ALICANTE. Risueña, cuenta la fotorreportera Pilar Cortés que se enteró de que tendrá una calle a su nombre casi de casualidad. Fue mientras trabajaba cubriendo un congreso que un vecino de la asociación Campoamor y Plaza de América le preguntó por su nombre "y me dijo que me había propuesto para poner mi nombre a una calle. Pensaba que era una broma, ¿por qué yo? Y como estaba trabajando le dije que volveríamos a hablar".
A los pocos días le llamó el presidente de esa agrupación vecinal, Luis Romero, y le confirmó que el tema iba en serio. Ella sería la primera fotorreportera en tener una calle en Alicante. Cortés, de San Blas, destaca que por su trabajo en toda la ciudad le toca cubrir la actividad de muchas asociaciones de vecinos y aún así le "sorprendió mucho que un barrio que no fuera el mío de toda la vida tuviera ese detalle".
Paseando por la actual calle Pérez Vengut, la que recibiría su nombre en las próximas semanas, comenta que le gusta mucho el ambiente que en ella ve. "Es un barrio de personas trabajadoras, sencillo: tiene su cafetería, su tienda, su restaurante chino...", razona. Y se extiende en ello porque "soy muy defensora de los barrios. Alicante los está descuidando mucho".
El reconocimiento que supone tener una calle bajo tu nombre estando en vida lo toma también como el de una profesión. "Somos muy pocos y en Alicante apenas hay calles dedicadas a fotorreporteros". De hecho, en el repaso que se hace, solo están rotuladas así la calle del Fotógrafo Ángel García, en el distrito norte, y la de Fotógrafa Reme Vélez, en Lo Morant. Pendiente de asignación está la calle que el anterior alcalde anunció que tendría Perfecto Arjones y también lo está la de la premio Nacional de Fotografía Cristina de Middel, ambos también compañeros que pasaron por su diario, Información.
Se trata de distinciones que llegan en un momento de crisis de la profesión. "Nosotros tenemos dos partes negativas —explica—, por un lado tenemos mala prensa, curiosamente, y luego que ahora es tan fácil hacer fotos que estamos desapareciendo, desgraciadamente. Esta profesión se valora muy poco. Y esto es una forma de ponerlo en valor".
Hay otro factor que ella subraya. La parte femenina de este trabajo, "somos muy poquitas". De hecho, con el impulso del cambio del callejero se pidió que hubiera más mujeres dado el claro sesgo machista presente hasta ahora. Ella reconoce que es una situación que no se había planteado hasta hace muy poco. "Es verdad que faltan muchos nombres de mujeres pero porque no lo habíamos pensado".
Cortés apunta los últimos meses, en los que se ha producido una reflexión sobre este y otros temas relacionados con la mujer. "Con la empoderación de la mujer te pones a mirar cosas importantes como esta: que hay muchos más nombres de hombres que mujeres y eso hay que ponerlo en su sitio porque es importante que se reconozca el mérito de las mujeres y se les dé visibilidad". Cortés desea que "tras el 8M, que ha dado un poco de luz a esto, nosotras hemos dicho que estamos aquí y tenemos que tener un puesto en la sociedad y valorarnos como tal. A partir de ahora se va a tener en cuenta".
El tener una calle a su nombre asegura que era una posibilidad que no había contemplado. "Fue una propuesta y hasta hoy no era consciente de que podía pasar. Es ahora cuando lo soy". Eso sí, también bromea con todo el lío vivido en los últimos años sobre los cambios en el callejero. "Luego igual cambia de nombre pero al menos podré decir que durante una temporadita tuve una calle en Alicante, en mi ciudad, y que he estado viva para verlo; que lo puedan ver mis padres me parece lo más importante".