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Primero año al frente de la diputación de alicante 

Carlos Mazón, año I: operación en marcha (con botón nuclear), pero ¿hay alguien enfrente?

25/07/2020 - 

ALICANTE. El pasado domingo, 19 de julio, con la resaca del congreso provincial del Partido Popular, se cumplía un año de la toma de posesión de Carlos Mazón como presidente de la Diputación de Alicante. Un día antes, el PP lo encumbraba a la dirección de la organización. La operación, diseñada allá por el invierno de 2019, ya ha cumplido dos etapa: poder institucional; poder orgánico. Por tanto, está en marcha, con la salvedad -que todos conocen- de que existe un botón nuclear que la puede cortocircuitar, el voto de censura, entre Ciudadanos y PSPV, un debate guadianesco, que sale y se esconde, conforme azotan los hipotéticos agentes beneficiados de ese botón del pánico. Pase lo que pase, el PP encarará el curso con los deberes hechos, y a la espera de acontecimientos: cada uno está en su sitio; sabe qué papel debe desempeñar y cuál es su objetivo para alcanzar la meta. La responsabilidad de Mazón es hacerlo sin crear agravios; en todo caso, para eso están las listas y falta mucho. 

La pregunta es para el resto: ¿dónde están los de enfrente? ¿con qué liderazgos tendrá que rivalizar Mazón? ¿cómo están sus estructuras de partido? ¿han cerrado los debates abiertos? Más allá de balances y opiniones, está claro que la crisis del coronavirus también ha condicionado el calendario de la política y normal funcionamiento. A ello se suma otro elemento: no todos los partidos tienen la misma estructura y, por tanto, los liderazgos tienen diferente alcance. Y ante esta situación, y con el riesgo que supuso celebrar el congreso provincial ahora en julio, el PP parte con cierta ventaja. No sólo el mérito de haber acelerado procesos y sólo disponer de un candidato, si no también porque sus rivales o bien se han desdibujado; o están a la espera de futuros periodos congresuales. La incógnita es, en todo caso, Isabel Bonig y que el liderazgo de Casado no sufra algún vaivén inesperado. Este es el panorama de los rivales de enfrente de Mazón. 

Chulvi se fue; Puig viene poco...y la 'alternativa' está en silencio

El hecho de que el portavoz del PSPV en la Diputación no sea el secretario provincial del partido puede restar fuelle a la doble acción que tienen que ejercer ahora los socialistas: defender a los gobiernos de València y Madrid, y hacer oposición constructiva en Alicante. El papel de doble portavoz lo ejerce Toni Francés, alcalde de Alcoy; el secretario general del PSPV, José Chulvi, sigue como alcalde de Xàbia, pero ahora es diputado en las Cortes, por lo que su presencia en Alicante y en los debates es casi nulo. Chulvi no está, y ejerce muy poco de secretario general.

La pandemia también ha reducido mucho la presencia pública de los cargos de la Generalitat. El president Ximo Puig viene menos; y Ana Barceló está gestionando la crisis. Arcadi España es quien más se prodiga por Alciante. Es verdad que el partido no tiene problemas internos visibles, más allá de cosas puntuales; no existe una división evidente entre los gobiernos de València y Madrid, como pudiera pasar antaño. Sin embargo, sí que existe un debate latente: la sucesión de Ximo Puig, al menos en el partido -del que dijo que no repetiría-, que irá in crescendo en tanto en cuanto haya Presupuestos Generales del Estado -y por tanto, mayor estabilidad-; se convoque el congreso del PSOE y, a continuación, el del PSPV. Entonces sí que se abrirá la veda y será el momento de saber qué cartas juega el sanchismo en todos los ámbitos. Por el momento, la vida interna del PSPV también está en stand by. Pero en el caso que se despierte, la organización provincial sí que será una pieza a batir si no hay acuerdo entre las dos grandes familias. ES posible que aparezca un nuevo liderazgo, que los sanchistas lo impongan, si pueden, y se dejen de alianzas.

Por el momento, Toni Francés ejerce ese papel de especie de líder provincial, a falta de Chulvi; a veces demasiado institucional. Sólo ha reaccionado con contundencia cuando Compromís y el PP lo han arrinconado, como pasó con los presupuestos de la institución provincial en 2019.

