ALICANTE. El cambio de tendencia de la constructora alicantina CHM Obras e Infraestructuras en los dos últimos años, tras la llegada de Vicente Vilanova a la presidencia del consejo (en enero de 2017), es cada vez más evidente. Tras dos años creciendo al 25%, la constructora de la familia Martínez Berna ha rebasado la barrera de los 100 millones de facturación y sigue consolidando la senda del beneficio.
Así, en 2019 CHM facturó 100,02 millones de euros, un 25% más que el año anterior, cuando el volumen de negocio fue de 80,4 millones. En 2018 la constructora ya había crecido casi un 25% desde los algo menos de 65 millones de 2017, de forma que en dos años su cifra de negocio se ha incrementado en 35 millones de euros, más de un 50%. La razón, según explican los administradores de la empresa en el informe de gestión de las cuentas anuales, hay que buscarla en la acertada diversificación de su actividad.
El espectacular incremento en la facturación de la constructora, buque insignia del Grupo Vallalba, se ha trasladado directamente al resultado de la empresa al final del ejercicio. Según reflejan la cuentas, CHM Obras e Infraestructuras se anotó un beneficio de 2,15 millones de euros, un 19% más que el año anterior (1,8 millones). La constructora encadena cuatro años consecutivos con ganancias, tras salir de pérdidas en 2016. El beneficio acumulado en estos cuatro ejercicios es de casi 7 millones de euros, y no ha parado de aumentar desde los 1,37 millones de hace cuatro años.
No obstante, la memoria anual indica que los administradores de la sociedad (del consejo que preside Vicente Vilanova forman parte varios hermanos de la familia, tras la salida de Rafael y Tomás Martínez Berna, ahora al frente de la división de alojamientos turísticos del grupo) han decidido, "por prudencia", no repartir dividendo a cuenta del resultado de este año. Una decisión motivada por la irrupción de la pandemia del coronavirus y la declaración del estado de alarma, que coincidió en el tiempo con la formulación de las cuentas y cuyo alcance era entonces (y ahora) difícil de predecir.
Parte de la explicación al crecimiento exponencial de CHM en los dos últimos ejercicios radica en la diversificación de su negocio. Además de la construcción y mantenimiento de carreteras, que sigue siendo el core, ha realizado incursiones en las contratas de servicios, las obras hidráulicas e incluso la promoción inmobiliaria, tanto para clientes alicantinos como para fondos de inversión. En su cartera de clientes, además de Adif o el Ministerio de Fomento, figuran Aedas o Neinor Homes, entre otros.
En cuanto a la distribución territorial, el negocio de CHM está eminentemente en España, excepto una pequeña parte en Argelia: su participación en un tramo de autovía en la wilaya de Mascara reportó 6,15 millones de euros, por 7,65 millones hace un año. Su antigua filial en Polonia sigue en liquidación, aunque el informe de gestión destaca que debido a la legislación local y los periodos de garantía, se espera que este proceso se alargue.
Dentro de España, el negocio de CHM creció notablemente en la Comunitat Valenciana durante el pasado ejercicio: 64,37 millones, casi el 65% de su facturación, está en la región. Hace un año eran 47,8 millones, con un peso específico similar. Le siguen en importancia los mercados de Castilla-La Mancha, con 9,7 millones (6,45 un año antes) y Madrid, con 8,93 millones (5,94 millones en 2018). Según indica el informe, la cartera de obra contratada al cierre de 2019 para los dos siguientes ejercicios ascendía a 233 millones, un volumen significativamente superior al contratado a la misma fecha de 2018.