VALÈNCIA. (EP). El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha puesto en duda la utilidad del Pleno extraordinario que se celebra este miércoles en el Congreso sobre el caso Gürtel y la financiación del PP y ha recordado a la oposición que la responsabilidad política que le exigen y que él no piensa "aceptar mansamente", se debe formular con una moción de censura.
Según ha explicado en la tribuna del hemiciclo, ya ha tenido 52 intervenciones en el Pleno del Congreso para hablar de la supuesta financiación ilegal del PP, incluyendo aquella sesión plenaria extraordinaria del 1 de agosto de 2013 y 32 preguntas en sesiones de control al Gobierno. También ha recordado que hay dos comisiones parlamentarias, una de ellas de investigación, que se ocupan de la financiación de los partidos.
Las prioridades deben ser otras
Por eso no entiende que la oposición haya forzado ahora un pleno extraordinario para debatir este asunto cuando, en su opinión, las prioridades deben ser el terrorismo yihadista, el desafío soberanista de Cataluña y consolidar la recuperación económica.
"Me he sometido siempre ante esta Cámara, participo en toda suerte de debates y atiendo todas las cuestiones que me plantean --ha afirmado--. Otra cosa es que no les guste lo que hago y desdeñen las explicaciones y que pretenden que admita mansamente sus imputaciones y que, en consecuencia, pague la pena que ustedes mismos establecen, que consisten en abandonar el gobierno. Pero no lo puedo aceptar. No es así como funcionan las cosas".
A su juicio, la oposición interpreta su responsabilidad política como "un saco sin fondo" para utilizar según sus intereses concretos, pero la Constitución establece que el instrumento para ejercerla es la moción de censura para retirar la confianza a un presidente y elegir a otro. "Así se exige la responsabilidad política, que nada tiene que ver con infracciones administrativas o penales, y que también es distinta al reproche de las actuaciones del Gobierno, que ustedes hacen con fruición", ha añadido.
Y en este sentido, ha recordado que el PP ha ganado las tres últimas elecciones generales, que el Congreso ya le ha dado dos veces la confianza para gobernar y que en cambio la moción de censura impulsada en junio por Unidos Podemos fracasó.
"Es pintoresco su empeño en juzgar a mi partido, pero su suma de minorías no sirve para enmendar la plana a la voluntad clara y nítida de los españoles --ha añadido--. No me lo tomen a mal, pero a la hora de hacer juicios políticos y valorar las responsabilidades, resulta más ecuánime y menos sesgado el juicio de los españoles".
A partir de ahí, ha recordado las últimas reformas legales por la regeneración democrática y se ha mostrado dispuesto a discutir mejoras en los instrumentos de control, pero ha insistido en fijar prioridades como el terrorismo yihadista, el desafió soberanista catalán y la recuperación económica. "Mi obligación es gobernar y no voy a abdicar de ella. Son muchos los retos por delante", ha remarcado.