ELCHE. Este 30 de noviembre se cumplen veinte años desde que se declaró al Palmeral como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el primero de la ciudad, cuyo interés y valor va mucho más allá del 'bosque' y los huertos; el gran interés reside en el milenario sistema de riego aún vigente, como elemento vertebrador entre culturas tan distintas como la africana y la europea, ya que fueron los árabes quienes diseñaron el avanzado sistema de irrigación con las acequias y la propia parcelación del palmeral. Sin embargo, dos décadas después de este reconocimiento, sigue sin una normativa sobre su uso, expuesto no solo a presiones urbanísticas, sino también a plagas como la del picudo rojo, hoy controlada, o la paysandisia, mucho más preocupante. Después de haber salvado el escollo de la primera plaga, queda un largo camino por explotar todas sus potencialidades prácticamente desde muchos ámbitos: el medioambiental, el económico o el cultural.
Precisamente por la efeméride, el vigésimo aniversario del anunciamiento, entre las distintas fuentes consultadas existe la sensación generalizada de que se trata de un bien que la ciudad ha heredado y que no se ha sabido poner en valor en distintos ámbitos, muy al contrario de quienes lo diseñaron, los árabes, que lo utilizaban, como quien dice, para prácticamente todo. Tras un siglo XX marcado por perder la batalla frente al cemento cuando no había ninguna legislación al respecto de sus usos ni protección, ha habido que esperar dos décadas desde la declaración de la Unesco para que se elabore una ley de protección a priori al borde de aprobarse tras su paso por el Consell Jurídic Consultiu, a la espera de Les Corts.
Sin embargo, después también de décadas de expropiaciones de huertos y del intercambio por la edificabilidad con los promotores, ni se ha sacado partido a esos huertos tradicionales, muchos de ellos desaparecidos o en desuso, ni la declaración como bien Unesco ha cambiado nada. De hecho, no se elaboró un Plan de Uso y Gestión; un lógico Plan Director como el que rige cualquier Patrimonio de la Humanidad, sea natural o sea una catedral visitable. A este respecto, no fue hasta 2017 cuando se empezó a elaborar el anteproyecto de Ley del Palmeral, 17 años después de su reconocimiento internacional.
Mientras tanto, no hay noticias sobre el Plan de Uso, aunque sí sobre el Plan de Protección del Palmeral, que ha tenido varios borradores y que de todas formas aún no es aplicable dado que la norma de rango superior, la Ley del Palmeral que ahora se tramita, no está aprobada. Aunque es solo una probabilidad, de haber estado en vigor desde hace tiempo esta legislación o al menos con ciertos aspectos incluidos en el Plan General, se podrían haber evitado quebraderos de cabeza para muchas partes, tanto como para promotores y Ayuntamiento, como para la Conselleria de Cultura o incluso para el propio Ministerio de Cultura.
Ahora, después de tanto tiempo sin hacer los deberes, han llegado los embrollos, por ejemplo, el del Huerto de la Hiladora y su geriátrico o más relevante, el del sector E-16 —Finca El Arsenal—, con una promoción de 950 viviendas e informes tanto desfavorables desde Madrid, como favorables desde Valencia, aunque por otros motivos. Sin ley aprobada y con planes urbanísticos que sí lo están, el equipo de gobierno intenta apagar fuegos amortiguando el impacto en el paisaje. A menor escala, también dejaría claro si por ejemplo se puede ceder una casa tradicional de huerto a una entidad ajena al palmeral, o si se puede reconvertir un inmueble en hotel en un huerto.
A este respecto, sobre la ley, la presidenta de Volem Palmerar Susi Gómez, que fue jefa de proyectos de la ya extinta Estación Phoenix, señala que durante este tiempo, la declaración de la Unesco ya debería ser una buena base, "pero en estos 20 años no se ha hecho nada, ni mejorar, ni aumentar presupuesto ni protección, ni siquiera en aprovechar subvenciones de Europa" con respecto al mantenimiento y otras actuaciones, y asevera que "no hay una voluntad política. No lo tienen como uno de los objetivos de mejora de la ciudad, nos hablan de la Capital Verde, mientras que el palmeral se queda marginado". Hace varios días, desde su colectivo cargaban contra la nueva adjudicación de servicio de poda de huertos históricos por lo corta que es la brigada de palmereros.
