que soy una multitud, y los demás también", afirma Pastor. Pronto lo relacionó con el concepto budista del 'interser', que dice que "nada empieza por sí mismo sino que todos los acontecimientos están relacionados", cuenta la autora. "De alguna manera, eso es lo mismo que dice Carl Sagan", afirma. Una sabiduría de hace miles de años relacionada con una teoría científica.

Serie fotográfica sobre esa performance 'No-ser'.

Con esa teoría sobre la mesa, contactó con el departamento de Fisiología, Genética y Biología de la Universidad de Alicante para poder continuar su obra. El objetivo era utilizar placas de petri, donde se cultivan microorganismos, para lograr las diferencias entre el antes y el después de diversas relaciones humanas: la saliva antes y después de un beso, una huella del pecho materno antes y tras dar de mamar a un bebé, la saliva del mismo antes y tras haber tomado la leche, etcétera. Esas placas configuran la última parte de esta exposición. "Se ven en la pared con una guía de relaciones, una lupa para poder ver esas placas y un vídeo", comenta la autora. "En este punto, en el que además empecé a hacer meditación, dejo de pensar en la persona como ser individual y dejo de estar tan apegada a conceptos como el nacimiento y la muerte", describe.

"No hay un principio ni un fin"

La exposición finaliza con  dos fotografías ampliadas con la saliva antes y después de un beso, donde se encuentra un cambio constatable. El inicio de otro proyecto en el que ahora está trabajando: We are one (somos uno). "Tengo una perspectiva mucho más integrativa en la que no solo tengo en cuenta la interrelación con mis semejantes sino también con todo tipo de seres: animales, plantas, microbios, etcétera... con todos los sujetos, porque todo tiene que ver con todo", asegura. Ha cerrado el círculo. Ya no existe el terror por ese principio y final al que parece estar abocado el ser humano. Contradiciendo a Jesucristo sentencia que "no hay un principio ni un fin". 

Noticias relacionadas

next
x