ALICANTE. El Susurro del Circo del Sol llegó a Alicante hace tres semanas. Sin grandes alardes, esta primera comitiva se encargó de marcar el terreno que ahora empiezan a ocupar las caravanas. ¿Puede haber algún momento más mágico que la llegada del circo a una ciudad? Este viernes, cuando los trabajadores han levantado la carpa de la compañía circense más famosa del mundo, el niño que hay en ti es capaz de sentir de nuevo la ilusión que despiertan estos espectáculos.
La gira de Totem cierra en Alicante su etapa española antes de continuar por el resto de Europa. Javier Pérez es el jefe de seguridad en Europa de la compañía canadiense. Suya es la responsabilidad de controlar los 120 trabajadores que hay en estos momentos encargándose del montaje en Rabasa. A lo que llaman el Big Top Raising, el alzamiento de la carpa central, han invitado a los medios para ver su despliegue. Este "es el momento en el que le decimos a la ciudad que estamos aquí", señala Pérez.
Hacía siete años que no pasaba Cirque du Soleil por Alicante. Pérez recuerda que para que el circo llegue a la ciudad se trata de un proceso largo, con mucho de carácter administrativo. "Se tardan años en negociar un contrato con los propietarios del recinto, ayuntamiento y aviso de autoridades".
La llegada del equipo se va produciendo escalonadamente. Primero es el Whisper, el susurro, "un camión que trae lo básico para determinar el plano en el suelo sobre el que colocar todo". Una vez hecho esto, llega un pequeño equipo que "busca la posición donde se alzaría el centro del escenario y, a partir de ahí, se construye todo el site sobre el suelo". Es entonces cuando se va pintando en la superficie el plano en el que se distribuyen los espacios, desde las taquillas a la carpa de los artistas o la VIP. Esta etapa, que denominan marking o marcaje, "es en la que llega el primer camión del Circo del Sol a la ciudad".
Cada ciudad tiene sus retos, enumera Pérez, con departamentos de bomberos, policía y ayuntamiento diferentes. Y a eso añade que el carácter del público es distinto. Todos esos son factores que ha de tener en cuenta. "Alicante no es más o menos complicada que otra ciudad europea pero aquí tenemos más en cuenta la climatología". Las altas temperaturas y la también elevada humedad son especialmente dos de los temas que más le preocupan puesto que, como indica, "tengo muchos compañeros canadienses y estadounidenses para los que este calor que hace en la orilla del Mediterráneo en verano es complicado de soportar".
No es el caso de este andaluz que lleva más de tres años dentro de la compañía. Acostumbrado a estos calores, reconoce que él y los otros españoles bromean con sus compañeros sobre ello. Bromas aparte, se encargan de evitar golpes de calor con la debida protección y la distribución a lo largo del complejo de máquinas de agua, garrafas con bebidas isotónicas, tabletas de electrolitos, y crema solar.
Los 120 operarios que están encargándose del montaje se dividen entre los que se ha contratado de manera local como apoyo puntual, los fijos que están siguiendo la gira y los que llaman flyings, que son técnicos especializados que vuelan a la ciudad determinada para ayudar al montaje y desmontaje. Esta no será la cifra más alta de trabajadores que se reunirán en esta pequeña ciudad, esta llegará la semana que viene, con la incorporación de los artistas. Entonces serán unos 250 aproximadamente los que habiten entre carpas y camiones.