Asevera no entender por qué se está esperando a que se elabore el Plan de Uso tras tanto tiempo de la declaración internacional, y lamenta que "mientras, seguimos cediendo casas a entidades ajenas al palmeral porque no está redactado el plan de uso. No se debería permitir y quizá si estuviera redactado se evitaría". Asimismo, su predecesor en el cargo de la asociación, Vicent Sansano, biólogo que fue parte activa en la redacción del anteproyecto de la ley, opina que en estos veinte años desde la declaración "se ha hecho realmente poco, lo único controlar la plaga —de picudo rojo— y hacer este borrador de la ley del palmeral. Son las únicas que se han hecho a mi parecer, y eso la pasada legislatura. En tres años. Los 17 anteriores no se ha hecho auténticamente nada".
Apunta también sobre ese Plan de Uso, de competencia municipal, que cuando se acabó de elaborar la ley se tendría que haber preparado, porque han pasado ya tres años, y hay que planear cómo gestionar este patrimonio. Explica que "estos planes directores son similares a los que utilizamos en los parques naturales —es presidente de la Junta Rectora de El Hondo—, el palmeral se acerca a la gestión de un parque natural, hay que ver cómo se debe hacer la poda, abordar el riego de los huertos... Planificarlo". Aunque en su opinión, lo más urgente es "incorporar todo esto a la normativa del PGOU y hacer el Plan de Uso y Gestión". Después del articulado del borrador de ley, en 2017 hubo un par de reuniones en las cuales se intentó empezar la redacción de este plan, pero no fue más allá.
También apunta Sansano que el otro instrumento pendiente de ratificar y aprobar es el Plan Especial de Protección del Palmeral, pero está sin concluir e incide en que todo lo referente a huertos, usos y demás, debería estar incluido en el cuerpo normativo del Plan General para no remitirse a otro plan especial. Sobre esta cuestión, Gómez critica que el actual Plan General "no contempla medidas urbanísticas que sean respetuosas con la calificación de la Unesco y de ahí que tenemos todo lo de la Hiladora, El Arsenal o el Centro de Congresos en Candalix que se propuso, todo porque no viene regulado". Sobre esto, apela al inicio del proceso participativo del nuevo PGOU porque uno de los puntos que fijaba el equipo de gobierno como claves era "la protección del palmeral y su coexistencia —término que no acaba de entender por la "ambigüedad"—, no sé si están esperando a que esté aprobada la nueva ley para proteger".
Sobre el tema de la incardinación del palmeral en el Plan General, la presidenta de Volem Palmerar señala que quieren que tenga importancia también "para que sea percibido por los ilicitanos por lo que es, los primeros que deberían darle la importancia son los políticos", y añade que "muchas asociaciones trabajamos por defenderlo, hemos luchado contra la presión urbanística, como el tema de El Arsenal y demás, pero debería ser el Ayuntamiento quien le diera institucionalmente la importancia que se merece para que los ilicitanos lo valoren". "Ni lo conocen ni lo entienden", asevera tajante, y explica que echan en falta educación en las escuelas. "Hemos pedido muchas veces crear el 'Día del Palmeral' en colegios e institutos para que lo conozcan y darle apoyo a docentes y maestros, hemos dado proyectos bien perfilados al Ayuntamiento".
Con todo, dentro de la horquilla temporal desde la declaración del palmeral como Patrimonio de la Humaniad, además de avanzar en la redacción del anteproyecto de ley, cosa de los últimos tres años, la única intervención de envergadura a la que se han dedicado tanto Ayuntamiento como Conselleria es a combatir la plaga del picudo rojo. José Javier Sigüenza, responsable de Baobab, la empresa que tiene adjudicado el servicio para controlar la salud del palmeral, destaca que picudo apenas hay: "Se lleva al día, palmera que se detecta, palmera sobre la que se actúa". Actualmente está en uan ratio del 2% y el 3% de población. Unos años duros en los que se ha estado constantemente probando distintos productos, químicos como biológicos, para erradicarlo. Aunque no se ha logrado, ahora es una plaga controlada.
La paysandisia está ahora en el palmeral a un nivel equivalente al picudo cuando entramos a actuar
Sin embargo, hay un problema mucho mayor: la paysandisia. "Está en el equivalente del picudo cuando entramos", explica Sigüenza, quien añade que el principal problema es que no hay productos autorizados para combatirla. Como el picudo, va a por las palmeras más pequeñas, más jóvenes. "No es tan agresiva, pero en época de control no está dando resultado". Después de una época de cría de las larvas en la primavera, ahora empieza a desarrollarse y a causar estragos. "Cuando llegamos a las épocas como esta, no damos abasto a trabajar y a sanear. El problema es que una vez se instala, es muy complicado combatirla", señala, precisamente porque hay productos que funcionan contra ella, pero no están autorizados para palmáceas. "Se piensa siempre en picudo pero no en paysandisia", añade, e indica que al final se va saneando manualmente, cortando hojas hasta que se llega a la larva.
