ELCHE. Son diversos los problemas con la protección del patrimonio ilicitano históricamente, como ha venido contando este medio en el tiempo, desde la pérdida de edificios protegidos de un Plan General a otro, así como la lentitud para el nuevo catálogo de edificios protegidos. Otro más relativamente tapado, aunque ya se ha manifestado en distintas ocasiones, es la falta de vigilancia o aplicación de medidas en aquél que está en manos privadas, lo que por motivos obvios es más problemático. Este martes, el Partido Popular denunciaba la situación de la casa del Hort de Portes Encarnades, que lleva años en mal estado, aunque no está protegida por el catálogo de bienes municipal.
El inmueble, abandonado y en avanzado estado de deterioro desde hace tiempo, fue también objeto de denuncia por colectivos como Elche Singular en octubre. En su opinión, el PP asevera que "está a punto de hundirse literalmente con la pasividad de PSOE y Compromís". La formación de Pablo Ruz advierte del peligro de que se pierda esta emblemática casa, también con un valor cultural arraigado en la sociedad ilicitana por ser el inicio de la carrera de Cantó en la romería de la Venida de la Virgen, por lo que hay un extra de singularidad en el inmueble. Actualmente el dintel de la puerta principal está roto, la terraza sobre la puerta principal muy dañada y puede que la cubierta tenga filtraciones.
"A pesar de que la casa es privada, se encuentra en un huerto público", señala el concejal, siendo este uno de los puntos clave del asunto, ya que han sido varios los casos de inmuebles protegidos o que deberían estar protegidos por su valor y que han acabado derruidos o en un estado avanzado de deterioro. Son varios los que están en el catálogo de protecciones, y a pesar de que sean de propiedad privada, el Ayuntamiento tiene la potestad, así como el deber, de acuerdo con la Ley de Patrimonio, de tomar las decisiones oportunas para salvaguardar estos bienes. Una labor de vigilancia.
No obstante, en el caso que ocupa, tanto el Hort de Portes Encarnades como la propia vivienda son de propiedad privada, concretamente, de la Agrupación de Interés Urbanístico (AIU) del Sector E-16, es decir, de los promotores de la Finca El Arsenal con los que se ha llegado a un principio de acuerdo para reducir la edificabilidad a la mitad y trasladar la restante a otros sectores. Con la actuación, como con otras operaciones urbanísticas, los constructores cederían el huerto y por tanto la casa al Ayuntamiento a cambio de edificabilidad, como contó este medio. Algo que se lleva haciendo desde hace décadas; de esta forma el Consistorio se ha hecho con los huertos de palmeras al tiempo que ha compensado al sector inmobiliario con edificabilidad para construir.
Así, con el enquistamiento del caso El Arsenal, además de los largos trámites urbanísticos, la falta de mantenimiento y de actuación tras el abandono desde hace años, ha hecho que el deterioro vaya a más. En cualquier caso, no es un edificio del catálogo de edificios protegidos. Justo como el inmueble de arquitectura popular que hay en la propia finca, típica de la burguesía de la zona de principios del siglo XX, que ya ha sufrido vandalismo aunque habría acuerdo para conservarla con la solución para el sector puesta encima de la mesa.
En cualquier caso, son varios los casos de patrimonio de propiedad privada que ha acabado en ruinas o que están en mal estado, como la torre Estanya como caso más flagrante; la Casa de las Palomas, reconstruida ahora por Pimesa, quien la adquirió de manos privadas estando ya en ruinas; las infraestructuras hidráulicas de la Acequia Mayor del Pantano... Después hay casos de otros inmuebles que no están protegidos aunque tienen su valor patrimonial e histórico, como la casa de López Mezquita en Cruz Roja, ahora en trámite para un nuevo proyecto, o la otra cara, como la ermita de El Molar de La Marina que no ha logrado poner de acuerdo a Ayuntamiento y administraciones con los propietarios, o el propio abandono del Hort del Gat, a la espera de que la conselleria de Cultura mueva ficha para rehabilitar..
En el lado opuesto, en manos privadas, están los edificios protegidos que han aguantado el paso del tiempo porque tienen uso, que es lo fundamental para que pervivan. Son los casos de la fábrica de harinas Andrés Serrano, viviendas del siglo XIX en el Raval, el cine Alcázar o hasta hace poco el Capitolio, la casa del Huerto del Cura, la recién inaugurada Finca de San Ramón, conocida también como 'casa del Hort de Peral' o casas de campo modernistas como la de Sant Maties, a la izquierda. Mientras que no se haga o impulse el mantenimiento o determinadas acciones en este tipo de patrimonio, la única alternativa es fomentar o encontrarle un uso. Lo cual, aunque no siempre, puede pasar por las administraciones públicas. De lo contrario, es previsible que sigan surgiendo casos como este.
