Si en España existiera un marco financiero plurianual evitaríamos la actual parálisis y la dificultad para aprobar las cuentas públicas
El lío catalán supondrá, a medio plazo, el certificado de defunción política de Mariano Rajoy. El fracaso de su partido en el Principado, tras una calamitosa gestión de la crisis forzada por los independentistas, se extenderá al resto del país. Tiene pie y medio en la historia. Si tuviera sentido común o una brizna de patriotismo, convocaría elecciones
2017 es un año que no cierra nada. Al contrario deja abierto todo para 2018. No se vislumbra solución a corto plazo para Cataluña, no se ha puesto en marcha la financiación autonómica, no están cerrados los presupuestos nacionales y para remate seguiremos pendientes de la agenda judicial que en muchos momentos marcará la actividad política.
Poner en duda el Estado de Derecho o la democracia en nuestro país es simplificar las cosas. La separación de poderes existe. Las decisiones judiciales dan garantías a los ciudadanos de que se defienden sus derechos y de que se les protege. Es una ligereza cuestionar la democracia.
Hemos llegado casi al punto de no retorno. A pesar de todo el tiempo se está mostrando más flexible de lo que parece. En pleno vértigo por lo que pueda ocurrir una vez que se ponga en marcha el 155, hay quien ve la botella medio vacía o medio llena
Los cánones veraniegos dicen que este tiempo debe ser de descanso y alejamiento. Nada más lejos de la realidad, al menos en la política española este Agosto. Con el asunto catalán en plena efervescencia las vacaciones serán de guardia permanente para nuestros próceres.
El presidente del Gobierno y del PP asegura que las regionales del partido no contestaron a la orden de Génova de no contratar con el grupo Correa
Diuen que les mentides tenen les cametes molt curtes. No és veritat. De fet n’hi ha unes quantes que les tenen molt llargues i fugen abans que algú les puga veure.