Una situación "preocupante", reconoce, ya que hay días en los que encuentran hasta 150 o 180 palmeras infectadas, "al cabo del año hemos llegado a encontrar 2.000", un número demasiado alto. Con esta plaga van de momento en modo ensayo y error. "Utilizamos nematodos desde noviembre hasta mayo, un organismo biológico. Funciona con el picudo, no es excepcional pero se mantiene, pero para paysandisia no hace absolutamente nada, al menos en la climatología ilicitana". Y esgrime que productos químicos que funcionan con la granada y cítricos, como los clorpyrifos, está prohibido desde el 2018.
El problema con esta plaga y la falta de un producto que la combata es principalmente burocrático. Sanidad Vegetal desde el Ministerio tiene que dar una autorización excepcional para que se pueda utilizar. "La autorización de un proceso fitosanitario en Europa es un proceso largo y difícil, puede tardar 10 y 11 años", explica el gerente de Baoab, que explica que "una vez autorizado, hay que evaluar además los tipos de residuos que quedan en el alimento". Y añade que por ejemplo si en los productores de tomate saben que pierden un determinado porcentaje de la cosecha, les puede salir a cuenta por la venta posterior, "pero como palmera solo hay en Elche, a las empresas no les interesa desarrollar estos productos", ya que es mucho trámite para unos cultivos pequeños que apenas tienen implantación en España o Europa.
Por el momento solo están autorizados en algunos cultivos de hortalizas. Apunta Sigüenza por último que para colmo, se tarda un año en ver los resultados de los productos que se aplican a esta plaga por su ciclo de vida. Por el momento, es el mayor problema biológico del palmeral, preocupante, aunque sin la agresividad del picudo.
En cuanto al uso que se le ha dado en los últimos tiempos al palmeral, el sentir general en distintos ámbitos es que está altamente infrautilizado. Algunos de sus múltiples (posibles) usos están avalados por estudios de la UMH, que revelan que podría ser un relativo motor económico de productos sostenibles. Desde la propia biomasa como retención de carbono, por el sumidero de carbono que supone, hasta la pasta de dátil para animales, fruto que acaba por los suelos en innumerables lugares. Para las personas se podría utilizar para repostería o harinas. Además, la palma, al igual que el resto de poda, se quema de "una forma incongruente que aumenta la emisión de carbono", apuntan algunas fuentes a Alicante Plaza.
Con esa poda se podría generar desde el compost para cubrir los bancales, produciendo menor evaporación y aprovechar mejor el agua, y por otra parte se podría aprovechar la fibra vegetal de la poda, para hacer de paneles térmicos, aislantes acústicos o madera para aglomerado. Incluso para pellets de leña que se importan. A este respecto, esta fuente explica que allá por 2005 "salieron determinadas empresas patrocinadas por estos estudios de la universidad, pero ante la falta de impulso de la administración es difícil que salgan adelante, al final el valor de estos estudios se pierde".
En esta línea, Marga Guilló, de la Associació per al Desenvolupament Rural del Camp d'Elx (ADR Camp d'Elx), explica que para los sobrantes de palma debería haber alguna planta para reciclarla "por su alto poder calorífico, y los troncos también son muy aprovechables". Asegura que los troncos se podrían utilizar para bancos de la ciudad, "formaría parte del patrimonio del parque y de una cultura que dejamos y abandonamos. Podrían encajar en determinadas instalaciones en los parques municipales para crear sombra". Y también coincide en el potencial del dátil para muchos otros productos. Pero considera que es muy necesario apoyar al sector agrario para poder desarrollar estas posibilidades.
Y en esa línea, señala que el palmeral del campo es una gran cuenta pendiente, "la gente tiene que sacar palmeras cuando ha tenido picudo, huertos enteros de 200-500 palmeras esperando a que venga Tragsa cuando ha venido el picudo". Añade que es un patrimonio con centenares de años, "y que tengamos que llamar la palmera a basureros de otros municipios para reciclar el material pues da mucho que pensar". Precisamente sobre las palmas adhiere que "a puertas de celebrar el aniversario Unesco, la palma está esperando soluciones desde abril", pues aún no ha llegado la ayuda a artesanos de la palma para poder continuar "y salvarse por los pelos, tienen un excedente que no sabemos si se podrán utilizar. No estamos preparados a nivel personal y administrativo cuando llegan estas situaciones", sentencia.
