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'good riddance' suena en la serie de mike flanagan en el 25 aniversario de 'nimrod'

Enfermos terminales, sectas, fantasmas y punk: Green Day se une al Club de la Medianoche

14/11/2022 - 

ALICANTE. Con la banda californiana de Green Day se suelen hacer memes cuando llega el mes de septiembre, en alusión al estribillo de su 'Wake me up when september ends' ('American idiot', 2004). Sin embargo, si hay un mes clave en la historia de Billie Joe Armstrong, Mike Dirnt y Tré Cool, ese es octubre. Fue en octubre de 1997 cuando salió a la venta su quinto disco, 'Nimrod', que tenía que consolidar a los chicos de Berkeley como la mejor banda de punk pop tras el pelotazo de 'Dookie' (1994), que incluía las nunca superadas 'Basket Case' y 'When I come around', y la continuación por compromiso (mucho menos exitosa) de 'Insomniac' (1995).

Green Day era el grupo que todo adolescente un poco marginado en su clase necesitaba en la segunda mitad de los noventa. Hacía dos años que Kurt Cobain se había volado la tapa de los sesos, y con cada lanzamiento de un grupo de rock (que en España, curiosamente, solían darse a conocer a través de Los 40) todos buscábamos a los nuevos Nirvana: Bush, Smashing Pumpkins, The Offspring... Y no. Tampoco lo fueron Green Day, pero fueron algo mucho más importante.

'Nimrod', más maduro, más largo, más melódico que los anteriores, no obtuvo ni de lejos la misma repercusión. Green Day no volverían a ser la 'mejor banda de rock de la historia' (título que se les ha adjudicado en dos ocasiones) hasta 2004, con el mentado 'American Idiot', que (como Los Simpson) predijo a Donald Trump. Pero había algo en aquel disco, una rareza que poco o nada tenía que ver con los Green Day hasta el momento (y que sin embargo, casi entra en 'Dookie', pues se compuso años antes), que lo cambió todo: 'Good Riddance (Time of your life)'.

Se trata de la canción menos punk del grupo (no suena ni un acorde eléctrico, solo la guitarra acústica de Billie Joe y unos violines), pero probablemente es la canción más Green Day. Como ha dicho en varias ocasiones Billie Joe, no está tan preocupado por componer canciones punk como por componer canciones. Ésta en concreto, según su creador, era una especie de despedida a una chica que volvía a su país, pero la interpretación del público la convirtió en algo mucho más profundo (si es que hay algo más profundo que despedirse de quien podría haber sido mucho más que unas estrofas sin tener la ocasión de comprobarlo). 

Y así llegamos hasta octubre de 2022. 'Nimrod' y 'Good riddance' celebran su vigésimo quinto aniversario, y lo han hecho de una forma inesperada y sorprendente. Uniéndose a 'El Club de la medianoche', la nueva serie para Netflix (mientras llega 'La caída de la casa Usher) del nuevo Midas del terror seriado, Mike Flanagan. La historia, ambientada en los noventa y basada en las novelas de terror juvenil de Christopher Pike, es probablemente la más floja de cuantas ha rodado Flanagan hasta ahora, pero quizá también la más arriesgada, y aporta varios elementos muy rescatables. Incluida 'Good riddance'.

El club de la medianoche: terror pero poco

El hit imperecedero de Green Day suena, interpretado a capela por los protagonistas, en el funeral improvisado que le dedican en la playa a una de sus compañeras en el hospicio para enfermos terminales jóvenes 'Brightcliffe', donde todos esperan que les llegue la hora (cáncer, sida, enfermedades degenerativas...) y se reúnen cada medianoche para contarse historias de miedo con múltiples capas de lectura en la biblioteca. He aquí a lo que se refería Billie Joe con la interpretación de los fans sobre su éxito: él se despedía de una casi novia, ellos aluden al viaje al más allá de su amiga.

Porque de eso va, en realidad, la serie de Netflix. En realidad, Flanagan adapta una novela basada en unos sorprendentes hechos reales (Pike la escribió para una fan terminal, que no llegó a verla publicada) para que lo sobrenatural sirva de escenario de fondo, no de hilo conductor. Y así, poder hablar de lo que realmente le interesa: amistad, amor, vida y muerte, y de cómo cada uno de nosotros afronta sus circunstancias e intenta que signifiquen algo antes de que se termine el tiempo. Más o menos igual que en 'Misa de Medianoche', que está considerada su mejor serie hasta ahora aunque 'La maldición de Hill House' sea muy superior en términos de terror.

'El club de la medianoche' es una serie adolescente y, por momentos, lacrimógena, aunque la enfermedad de sus protagonistas no se use de forma melodramática en el guion más que en ocasiones puntuales para justificar el avance de la historia. Ilonka (Iman Benson) es una joven a la que detectan un cáncer terminal y descubre la historia de una curación 'milagrosa' sucedida años antes en Brightcliffe, donde decide ingresarse a esperar la muerte pero con el auténtico objetivo de evitarla, investigando los misterios de una mansión que antes fue sede de una secta (de las que finalizan con suicidio colectivo). 

Muertes que dan sentido a la vida

Alrededor de la historia de Ilonka y de sus compañeros en el hospicio, entre los que destacan tanto en su escritura como en la interpretación su interés romántico imposible, Mike (Igby Rigney), y su amargada y adicta a la morfina compañera de habitación, Anya (Ruth Codd), 'El club de la medianoche' se aproxima a un grupo heterogéneo (el chico gay con sida repudiado por su madre, la superestrella del instituto cuya novia actúa como si no fuera a morir en meses, la niña rica que importa tan poco a sus padres que la cubren de regalos, la joven religiosa que no pone en duda el plan de Dios por cruel que pueda parecer...) y a sus maneras de afrontar que van a morir justo cuando debían empezar a vivir.

Y, bueno, sí, hay una secta que intenta conseguir en el sótano oculto de la mansión el secreto de la vida eterna, pero solo para algunos y a costa de la vida de los demás. Y fantasmas tras cada esquina, no solo los que protagonizan las historias que se cuentan los chicos en la biblioteca, y que en ocasiones nos dicen más de sus personajes que los avances (pocos) de la trama en el mundo real. Pero no debería sorprender que, cuanto más cerca de la muerte está uno, más sombras vea. No en vano, para unirse al Club los pacientes no solo deben contar una historia de miedo, sino comprometerse a enviar una señal a sus amigos desde el 'más allá' si, una vez suceda lo inevitable, descubren que hay otra vida.

Con todo, además de los 'cameos' en las historias de fantasmas secundarias de algunos actores fetiche de Flanagan (como Rahul Kohli, que era el mejor personaje de 'La maldición de Bly Manor' y al que los freaks de los no-muertos recordamos por su forense de 'iZombie'), la serie nos brinda como gran revelación a Heather Lagercamp. Aquí la eterna protagonista de 'Pesadilla en Elm Street' interpreta a la doctora Georgina Stanton, empeñada en ofrecer una muerte digna a sus pacientes, y que introduce en las terapias grupales una idea que es lo más punk de la historia: el cáncer no es una batalla, y quienes mueren no han perdido. Luchar no garantiza sobrevivir, y morir no significa no haber luchado

It's something unpredictable
But in the end, it's right
I hope you had the time of your life
(Good Riddance)

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