ELCHE. A finales de este mes de noviembre, Club Camelot rendirá merecido y sincero tributo a uno de sus DJS más recordados, talentosos e imprescindibles para entender su mejor historia: el tristemente desaparecido Paco Filomeno. Y lo hará a través de la edición de un Made in Camelot muy especial y emotivo en el que pincharán Roberto, Bryan, Toño, Vila, Jaime G, José Miguel y Fran Lenden en la Sala Pop. En la Alternativa serán Gambín, Sergio Francés, Pina y Juanjo (Molino) quienes ocupen su cabina, desde las 13:30 horas, y en adelante del próximo sábado, 26 de noviembre, en Club Camelot de la Gran Playa de Santa Pola.
Paco Filomeno era natural de Almoradí, en plena Vega Baja. Tenía 27 años cuando volviendo a su casa, después de participar en un programa de radio llamado Planeta Rock, en Elche, sufrió un gravísimo accidente de tráfico que, desgraciadamente, le costó la vida. Antes había sido DJ de salas como Pub Pasadena (Almoradí), Blue Sky (Benijofar), The End (Bigastro) y, por supuesto, Club Camelot. Como sus propios compañeros lo recuerdan, Paco Filomeno empezó a pinchar en Camelot en los primeros años de los 90, apoyando al no menos mítico Iván Bordalás en la cabina.
“Su generosidad, su buen humor y excelente gusto musical hicieron que compartiéramos muchos inicios de sesión, ese maravilloso rato durante el cual la discoteca aún vacía te permite escuchar música como si estuvieras ante un gran equipo Wi-Fi en el salón de tu casa”, explica su compañero, el DJ Roberto Ruiz. Y añade: “Más tarde, tras la marcha de Iván, Paco apostó decididamente por mí y juntos empezamos a pinchar la sesión completa. Creo que hicimos buen tándem, yo tenía una formación más técnica y el aportaba su gran selección de canciones.
Canciones que podían surgir de cualquier estilo. La apertura de mente de Paco Filomeno no tenía límites, desde el pop más clásico (Cracker, Saint Etienne, etc.) los inicios del britpop (Blur, Oasis, Pulp…), o himnos como el de Nuclear Valdez, dejaron paso a los nuevos sonidos que al principio de la década de los 90 marcaron su tendencia musical”.
En aquellas legendarias sesiones de Paco Filomeno y Roberto se pinchaba a los primeros Daft Punk, The Chemical Brothers, Underworld o The Prodigy; el trip-hop de Tricky, Massive Attack, Morcheeba y Portishead; el jungle de Goldie y sonidos que venían de lo que hoy llamaríamos escena urbana como Stereo Mc’s, Digable Planets, Fugees, Stakka Boo o Mano Negra; el acid jazz de The Brand New Heavies o Jamiroquai y cosas fuera de catálogo como Morphine.
Roberto afirma que “Paco era un adelantado a su tiempo y apostaba siempre arriesgando. Eran tiempos en los que las cabinas funcionaban de una forma muy diferente a la actual. Éramos auténticos residentes y nos debíamos a la sala. La sesión se construía a base de trabajo sábado tras sábado: ocho horas completas de sesión sin repetir temas. Eso lo completábamos con alguna tarde entre semana con la discoteca vacía para ir probando nuevas mezclas o compartir canciones con Toño (vía copia dat) y con mucha música por descubrir y compartir”.
“Es indiscutible que Paco Filomeno fue figura fundamental en la historia de Camelot. Estoy totalmente seguro de que sin él no podríamos haber hecho lo que tras su pérdida desarrollamos José Miguel Riquelme, Toño García Roch y un servidor: un club de referencia único como Paco. Los que tuvimos el placer de pasar tiempo junto a él nunca le hemos olvidado, Paco nos abrió las orejas, el cerebro y por supuesto el corazón”, concluye Roberto.
Por su parte Toño lo recuerda así: “Mi relación con Paco nace durante nuestra adolescencia, en el verano del 84. Siempre nos ligó la música y recuerdo su amor y sacrificio hacia ella. Amigo y alguien al cual todos los que pasamos por el “reino” recordaremos siempre con respeto y máxima admiración. Gracias por todo, amigo”.