ELCHE. El patrimonio ilicitano sigue siendo una cuenta pendiente en el municipio, tanto a nivel de puesta en valor, como de protección o normativa; estos dos, ámbitos en los que se está avanzando poco a poco. Sin embargo, hay otra característica en segundo plano y menos 'evidente', que es el patrimonio documental o de otros bienes que están dispersos y que pertenecen o pertenecían a la colección municipal, pero se les ha perdido la pista. A veces por no estar inventariados; otros por dificultad para seguir el rastro. En este ámbito se encuentra el vasto legado de Pere Ibarra, acorde a su carácter multidisciplinar. En las últimas semanas ha generado revuelo porque elementos vinculados a él se han subastado en portales dedicados a este efecto.
Al hilo del asunto, aparecieron en la web todocoleccion.es varias cajas de diapositivas de cristal con imágenes de la ciudad que pueden ser de finales del siglo XIX y principios del XX. Cada caja puede llevar entre 14 y 19 fotografías. Valiosas instantáneas de Elche, como se puede intuir en las imágenes de las subastas. Unos elementos que por otra parte han estado en subasta, con precios de salida de hasta 1.200 euros, y cuyas cajas llegaron a tener en torno a las 700 pujas. Lo que ha acarreado, según ha podido saber este medio, que se haya puesto en conocimiento de la policía, que ya lo está investigando y que habría bloqueado la mercancía. No obstante, según fuentes conocedoras de este tipo de casos, la clave, y sería lo complejo, es demostrar que estos elementos son de dominio público. Aunque también apuntan que en el inventario que se hizo en 1934 sobre sus bienes, está referenciado que Ibarra donaba sus fotografías al Archivo municipal, así como las diapositivas, según varias fuentes.
Asimismo, el pasado abril de 2022 también se subastó con un precio de salida de 5.400 euros, un Atlas "único" de 23 mapas del mundo del siglo XVII del cartógrafo italiano Giacomo Cantelli da Vignola. Pertenecía a Ibarra, ejemplo de su avidez por el conocimiento. La noticia llegó incluso a la agencia Europa Press, que se hizo eco de la subasta, en la que su vendedor Pablo Pateman señalaba que "es una pieza magnífica y muy rara que no se encuentra ni en las mejores librerías, ya que en el siglo XX estos libros solían desmontarse con el fin de vender cada mapa por separado, llegando a pedir más de mil euros por cada pieza". Asimismo, se añadía que la parte correspondiente a la colección relacionada con Elche no se ha vendido, mientras que los libros sí, y se ofreció a las instituciones por los descendientes de Ibarra "en La Alcudia" (declaraciones que pueden resultar algo incongruentes, si bien es cierto que por ejemplo no tuvo hijos), quienes se apunta que vendieron al marchante este antiguo volumen.
Por otra parte, hay otro elemento en subasta vinculado a Ibarra, en este caso un cuadro suyo, un óleo que se vendía por 1.499 euros y que ahora se ha rebajado hasta los 1.124. El vendedor señala que se trata de un "dificilísimo pintor". Y en efecto lo es puesto que el polifacético ilicitano era aficionado a la pintura, pero no era su principal fuerte, esas obras no tienen gran valor pictórico. Sí sentimental para la gente de Elche en todo caso. A diferencia de los casos anteriores, de este sí se conoce su procedencia. Se trata de uno de sus cuadros que pertenecían a la familia Ramos (del yacimiento de L'Alcúdia), que lo vendieron a un anticuario en un lote junto otros lienzos. Se han vendido tanto modernos como antiguos. Eran suyos y en este caso ahora ha salido a subasta este 'El Campesino' en el portal de coleccionismo, debido al cambio de casa por la venta de la vivienda de la finca del yacimiento.
Sobre los otros elementos de Ibarra en esta web, añaden que no saben nada y que sí se conoce que su preciado legado está disperso por la ciudad. O fuera, a la vista del mercado de coleccionismo. Quienes se dedican al coleccionismo apuntan en efecto a que hay otras familias conocidas de la ciudad o particulares que tienen en su poder bienes de Ibarra. No obstante, sobre lo que hay en la colección de la casa de L'Alcúdia, esgrimen que "lo realmente importante y de valor es la documentación de Ibarra". Como la familia ha aseverado tienen elementos suyos, heredados de la colección familiar, bien de Rafael Ramos, bien de Alejandro Ramos (Folqués). De hecho en la exposición del museo del yacimiento del año pasado sobre el 125 aniversario del hallazgo de la Dama de Elche se pudo ver documentación original de Ibarra.
