ELCHE. Tras años de reivindicaciones por parte de los vecinos y quejas por los malos olores, la Conselleria de Transición Ecológica ha aprobado el trámite para que la depuradora de Algorós se reforme de manera integral. Hasta antes de la pandemia y la reestructuración de la Entidad Pública de Saneamiento y Aguas Residuales (Epsar), el equipo de gobierno había visitado distintas plantas con el objetivo no de reformar, sino de que la entidad financiara una nueva planta. Finalmente, se reformará la actual, con un coste de más de 50 millones de euros y un gran parque solar.
Los pasos a seguir ahora son la licitación de la redacción del proyecto, por un valor de 360.000 euros, con plazo de presentación de ofertas hasta final de año. Tras la adjudicación, el plazo de entrega del proyecto será de un año entero, dada la envergadura y complejidad de la actuación, así como su coste, superior a los 50 millones de euros. Como todos los procesos administrativos, después se tendrá que licitar el proyecto de ejecución, por lo que habrá que esperar varios años a que se materialice una ambiciosa reforma integral que empiece ahora su recorrido administrativo. Una vez construida, tendrá una vida útil de al menos 40 años.
Además del problema más molesto para la zona, el de los olores por el tratamiento existente y que muchas ocasiones llega al casco urbano en barrios como El Pla, es que las instalaciones tienen una vida de más de cuarenta años, presentando algunas patologías estructurales importantes. Asimismo, la autorización de vertido otorgada por el Órgano de cuenca establece unos umbrales en cuanto a nutrientes difícilmente alcanzables con las instalaciones de tratamiento actuales. Por último, la capacidad del tratamiento terciario es muy insuficiente según el informe como para atender al caudal influente actual (22.000 m3/d) sobre todo en periodos de caudal punta, por lo que el mismo es claramente insuficiente para el caudal nominal de la planta (36.000 m3/d). Además, el Parlamento y el Consejo Europeo establecieron en mayo de 2020 unos requisitos mínimos para la reutilización del agua con nuevos parámetros de desinfección en función de los usos del agua, así como nuevos organismos a controlar, que entrará en vigor el 26 de junio de 2023.
Las nuevas instalaciones, que se implantarán en la actual parcela de 40.000 metros cuadrados, contarán con las partes de la instalación generadoras de olores albergadas en recintos cerrados, así como se dispondrá de infraestructura para la desodorización del aire generado en el interior de los citados recintos. También se proyectarán las instalaciones bajo un criterio de eficiencia energética, tanto pasiva como activa, así como se dotará a la instalación de un parque solar fotovoltaico para autoconsumo con una capacidad de generación superior a 2,5 GWh, con una superficie de 9.000 m2.
Asimismo, la nueva infraestructura tendrá un caudal medio de diseño de la planta de tratamiento de agua de 36.000 metros cúbicos diarios. Se tendrá que implantar un proceso de tratamiento de agua que cumpla con la actual autorización de vertido los procesos y serán las que generen el menor impacto sobre el entorno y tengan la menor huella de implantación en el terreno, así como las normativas europeas pertinentes.
A nivel arquitectónico y constructivo, habrá de compatibilizarse la actual depuradora con las nuevas instalaciones, que se levantarán por fases. En el concurso público se exige un conjunto armónico en cuanto a su forma y homogeneidad de materiales, encajándolos dentro de lo posible en las ordenanzas municipales de construcción industrial. Así, las los edificios emergentes guardarán una tipología edificatoria moderna e innovadora, y se dispondrán de manera estratégica atendiendo a las necesidades propias de cada proceso u operación unitaria, así como a una distribución que asegure la pretendida transformación del espacio de la planta. Además, ante la previsible altura y la poca superficie, se podrán proponer conjuntos edificatorios de varias plantas.
En resumidas cuentas, un largo trámite que ahora empieza pero que está llamado a ser un importante hito en cuanto a la transformación de infraestructura de saneamiento en una instalación que aproveche el agua regenerada, la energía solar y la producción de fangos para la agricultura. Del mismo modo, cumpliendo los estándares de agua saneada que exigirá la Unión Europea en junio de 2023.