ELCHE. Aunque la sensación no deja de ser la del día de la marmota y un lícito ¿pero esto no estaba hecho ya?, el nudo del Mercado Central empieza a deshacerse. Paso administrativo a paso administrativo. El equipo de gobierno llevó al pleno de enero el informe ambiental y estratégico que hacía decaer el cambio previo de suelo del Mercado y que ahora la Generalitat ha asumido. Todo para poder llevar compatibilizar en el viejo inmueble el tradicional uso placero con servicios de restauración, porque la actual calificación lo permite. En febrero Urbanismo respondió a las alegaciones que en una última bala pedían la protección integral del inmueble. Y ahora el boletín provincial (BOP) ya ha publicado la protección ambiental parcial del Mercado.
Así pues, se ha aprobado la rectificación de la reclasificación de suelo, dejando a todos (provisional, central y Escorxador) en su situación original; cuenta con las autorizaciones autonómicas y la protección parcial del viejo edificio ha entrado en vigor este miércoles al publicarse en el BOP, incluyendo el documento en el registro autonómico de Instrumentos de Planeamiento Urbanístico. Con ello se incluirá en el catálogo de protecciones, junto a las incorporaciones más recientes: los refugios de la Guerra Civil bajo el propio Mercado (el 3B y el 3C) y las Áreas de Vigilancia Arqueológica (AVA).
El próximo paso, mientras el estudio Tomás Llavador Arquitectos redacta y entrega el proyecto de ejecución, que tenía un plazo de tres meses, es que la empresa municipal Pimesa sea quien licite la obra. Así se ha acordado en el consejo de administración de este miércoles. Algo que ya entraba en los planes del alcalde Pablo Ruz desde los inicios. La entidad municipal gestionará el trámite no solo por ser eficiente en estos procedimientos y ahorrar carga de trabajo a los técnicos del Consistorio, sino porque también gestionará el futuro Mercado, como hace ahora con el provisional desde la ruptura del contrato con Aparcisa en la pasada legislatura.
La otra cuestión de fondo y que se evadió tratar en el Consejo, porque a priori sería un paso ulterior, es la del aparcamiento para el mercado, cuya idea primigenia del PP es habilitar en el hueco que había de la antigua pescadería en la Plaza de las Flores. PSOE y Compromís desconfían por un encaje "difícil" que podría comprometer el tráfico del centro tras un entorno peatonalizado y con informes técnicos contrarios a las soluciones planteadas entonces por Aparcisa. Por ahora no se ha iniciado ningún trámite a ese respecto. El bipartito se centra en la parte mollar y más perentoria: la rehabilitación del inmueble, que llevaría aparejada la demolición del provisional.
La ficha de protección incluye los elementos protegidos, como las fachadas, el volumen, cubierta, altura o alineaciones, salvo la de la fachada occidental, ya que se elimina la primera crujía, lo que supone retranquear el inmueble. Y a juicio de colectivos como Salvem el Mercat, cercenar parte del mismo, promoviendo un 'falso histórico'. La edificabilidad será la misma quitando esa parte, y además la protección impide para el futuro las plantas sótano bajo el edificio. De ahí que ahora sí o sí la única alternativa para el Ejecutivo sea la del hueco de la pescadería, que estaría por ver.
Como curiosidad sobre la eliminación de la crujía, que tampoco convencía al regidor porque supone menor espacio de actuación para encajar todo, una de las alegaciones al documento de la modificación urbanística destapó una contradicción importante. Al tiempo que en una parte del pliego de condiciones, en la memoria se recomendaba el recorte de esa primera crujía, en puntos posteriores de ese mismo epígrafe, así como en la propia ficha de protección, se exigía dicho recorte. Algo que se subsanó durante la tramitación urbanística para deshacer todo el nudo de los suelos, porque se entendía que la idea era exigir ese recorte. Sin embargo, para los colectivos que pedían la protección integral queda esa duda de si una redacción más clara hubiera supuesto un proyecto alternativo a su juicio más 'integrador'. La mercantil adjudicataria planteó su recorte ciñéndose a esa opción del pliego, mientras que otras que se han hecho públicas no. En resumidas cuentas, un punto más dentro de un embrollo que empieza poco a poco a despejarse, aunque quedan varios capítulos más.