Por su parte, la familia siempre ha sostenido que lo que tienen de Ibarra fue adquirido por Folqués y otros ilicitanos a su viuda cuando este falleció. Ella iba a ceder en 1934 el legado al Ayuntamiento a cambio de una pensión. En su museo se llegaron a documentar hasta 9.000 objetos de todo tipo (un códice medieval, un álbum de fotografías de Roma, monedas, figuras...), de ahí que se creara una asociación de amigos del museo con el alcalde Joaquín Santo, representantes de la Comisión Provincial de Monumentos y diversos estamentos locales, así como de personalidades interesadas en el patrimonio y la historia local como Assumpció Ibarra —hija de Aurelià Ibarra—, Manuel Pomares Ibarra, Leopoldo Gonzálvez Serrano, Juan Orts Román o el propio Folqués, según investigó el archivero del Misteri d'Elx Joan Castaño. Estos velarían por el museo y su mantenimiento. Sin embargo, la burocracia para cumplimentar la pensión de la viuda se alargó, estalló la Guerra Civil y todo quedó en punto muerto. En 1939, Ramos Folqués como archivero municipal hace un repaso del inventario y se constata que se habían extraviado o roto elementos de la colección, como temía Ibarra, lo que se atribuiría a la intervención o desidia del Ayuntamiento aquellos años.
Sobre esta cuestión, precisamente inciden en que la documentación que atesoran es conocida por el Archivo Municipal, que la ha visto y está documentada. "Hay una infinidad de elementos", aseguran, y remarcan que esa documentación "es la que debería acabar en el Archivo, eso es lo importante". Explican que pretenden "a toda costa" que se lo quede el Consistorio, dejando en un segundo plano los cuadros, a los que restan valor, además de incidir en que eran propiedad privada. Recuerdan asimismo que la colección que está en la vivienda, y que va aparejada a su venta, "tiene muchas ofertas e interés de particulares".
A este respecto, explican que no han encontrado "ninguna predisposición" por parte de la administración pública para hacerse con la vivienda, dispuesta en dos lotes. Los descendientes de Ramos aseveran que por parte de la Universidad de Alicante, que según el Ayuntamiento ilicitano, sería la institución que de forma más "natural" debería hacerse con la casa del yacimiento, no hadado un paso adelante. Han declinado la compra porque ya adquirieron en su día una parte importante del mismo. Y del lado del Consistorio, que señaló que se ofrecía a mediar, no se ha planteado. No obstante, uno de los hijos de Rafael Ramos señala que no han recibido aún la herencia —motivo por el que se vende la casa— y están aún pendientes de trámites, por lo que habría margen, aunque a priori no debería quedar mucho tiempo. Así, si finalmente no hay ningún acuerdo o paso adelante por parte de la administración, indican que recurrirán a alguna inmobiliaria o escucharán las ofertas de particulares por la casa. Y en ella está la preciada y desconocida colección. Parte de ella.
Así pues, el patrimonio ilicitano, también el mueble o documental, resulta otro quebradero de cabeza para investigadores e interesados en el patrimonio en general, que durante tiempo han seguido el hilo de legados como el de Ibarra, allá hasta donde la pista (o la venta) se ha perdido. Según ha podido confirmar este medio a través de fuentes que se mueven en este ámbito, desde Catalunya han llegado a ofrecerse a destacados coleccionistas de la ciudad piezas o bienes —sin especificar— del legado de Ibarra. Algunos de ellos, por otra parte, escandalizados al ver elementos de este tipo, de 'gran valor', en portales de "bajo nivel". En ese sentido, se cuenta en este ámbito que en el mercadillo de segunda mano de los domingos junto al Paseo de la Estación, ha ido goteando de vez en cuando, y recientemente, elementos singulares de este tipo, como obras de pintores más cotizados como Vicente Albarranch. "A precios de saldo, sin pagar lo que vale, a veces vendidos por gente que no sabe lo que tiene entre manos". En cualquier caso, el legado de Ibarra, y no solo el suyo, sigue siendo un rompecabezas por encajar. Y estas subastas han alertado a muchos porque entienden que es patrimonio público.