Cantó espera tomar las riendas del partido para agilizar más la cocketelera

Sí el PSPV puede o debe hilvanar un nuevo líder, los de Ciudadanos deben tomar posesión, cuando la normalidad lo permita. Para entonces, Toni Cantó ya tendrá las riendas del partido, con María Quiles como delegada en Alicante. La entrada de Cs en el Gobierno municipal de Xixona, más allá de que el pacto tenga una clave y un germen local, es el ejemplo de que Arrimadas quiere trasladar más protagonismo y utilidad al partido, y que a su vez, sus cargos públicos deben tener más visibilidad en tareas de gestión, tanto con los socialistas como con los populares

Los concejales de Ciudadanos en el Ayuntamiento de Alicante ya lo han ejercido esta semana con nuevos asesores y cambio de roles en el equipo de gobierno. Eso mismo lo exigirán para los dos diputados provinciales que dan respaldo a Mazón: deben ser más activos; más visibles y las decisiones del equipo de gobierno más consensuadas. De lo contrario, alguien puede mirar, aunque sea de reojo, el botón rojo. 

Ahora bien, Cantó tiene un doble trabajo, pues debe ganarse la confianza y empatía de los dos diputados que dan respaldo a Mazón, y de parte de la militancia de Alicante, que le es esquiva, por el momento. Y aquí serán claves dos elementos: si Arrimadas mantendrá su política de apoyo puntual al Gobierno y el nivel de exigencia de Cs con los suyos, y con el propio Mazón. Hay episodios del pasado (y del presente) que a la futura cúpula no le gustaron. Ciudadanos tendrá un liderazgo, fuerte; otra cosa es la supervivencia del proyecto. Pero a lo que no parece estar dispuestos Cantó es a ser una comparsa, y además, conformista y muda. 

A Compromís prefiere el choque (otra cosa es que lo rentabilice)

No es que lo de Compromís preocupe mucho al PP, pero su debilatamiento o refuerzo es clave futuras ediciones del Botànic, si dan los nuevos, o para tripartitos o bipartitos municipales. De hombre del sur ejerce Gerard Fullana, con la compañía de Aitana Mas. Les auxilia de vez en cuando Joan Baldoví. Los consellers -Rafa Climent y Mireina Mollà- están en tareas de gestión. Natxo Bellido contribuye al desgaste de Luis Barcala, y al de Mazón, si hace falta. Otra cosa son los réditos. Pero con estos mimbres y la red de cargos municipales -de la que Compromís es la tercera fuerza en concejales-, Fullana ejerce de francotirador, de jefe de la oposición rocosa y exigente, tarea en la que echa en falta al inicial Ciudadanos regeneracionista. Tiene asumida la soledad de cuestionar al establishment alicantino, que una vez (por interés) le baila el agua, y que en otra lo sitúa en la diana si cuestiona los viejos 10 mandamientos del laissez faire económico. La estructuras no coinciden; no tiene cargo interno, pero es el que más arriesga...también el que más puede perder. 

Internamente, en teoría está en la corriente regeneracionista de Compromís, la que quiere arrinconar a los viejos elefantes, pero el traspaso de poder dentro de la organización está aplazado, por la pandemia, y no sabemos cuando se celebrará. Toda una incógnita.

A Podemos y Vox ni están ni se les espera

Si Vox debía preocupar al PP, al menos al de Alicante, Mazón puede estar tranquilo. La organización de Santiago Abascal sólo tiene capacidad de condicionar la acción de gobierno del Ayuntamiento de Alicante, algo que hace puntualmente, y que no aprovecha que expandir su argumentario político, o para marcar posición en otros debates. En todo caso, lo hace en les Corts Valencianes, pero en pocos sitios más.

Algo parecido a Podemos. Su acción de gobierno está en el seno del Botànic y en el Parlamento autonómico. El resto de protagonismo lo tiene el grupo municipal del Ayuntamiento de Alicante. Al igual que Compromís no son una amenaza para el PP, pero sí un flanco para la izquierda, en caso de que su movilización electoral se desangre, como ha ocurrido en Galicia. Otra cuenta es el rédito que puedan sacar de su presencia en el Gobierno central, incuantificable en estos momentos.

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