Por otra parte, también coincide en que "no es solo que el palmeral esté infrautilizado, es que no está todo lo cuidado que debería". Advierte que "no se ha respetado el por qué somos palmeral, que es la cultura del agua y el regadío de los árabes. Se intenta recuperar ahora, pero al sacar la vida de los huertos por el urbanismo y no dejar actividades en los huertos, familias de palma blanca u otras que vivían allí para derribar después o expropiar, todo se va a pique y se va degradando". Y hace énfasis en la situación de los huertos y la falta de mantenimiento. Un motivo por el que el bipartito está externalizando el servicio durante esta legislatura para suplir la falta de personal en las brigadas de palmereros.
El de los huertos urbanos, expropiados o comprados por el Ayuntamiento durante décadas, en muchas ocasiones a promotores a cambio de edificabilidad en otros terrenos, es otra de las grandes cuentas pendientes. Muchos de ellos están en colegios o instalaciones, pero al menos los de la Unesco son en torno a 1,4 millones de metros cuadrados al menos, "el 70% sin utilizar, es incongruente que se siga sin darle uso. Recuperar el uso tradicional le daría sentido, si no, el suelo se apelmaza y se pierde", declaran algunas fuentes. Como ya hacían los árabes, el diseño de cuadrícula de las parcelas, con las palmeras en la parte exterior, permite plantar dentro otros cultivos como cítricos, hortalizas o incluso colmenas.
En ese sentido, desde Volem Palmerar piensan que los huertos no deberían estar constantemente labrados, "sino con los bancales verdes", explica Susi Gómez, "cultivando las parcelas, por ejemplo con herbáceas se podría hacer, pero también con algarrobos, frutales que se amolden al agua salobre como los granados". "Ahora mismo es que no se aprovecha nada", señala, y explica que gente que viene de otros países, como del norte de África, "alucinan con que no se recojan los dátiles o que se quemara la hoja".
Señala también Sansano que la nueva ley tiene que explicar cómo se tienen que cultivar los huertos; "el ecosistema agrícola ha ido ligado a la supervivencia del agrosistema, el palmeral no tiene sentido sin los cultivos asociados. Tiene que prever cómo continuar esto. Además, hay usos sociales que son compatibles de tipo cultural, deportivo, turístico, compatibles en la preservación del bien natural". De los actuales huertos, en algunos se ha perdido el riego tradicional, en otros se mantiene, y en cualquier caso Sansano explica que "hay instrumentos para recuperarlos, lo mismo que se podría descubrir alguna parte de la Acequia, por ejemplo en la calle Empedrat, elevando y tapándose con algún elemento transparente". Una actuación similar que también propuso Volem Palmerar a raíz de las obras de la Corredora.
Actualmente se ha empezado a recuperar algún huerto como el de Felip para los vecinos del Raval, y se plantea para el futuro el de la Cuerna. Aunque de todas formas, para el primero se utiliza agua potable, lo que algunos consideran incongruente, a pesar de que es necesario para cítricos. Aunque no piensa eso Guilló, que explica que "al lado del Hort de Felip pasa la acequia de Riegos de Levante, no es excusa, si se quiere aprovechar y regar como hacen el resto de agricultores del Camp d'Elx, se podría haber hecho". Es otro tema recurrente el del agua, expone Sansano que "las aguas del Vinalopó han ido perdiendo calidad haciéndose más salinas, hoy en día se pueden utilizar para el palmeral, pero se pueden mezclar con aguas de la depuradora, hay una conducción que se recuperó la legislatura pasada para impulsar desde la depuradora de Algorós hasta Carrús para regar jardines de la margen derecha", y considera que se debería trabajar para conectar la margen izquierda con la Acequia Mayor del Pantano y llegar acuerdos para ir combinando estas aguas.
