ELCHE. La conselleria de Vivienda anunció el pasado 2021 la construcción de 70 nuevas viviendas sociales en el barrio de Los Palmerales, cuando aún era conseller y vicepresidente Rubén Martínez Dalmau, hoy Héctor Illueca. ¿Qué ha pasado hasta ahora con ese proyecto? Sigue adelante, pero con los habituales retrasos y problemas en las licitaciones, como ha ocurrido en distintos procedimientos en Elche. Serán varias unidades en las que se construyan estas viviendas, y el proyecto está financiado por los fondos europeos Next Generation, ya tiene un despacho provisional para diseño del inmueble y dirección de obras. Se habían presentado 50 propuestas al concurso.
Como recordaba esta semana Illueca en su visita a la ciudad, se habló de unos 7 millones de euros para su materialización, aunque el presupuesto contempla hasta 9.9 millones de inversión. Serán 70 viviendas protegidas para alquiler asequible en la calle Abogados de Atocha, 5 de Los Palmerales, el gran solar que hay junto al juzgado. En principio no iba a estar financiado con fondos europeos, sin embargo, con la aprobación del programa Next Generation EU, se ha utilizado este programa para su ejecución. Al cambiar el modo de financiación y someterlo a 'regulación armonizada' (con control desde Europa) se retrasó el procedimiento hasta mayo. Después, en julio, un recurso de los aspirantes al Tribunal de Recursos Contractuales suspendió temporalmente el trámite, resolviéndose (y desestimando la queja) en septiembre. A partir de ahí el jurado ha ido filtrando el hasta medio centenar de despachos de arquitectura que se presentaron. Ya hay una aprobación provisional, con tres arquitectos que han diseñado una propuesta llamada 'Tartan'. Algunos son profesores de la UPV y tienen experiencia en iniciativas también de VPO en València.
El jurado se ha decantado por esta propuesta por entender que es una propuesta "muy atractiva y la apuesta por una imagen novedosa para el barrio". A juicio del comité, realiza una acertada inserción de relación con el entorno, planteando dos unidades a Este y Oeste de la parcela, que permite dar continidad al eje procedente del Norte y que recorre toda la banda residencial en la que se ubica, para ponerla en conexión con el con el palmeral. Por otro lado, "el juego de los tres volúmenes que propone favorece el diálogo con la potente presencia del vecino edificio administrativo de mayor altura y fachada curva". Señalan que ambos permiten construir una 'puerta urbana' al palmeral, desde donde arranca la calle Morera, vertebradora del barrio. La propuesta de tres volúmenes, además, supone un "contrapunto y cierre a la morfología de bloques lineales pareados" que conforman el barrio, como explicita la memoria de la propuesta, además de que aporta dinamismo a la zona.
La configuración en parcela y la propuesta de tres volúmenes por fase permite que los edficios se organicen "como verdaderas palazzinas", que permiten que casi todas las viviendas se dispongan en esquina y disfruten de dobles orientaciones. Además, el jurado destaca que las tres edificaciones se tocan en esquina, "lo que permite crear un juego acotado de espacios exteriores de transición al espacio urbano exterior". Otro elemento reseñable para el mismo es que la disposición de galerías perimetrales conceden "una gran privacidad a
todas las piezas de la vivienda frente a los espacios exteriores".
Sin embargo, hay que destacar que aunque el proyecto es para 70 viviendas, la Entidad Valenciana de Vivienda y Suelo (EVHA), pidió una propuesta que plantee la ordenación de los bloques del total de la parcela, es decir, para un total aproximado de unas 140 viviendas. Aunque en este caso concreto se pidió que los despachos se ciñieran a al anteproyecto de los edificios que representen el 50% de la edificabilidad total de la parcela: esas 70 viviendas aproximadamente. La promoción se insertará sobre el 50% del solar con frente a las cuatro calles Abogados de Atocha, Morera, Eucaliptus y Llimoner (donde se derruyeron dos bloques el año pasado). Según el Plan General, el máximo posible de alturas para esta parcela es de cuatro plantas.
Dentro del proyecto, lo que la entidad busca son viviendas funcionales, con la incorporación de espacios comunitarios, que sean innovadoras y que fomentan la inclusión, la equidad y que sean capaces de adaptarse a nuevas necesidades con mínimas intervenciones, así como que incluyan soluciones post-covid. Todo con vistas por tanto a que la misma sea una herramienta contra la exclusión del barrio. A este respecto, se exige que se incorporen propuestas de actividades para espacios compartidos del edificio, que den satisfacción a posibles necesidades (lúdicas, de trabajo, de servicios...) a los vecinos, a la vez que favorecen las relaciones entre ellos. Y en esas zonas comunes se pide la instalación de placas fotovoltaicas para autoconsumo. También que se integre en el complejo el ciclo de ropa completo (almacenaje, lavado, secado, planchado y almacenaje). Para su construcción se priman criterios medioambientales que permitan el ahorro energético, así como la 'circularidad'.
El contratista, en este caso la mencionada UTE de tres arquitectos, cuya adjudicación queda por formalizar, tendrá que presentar el proyecto básico en dos meses y el de ejecución de las obras también en dos meses. Este último por tanto aún queda por licitar, por lo que habrá que esperar varios años a que la actuación esté finalizada. En este sentido, el tiempo estimado de obras de las 70 viviendas es de dos años, por lo que el próximo 2023 será año de entrega de los proyectos y licitación de la actuación. Si todo el trámite va en tiempo y sin problemas, podría ser que en el mismo 2023 empezaran las obras. Aún queda tiempo para verlas materializadas, pero ahora arranca ya el proyecto.