NOVELDA. Los servicios técnicos del departamento de Urbanismo del Ayuntamiento de Novelda han iniciado los trabajos para la elaboración de un proyecto de viabilidad técnica y económica que contemple la reapertura, sin el servicio de piscina cubierta, de las antiguas instalaciones del Centro Salud Agua Deportivo (CSAD), un complejo deportivo cuyas puertas se mantienen cerradas desde 2010, cuando la empresa concesionaria abandonó la explotación de las instalaciones.
A la espera de la resolución del procedimiento judicial en el que está inmerso el Ayuntamiento de Novelda por la demanda de la entidad crediticia Abanca de los casi 6 millones de euros que en su día financió a la empresa concesionaria para la construcción y explotación del CSAD —una deuda que, como ha señalado el concejal de Hacienda y Gestión del Patrimonio Iván Ñíguez, “no corresponde al Ayuntamiento”—, desde el equipo de gobierno se trabaja en la confección de un proyecto de reapertura viable desde el punto de vista económico y deportivo.
Iván Ñíguez, el también delegado del área de Gestión Urbanística, ha señalado que los técnicos del Ayuntamiento ya trabajan en un proyecto de apertura que contemplaría la adecuación del edificio para albergar un segundo pabellón municipal en detrimento de la piscina cubierta, de modo que se cree “un nuevo concepto deportivo, muy potente, que complete la oferta deportiva en Novelda y sirva de reclamo para los deportistas que visitan la localidad”.
Ñíguez ha asegurado que, desde los servicios técnicos municipales, se está realizando un profundo análisis para certificar el estado integral del edificio y el coste que supondría poner la instalación en funcionamiento. Asimismo, ha confirmado que a lo largo de 2021 se tiene previsto realizar el proyecto de obras y gestionar la licencia de apertura.
CSAD
El Centro Salud Agua Deportivo de Novelda, que cerró sus puertas en agosto de 2010, apenas dos años después de su inauguración, se levanta sobre una parcela de 11.000 metros cuadrados de suelo público. La mercantil CSAD se adjudicó en 2006, por un periodo de cuarenta años, la construcción y explotación de este centro deportivo, en el que invirtió casi 6 millones de euros a cambio de un cánon de 900.000 euros para el Ayuntamiento.
Sin embargo, en 2010 abandonó la explotación por su baja rentabilidad y posteriormente se declaró en concurso de acreedores. Tras un largo periodo bajo la tutela de un administrador concursal, en 2016 un juzgado de València declaraba la conclusión del concurso de acreedores, por inexistencia de bienes y, por tanto, la extinción de la mercantil. Una vez el inmueble del Centro Salud Agua Deportivo pasó a ser propiedad municipal (en el año 2018), la corporación municipal continuó con los trámites administrativos de un proceso que, tras la fase de liquidación económica, ha acabado judicializado por la demanda de la entidad bancaria Abanca.