Los huertos se pueden regar con aguas de otras comunidades y el Hort de Felip con la acequia de Riegos de Levante, no hay excusa para usar agua potable
Por su parte, Guilló dice que por ejemplo cuando el agua llega muy salina de Riegos de Levante se mezcla con dulce del trasvase "y se puede utilizar de la depuradora, claro que sí, pero deberíamos tener un nivel de depuración cuaternario, no como tenemos, que a veces ni llega, lo que es vergonzoso porque en la principal depuradora de la ciudad no se ha invertido como se debe en años". Y añade que los huertos del sur de la ciudad se podrían regar con otra comunidades de regantes: "Progreso o Levante, pero también otras que mezclan de la depuradora como el Assud dels Moros, ojalá siguiera existiendo la de Argamasa y la dels Comuns, que es algo que queremos recuperar en el futuro".
Por tanto, se pueden regar con aguas de otras comunidades, asevera, aludiendo al partidor que hay para el canal Riegos de Levante al lado mismo del Hort de Felip. "El Ayuntamiento nunca ha adaptado el PGOU a las cuestiones patrimoniales y a una cuestión como el Patrimonio de la Humanidad, si pides ese patrimonio, asume las consecuencias", opina. Señala que se están permitiendo licencias para usos de huertos que no tienen que ver con esos usos tradicionales. "Solo se adapta el Plan General para el Parque Empresarial, para patrimonio o casas del campo nada".
Es por algunas de estas cuestiones por las que hay críticas desde sectores vinculados al palmeral, que ponen como ejemplo la gestión que se hace desde Orihuela, que se va a privatizar, asumiendo que no tiene recursos suficientes, pero además del centro de interpretación, tienen un plan director de gestión con la distribución interna de los huertos con otras plantaciones. En el caso de Elche, algunas fuentes aseguran que el último inventario de palmeras oficial es de mediados de los 90, y que el de 2013 no cuadra viendo las cifras de unos y otros huertos.
Por último, queda el tema de los palmereros y una plantilla insuficiente, Gómez esgrime que la organización “es muy mala, Se invierten en plantillas privadas en lugar de reforzar esta y no se sustituyen las jubilaciones, además hacen otras tareas en Parques y Jardines". Guilló añade que con los palmereros "queda todo por hacer, que trabajen de otra forma y se planifique y se tenga en cuenta a los propios palmereros", aseverando que son ellos quienes plantean que se podría trabajar distribuir mejor su labor.
Con todo, a pesar del largo camino que queda por delante para aprovechar el palmeral a nivel turístico, medioambiental e incluso económico, con lo más importante, una ley de protección y uso que lleva esperando dos décadas, sobre todo en los últimos tiempos se empiezan a dar pasos para cierta recuperación. Por ejemplo, con la Ruta del Palmeral, que estaba degradada, que se va a financiar con fondos propios y parte del Ministerio de Cultura. Además, con la estrategia europea Edusi se va a rehabilitar el Hort de Pontos y su casa para uso turístico vinculado al Camp d'Elx.
Una vivienda de la que Guilló apunta que ya se ha arreglado —o se intentó con cursos de formación— dos veces con 300.000 euros, y advierte que "cuando las cosas se dejan de utilizar o no se deja vivir a la gente en esas casas, es difícil recuperarlas sin caseros para su mantenimiento. En El Arsenal se ha ido la última persona heredera de los caseros de hace 60 años. Lo siguiente será que se derrumbe". Desde Volem Palmerar creen que "es importante que la gente vea la utilidad de los huertos y que se vaya conectando los huertos con la maya urbana y regando sus cultivos a manta y no por goteo". En ese sentido, valoran positivamente el anuncio de conectar El Hondo con el pantano para renaturalizar el paisaje del palmeral. "Por eso presentamos el programa de las 'xarxas'". Aunque su presidenta que lo que se haga se mantenga, "que como ha pasado con la ruta del palmeral, si no se invierte dinero y no hay un mantenimiento, luego se vuelven a perder estos proyectos".
Con las novedades sobre el palmeral que poco a poco se van abordando, también queda por ver el Instituto de la Palmera, cuyo pliego fue un fracaso por la falta de seguimiento, y ahora se ha dado a la empresa otra oportunidad para que las palmeras in vitro empiecen a cultivarse y haya una transferencia de conocimiento o aprovechamiento con todo lo relacionado con el palmeral, al menos, con el sector del dátil, por ejemplo. Pequeños pasos todos, algunos grandes como la ley y los usos, que ir dando poco a poco; necesarios si se piensa en la Capital Verde Europea 2030 como algo real y plausible y no como un eslogan.
El Ministerio de Cultura convoca al Consell y Ayuntamiento para abordar el conflicto en El Arsenal