ALICANTE. Los todavía gestores de la Lonja del Pescado de Alicante, pese a renunciar a la concesión hace casi un año, en mayo de 2022, han creado una 'empresa puente' para seguir prestando el servicio del recinto mientras el Puerto de Alicante encuentra a un nuevo adjudicatario (el primer concurso quedó desierto). Una medida que han adoptado tras extinguir el pasado mes de febrero la mercantil con la que se hicieron con la concesión en 2016, Llotja d'Alacant SL.
La nueva firma, Lonja Pesquera de Alicante SL, se fundó al mismo tiempo que se liquidaba la anterior. El comienzo de operaciones de la firma quedó registrado el 22 de febrero, con "la gestión y explotación de lonjas de pescado y primera comercialización, manipulación y distribución de productos de la pesca" como objeto social. La firma, no obstante, está domiciliada en un despacho fuera del edificio de la Lonja.
Al frente de la misma figura uno de los dos socios de la firma liquidada, Francisco José Mira (gerente de Pescados Mira), en esta ocasión junto a Pablo Díaz Ivorra, proveniente del sector inmobiliario. Díaz Ivorra toma así el relevo de Felipe Fuster Tasa (gerente de Alicante Molt Port, una de las cuatro estibadoras que operan en la terminal marítima alicantina), que era el otro 50% de Llotja d'Alacant hasta su extinción el mes pasado.
Como contó Alicante Plaza, la concesionaria de la Lonja del Pescado desde 2016 no esperó a que el puerto encontrase un nuevo gestor para el recinto y puso en marcha su proceso de extinción, para llevar a cabo la disolución voluntaria de la sociedad y su posterior extinción. Adjudicataria en principio hasta 2026, Llotja d'Alacant renunció en mayo de 2022 al considerar que la actividad del recinto no permitía cumplir el pan de negocio previsto. No obstante, se comprometió a permanecer como gestora del mismo hasta que el puerto encontrase un nuevo adjudicatario.
Sin embargo, ese nuevo concurso para buscar un nuevo gestor para los próximos diez años no ha llegado a impulsarse todavía y, según fuentes consultadas, no existe ningún plazo previsto para que pueda llegar a producirse esa segunda convocatoria. Así que el funcionamiento diario de la lonja podría llegar a quedar comprometido una vez materializada la extinción de su último concesionario, lo que explica la aparición de esta 'empresa puente'.
Según las últimas cuentas de la sociedad aprobadas antes de presentar su renuncia, correspondientes al ejercicio 2021, Llotja d'Alacant facturó 290.800 euros, un 25% menos que el año anterior, en plena pandemia, cuando el volumen de negocio fue de 387.900 euros. La compañía cerró el ejercicio con unas pérdidas de casi 50.000 euros después de impuestos, cuando un año antes daba beneficio. La clave estuvo en los gastos de explotación, que se dispararon hasta los 360.000 euros en 2021.
