Los edificios de las históricas harineras de Benalúa Sur, en el acceso de Alicante. Foto: PEPE OLIVARESALICANTE. Las piezas del puzle para reordenar el sector de las harineras de Benalúa comienzan a encajar. El Ayuntamiento de Alicante y los agentes urbanizadores de la Unidad de Ejecución número 2 del Plan Parcial de Benalúa Sur (las empresas propietarias de las históricas harineras) plantean hasta cuatro alternativas para redistribuir los nuevos edificios residenciales previstos en la reurbanización del sector. Las cuatro opciones promueven la conservación de los inmuebles de las dos fábricas como elementos patrimoniales singulares y reorganizan los derechos de edificabilidad previstos en el Plan Parcial en la construcción de dos bloques de viviendas con distintas alturas. En concreto, esas cuatro opciones contemplan la promoción de torres que oscilarían entre las 26 y las 10 plantas, en función de cómo se opte por repartir esa edificabilidad: bien con su extensión a través de una mayor superficie, o bien concentrando la volumetría en bloques de mayor altura.
Así se ha puesto de manifiesto este martes en la presentación del borrador de la propuesta, para la que ahora se abre un proceso de participación pública para que cualquier interesado pueda presentar aportaciones durante los próximos 20 días, según han concretado el edil de Urbanismo, Adrián Santos Pérez (Ciudadanos); la directora de la Oficina del Plan General, Leticia Martín; y el representante de la sociedad que ejerce como agente urbanizador, Antonio Bufort.
La pretensión del equipo de gobierno, el bipartito compuesto por PP y Cs, y el agente urbanizador es poner en común las aportaciones que puedan presentarse a cierre de ese proceso de participación pública, ajustado a los requisitos de transparencia de la Ley de Ordenación y Protección del Territorio (Lotup), para iniciar la tramitación de la modificación puntual del Plan Parcial en el que se plantea la reordenación. En ese proceso, se producirá una primera aprobación provisional para que la propuesta quede sometida a la comisión de valoración ambiental de la Generalitat, que debe emitir informe al respecto en un plazo de entre cinco y doce meses.
Después, se elaborará la propuesta urbanística que quedará expuesta a información pública durante otros 45 días antes de que pueda elevarse para su aprobación provisional en pleno. Por último, será la Generalitat la que tenga la última palabra con su aprobación definitiva, en un recorrido que se extenderá como mínimo hasta mediados de 2023. En todo caso, la intención del equipo de gobierno es "ir trabajando en paralelo en el proyecto de urbanización, sin esperar hasta que se produzca esa aprobación definitiva, para ir solapando plazos", según ha concretado Santos Pérez.
El abogado urbanista Rafael Ballester; el administrador de Harinas Cloquell, Antonio Bufort; el edil de Urbanismo, Adrián Santos Pérez; y la directora de la Oficina del Plan General, Leticia Martín. Las cuatro alternativas responden a los objetivos del convenio firmado entre el Ayuntamiento y los promotores de la Unidad de Ejecución del Plan Parcial en abril de 2021 por el que se concertó la conservación de los elementos más representativos de los edificios de las dos harineras como muestra de la arquitectura industrial de la primera mitad del siglo XX en Alicante. Ese acuerdo supuso un cambio respecto a la planificación prevista desde 2003, en la que se contemplaba el derribo de los dos inmuebles para dar paso a la construcción de cerca de 143 viviendas. "Cuando llegué a la concejalía, encontré el expediente de la Unidad de Ejecución número 2 de Benalúa Sur que comprendía la demolición de las harineras y, desde ese momento, comenzamos a trabajar para evitar su derribo", ha explicado Santos Pérez.
De hecho, en ese convenio de abril de 2021 se contempló que el Ayuntamiento asumiría el edificio principal de la fábrica de Harinas Cloquell como parte de los aprovechamientos públicos que le corresponden a la administración en la reparcelación del sector. Así, el edificio principal de esa fábrica y sus silos pasarán a ser de titularidad pública con el fin de que puedan ser rehabilitados para acoger usos culturales o administrativos aún por definir.
Con la propuesta de modificación de la reparcelación planteada ahora, se conjuga la conservación de los dos edificios y se redistribuye la edificabilidad prevista, sin incrementarla, para dar pie a la construcción de cerca de un centenar de viviendas (en función de la superficie que se considere adecuada proyectar para cada una de ellas, en función de los estudios de mercado que puedan elaborarse para calibrar necesidades) en el suelo restante. Todo, además, manteniendo el entramado de calles actual en ese ámbito, de modo que se puedan mantener las líneas visuales del entorno, según ha explicado el abogado urbanista que ha coordinado al equipo técnico promotor del borrador, Rafael Ballester.
El edil de Urbanismo ha incidido en que la propuesta aspira a plantear un diseño urbanístico "actualizado al siglo XXI" en el que, además de la conservación del hito de las fábricas, se tenga en cuenta la generación de zonas verde. "Hemos llegado hasta aquí gracias a la colaboración de los propietarios, por el cariño que sienten por las fábricas, con la intención de preservar los inmuebles como hitos históricos que puedan actuar como un revulsivo para Benalúa", ha abundado Santos Pérez. "Hemos llegado a ese punto con una propuesta mejor que lo que había proyectado, que permite compaginar desarrollo urbanístico y protección del patrimonio", ha incidido.
Por su parte, el representante del agente urbanizador, Antonio Bufort, ha subrayado "el esfuerzo realizado" para "preservar las fábricas y conjugar los intereses privados con el interés general hasta poner en valor el patrimonio histórico que tenemos y crear un hito".
